SUR

Los cobros de Medel como consejero de empresas comprometen su futuro

La Ley de Cajas de Andalucía exigía dedicación exclusiva y declaraba incompatible cualquier otro ingreso

Viernes, 5 de febrero 2021, 01:21

El 'caso Medel' tiene nuevo episodio en una compleja serie que puede comprometer el futuro del actual presidente de la Fundación Unicaja. La Consejería ... de Hacienda de la Junta de Andalucía ignoró durante diez años un expediente del Banco de España, que durante una inspección en 2007 puso reparos a los pagos recibidos por el personal directivo de Unicaja, entre ellos su entonces presidente Braulio Medel, en concepto de representación de la caja en los consejos de diferentes empresas. La relevancia de este caso radica en que Medel pudo contravenir las indicaciones de la Ley de Caja de Andalucía en cuanto a las remuneraciones y eso planea ahora sobre su idoneidad para el desempeño de responsabilidades en entidades como la Fundación Unicaja. Tanto el Banco de España como el Banco Europeo tienen sistemas muy estrictos de control de la idoneidad de los altos cargos del sistema financiero, hasta el punto de que todos los ejecutivos suelen pasar rigurosos exámenes. Esto coincide curiosamente con la evaluación de idoneidad, por parte del Ministerio de Economía de Nadia Calviño y el propio Banco de España, por el hecho de que la Fundación superara el 50 por ciento del accionariado de Unicaja Banco.

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El informe, adelantado ayer por El Confidencial y al que este periódico ha tenido acceso, advertía de que los miembros de los órganos de gobierno de la entidad malagueña cobraron 305.000 euros en 2006, año analizado, e informaba a la Junta de que Unicaja no había demostrado el cumplimiento de dos artículos fundamentales de la Ley 15/1999, que regulaba las cajas de ahorro de Andalucía: el 80.1 y el 87.4, ambos sobre incompatibilidades retributivas.

El punto 80.1 de esta ley establecía que la presidencia ejecutiva de las cajas, en Unicaja ocupada por Medel durante la etapa inspeccionada, «no podrá realizar ninguna otra actividad retribuida, pública o privada, ya sea a título personal o representativo, salvo las que le corresponda en representación de la Caja de Ahorros, en cuyo caso deberá reembolsar a ésta las cantidades percibidas como consecuencia de su ejercicio». Es decir, en principio los importes recibidos por Medel como representante de Unicaja en los consejos de administración de empresas debieron haber sido reembolsados por ley a la entidad (Unicaja). El punto 87.4 determinaba además que la dirección de las cajas de ahorro requieren una dedicación exclusiva incompatible con cualquier otra actividad retribuida, «tanto de carácter público como privado», salvo aquellas ejercidas en representación de la entidad presidida, aunque insistía en que los ingresos obtenidos «deberán cederse a la caja» representada.

Cuando el Banco de España concluyó, finalizada su inspección, que la entidad presidida por Medel no había aportado documentación que demostrara el cumplimiento de ambos artículos, notificó estos hechos a la Consejería de Economía y Hacienda, de acuerdo con la ley sobre disciplina e intervención de las entidades de crédito. Esta ley ordena que el regulador, en este caso el Banco de España, ponga en manos de las comunidades autónomas «hechos que puedan ser constitutivos de infracciones». Pero la Junta no movió ficha durante una década, bajo los mandatos de Manuel Chaves, José Antonio Griñán —ambos condenados por el caso ERE— y Susana Díaz. El propio Griñán era consejero de Hacienda cuando el Banco de España emitió el informe que cayó en saco roto. Le sucedió Carmen Martínez Aguayo.

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Únicamente diez años después de recibir el documento, en 2017, la Consejería de María Jesús Montero, actual portavoz del Gobierno de España y ministra de Hacienda, solicitó información a Unicaja. En su respuesta, la Fundación Bancaria Unicaja solicitó el archivo de las actuaciones amparándose en «la completa regularidad y la corrección jurídica» de los pagos recibidos por Medel como consejero, importes que considera «compensaciones» o «indemnizaciones» pero en ningún caso retribuciones. No se negaba el cobro de dinero, pero se insistía en que no suponía ninguna infracción.

Este periódico ha intentado sin éxito saber si la Junta archivó el expediente derivado de las inspecciones del Banco de España o si continúa abierto. Desde el actual Gobierno autonómico recuerdan que se trata de unos hechos «que tuvieron lugar entre 2007 y 2017, bajo la presidencia del anterior Ejecutivo andaluz y con otros responsables políticos al frente», por lo que desde San Telmo «no tenemos nada que decir». Medel fue presidente de Unicaja desde 1991 hasta 2016, cuando presentó su renuncia por la incompatibilidad del cargo con la presidencia de la Fundación Unicaja, institución que es principal accionista del banco y de la que sigue al frente en un momento crucial para el futuro de la entidad malagueña, inmersa en un proceso de absorción de Liberbank.

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Las remuneraciones de Medel fuera de Unicaja ya fueron noticia cuando se conoció que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que investiga dentro del 'caso Tándem' las relaciones del excomisario José Manuel Villarejo con Iberdrola, indagará también si Braulio Medel, en su etapa como presidente de Unicaja, recibió cheques 'irregulares' por 80.000 euros anuales en concepto de dietas como miembro del Consejo Consultivo de la eléctrica en Andalucía, órgano creado en 2004 y que presidió. Fuentes de la Fundación siempre defendieron que estos cobros con cheques al portador eran «regulares».

Medel también fue en diferentes periodos miembro de los consejos de administración de empresas como Acerinox, Azvi, Iberdrola, Alteria, Abertis Infraestructuras, Aquagest, Confederación Española de Cajas de Ahorros y Ahorro Corporación, entre otras. Algunas de estas empresas están participadas por Unicaja (la entidad tiene acciones) y otras no.

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Aunque resulta complejo determinar una cifra, fuentes consultadas por este periódico elevan a cerca de cinco millones de euros el importe que se podría alcanzar siendo consejero de este tipo de empresas, basándose en la información nominativa facilitada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y los pagos medios de estas sociedades.

En este sentido, en 2003 el Consejo Consultivo de Andalucía explicaba por qué la ley establece de forma clara la incompatibilidad de la presidencia ejecutiva de una caja de ahorros con el desempeño de otras actividades retribuidas: «Tales actividades están reñidas con la exigencia de la dedicación exclusiva y además debe evitarse, en su caso, la colisión de intereses» que pondría en peligro «el correcto funcionamiento de estas entidades».

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Unicaja modificó sus estatutos en 2005 para ofrecer cobertura legal «inquívoca», como la propia Fundación reconoce en las alegaciones presentadas como respuesta a la solicitud de la Consejería, «a la percepción de las citadas compensaciones». Pero juristas consultados por SUR recuerdan que, en aplicación de la jerarquía normativa, las disposiciones de los estatutos de una caja que resulten contrarias a la Ley de Cajas de Ahorro de Andalucía «son nulas de pleno derecho».

El Banco de España no sólo ponía el foco en estos cobros, sino también en la estructura organizativa de Unicaja, acaparada bajo la batuta de Medel, un modelo que «no favorece la necesaria segregación de funciones entre las áreas de negocio y las de control y auditoría». Todas estas áreas dependían de la presidencia ejecutiva, por lo que el Banco de España aconsejó su «deslinde».

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Estos informes dejan a Medel en una situación comprometida frente al Patronato de la Fundación Unicaja, que deberá analizar el impacto de estas informaciones tanto en la idoneidad de su presidente como en la imagen de la propia Fundación, inmersa en estos momentos en la toma de decisiones trascendentales cara a la próxima fusión de Unicaja Banco y Liberbank.

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