Isofotón es una de las empresas que solicitó el concurso de acreedores.

Málaga dice adiós al aluvión de los concursos de acreedores

Los casos caen un 41% y alejan el fantasma de la insolvencia. La mayoría aún acaban en liquidación, pero el aumento de las ventas mejora las expectativas de las que siguen en pie

J. J. Buiza

Lunes, 14 de diciembre 2015, 00:36

Hace solo un año, un informe del Consejo General del Poder Judicial alertaba de que casi dos mil empresas malagueñas habían solicitado el concurso de ... acreedores en los juzgados durante la crisis. Entre ellas, se encontraban gigantes como Isofotón, Aifos o Evemarina, que finalmente acabaron sucumbiendo. Otras como el Málaga C. F., Vera o Bazar San Juan han renacido de sus cenizas. En cualquier caso, lo que parece claro es que el tiempo de la vorágine concursal ya ha pasado y espanta los fantasmas de la insolvencia del tejido empresarial.

Publicidad

En los tres primeros trimestres de este año, los juzgados de lo mercantil de Málaga contabilizaron 74 peticiones de concursos de acreedores, lo que supone un 41% menos respecto al mismo periodo del año pasado. «Se puede interpretar de varias maneras: por un lado, puede que la economía esté en mejor situación y ya no sea tan necesario solicitarlo, pero a esto se suma que han caído muchas empresas y van quedando pocas para presentar concurso», apunta Paloma Moreno, de Expertos Administradores Concursales, firma del Despacho de Daniel Pastor.

Hoteles en busca de comprador

  • Un puñado de hoteles de la provincia aguardan en una especie de limbo que se resuelva su futuro después de que sus antiguas empresas propietarias entraran en concurso de acreedores. Los administradores del Hotel Cortijo la Reina, en los Montes de Málaga, han buscado sin éxito comprador después de año y medio, mientras que los Guadalpín de la antigua Aifos siguen a la espera de que se concrete el traspaso a los nuevos propietarios. Más complicado es el caso de los nueve hoteles que tenía la firma Summa. Podemos llegó a proponer destinar uno de ellos, en Torremolinos y abandonado, para alquileres sociales.

Juan Carlos Robles, decano del Colegio de Economisas y administrador concursal, admite que la bajada de las peticiones es una «buena noticia», pero recuerda que siguen siendo muchas las sociedades a la espera de que se resuelva su concurso en unos juzgados que siguen saturados. Pese a que las grandes firmas de Málaga han resistido, en este 2015 ha surgido algún que otro caso sonado. Uno de ellos ha sido el de Mar de Altura, el grupo de pescado congelado que se ha visto perjudicado por el efecto Pescanova, que ha provocado una devaluación en todo el sector. La empresa, que llegó a facturar 42,4 millones y suministraba a Carrefour, DIA o Alcampo, ha tramitado el concurso tras una progresiva bajada de las ventas y quedarse sin liquidez para cumplir con todos sus pedidos, según los datos de Alimarket. La industria Hierros yAceros Cortés (con varias décadas de trayectoria), Holiday (el rent a car creado en 1985 pero que desde hacía un par de años solo funciona como parking frente al aeropuerto) o Gómez Molina (la histórica joyería de Marbella que lleva años reclamando a Hacienda varios millones de euros por el IVA que ellos tienen que devolver a sus clientes extranjeros) son otras empresas que han solicitado el concurso.

Entre las que han logrado salir tras llegar a un acuerdo con sus acreedores cabe citar Inmobiliaria Echeverría, que logró una quita del 25% de su deuda tras dos años de proceso, o Puertas THT, con sede en Antequera, que ha innovado para adaptarse a un sector donde exporta el 20% de sus productos.

Entre las que han tenido menos suerte y han acabado en liquidación están la suministradora de barreras plásticas para la construcción Polyester Málaga, la firma de teotecnia Enypsa o Cristalerías Eurasquin. Estas dos últimas llegaron a firmar convenios durante el concurso, pero finalmente no han podido afrontar los pagos.

Publicidad

Prácticamente el 95% de las empresas que entran en concurso acaban en liquidación, aunque hay motivos para la esperanza. «La economía está mejorando y va a permitir que convenios que en otras condiciones no se podían cumplir mejoren su grado de cumplimiento por el aumento de las ventas y del consumo», opina Juan Carlos Robles.

Paloma Moreno señala que ahora se empezará a ver si las empresas que salieron del proceso concursal hace unos años gracias a un acuerdo podrán afrontar los vencimientos. Los expertos advierten de que en el caso de Málaga y del resto de España el problema sigue estando en que no hay una cultura que entienda el concurso como una «herramienta de refinanciación», y la mayoría de los empresarios solo lo solicitan cuando ya es demasiado tarde, algo que no se da en otros países de Europa. «Aún se estigmatiza mucho a las que llegan a esa situación y eso frena las peticiones», añade Moreno.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad