Las claves para evitar al mosquito del trigo

Andalucía ha decretado medidas fitosanitarias obligatorias para evitar la propagación de este insecto, que ha sido el causante de la importante merma de la cosecha de cereales en esta pasada campaña

J. A. SUR

Jueves, 11 de septiembre 2025, 02:00

Ha sido uno de los culpables de la notable reducción de la cosecha del cereal en Andalucía en esta campaña. Y conviene estar preparados para ... prevenirlo. El conocido como mosquito del trigo (Mayetiola destructor) representa una seria amenaza, ante la que ya se han puesto medidas fitosanitarias obligatorias en la región.

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Hay que tener en cuenta que una posible plaga de este insecto comienza sobre ricias de la anterior campaña o siembras realizadas en seco o muy precoces. El ataque proviene de la evolución de pupas estivales, fraccionado en función de las precipitaciones del otoño.

Los daños sobre las plantas se producen en dos momentos bien diferenciados. Por un lado, en los primeros estados fenológicos, hasta el ahijado, donde queda el tallo amacollado, de color verde oscuro. Si el número de larvas es elevado, se pueden encontrar tallos hasta con más de una docena. Si el cultivo dispone de agua y nutrientes las plantas, pueden ahijar con fuerza, aunque con un número menor de crías, lo que produce además un retraso.

Hay que tener en cuenta que en la zona occidental se puede producir una segunda generación de primavera

Por otro lado, pueden crear daños sobre plantas desarrolladas, lo que provoca un crecimiento más débil y una menor fructificación. Por eso, generalmente, siempre se ha recomendado enterrar el rastrojo en verano, si han existido daños. En cambio no es útil la quema.

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El mosquito del trigo es una plaga tradicional en los cereales de invierno de Andalucía, habitualmente de poca transcendencia en el cultivo, aunque excepcionalmente se presente de forma destacada.

El adulto es un pequeño mosquito de entre tres y cuatro milímetros, de color gris oscuro, que aparece de forma intermitente con los periodos de lluvias otoñales.

Los huevos son muy pequeños (poco más de medio milímetro, alargados y de color anaranjado, dispuestos en hileras en el sentido de las nerviaciones de la hoja que empieza a desenrollarse, la mayoría de ellos en el haz.

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Las larvas al nacer son aplanadas, hialinas, alargadas y ápodas. Recién nacidas penetran entre la vaina y el tallo hasta fijarse en el nudo, donde succionan la savia de la planta. En su máximo desarrollo son de un color verde translúcido, con cuerpo ahusado y alcanzando unos 4 ó 5 mm de longitud.

Hay que tener en cuenta que, por su climatología, en Andalucía Occidental se puede producir una segunda generación de primavera cuyas pupas aparecerán hacia abril-mayo, permaneciendo durante todo el verano en el rastrojo. En las siembras de fechas normales se desarrolla una sola generación de primavera con poblaciones bajas.

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En la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural decidieron tomar cartas en el asunto este verano, con una serie de medidas obligatorias, con posibles sanciones de no ejecutarse por parte de los propietarios de las fincas agrícolas de la región.

El objetivo es claro: prevenir la incidencia de la plaga del mosquito del trigo y reducir su presencia de cara a la próxima campaña agrícola 2025-2026.

Para ello, las fincas que se han visto afectadas en al anterior campaña deben haber incorporado los rastrojos del cultivo de trigo blando (excepto las variedades Flish, RGT Pistolo, LG Magallanes, RGT Arrebato) y trigo duro en el suelo mediante laboreo justo después de la cosecha a una profundidad de, al menos, 10 centímetros.

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Esto no será obligatorio en explotaciones que hagan siembra directa o mínimo laboreo.

Además, habrá que eliminar los rebrotes de trigo duro o blando que se produzcan durante los meses de septiembre de 2025 a marzo de 2026 mediante laboreo o cualquier otro método aunque vayan a cultivarse de otro cereal.

Respecto a la siembra que viene, n o se podrá cultivar trigo duro o trigo blando, excepto las variedades de trigo blando, después de cereal en la misma parcela agrícola si está en el listado que la Junta de Andalucía tiene registrado por incidencias de esta plaga y que se puede consultar en la web de la Consejería de Agricultura.

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De forma generalizada y sin que sea obligatoria, hay una recomendación para que las siembras se realicen entre noviembre y diciembre, lo que consigue producir un efecto de escape respecto del ciclo normal del insecto. Las siembras en seco o las anormalmente tardías (enero) serían las más sensibles al ataque de esta plaga.

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