Malos tiempos para el sector caprino malagueño
Ganaderos se quejan de que nadie compra la carne de chivo y que el cierre del canal horeca podría hacer caer el precio de la leche
El cierre de restaurantes, bares y hoteles por el estado de alarma derivado de la crisis sanitaria del coronavirus, está poniendo en jaque a los ... ganaderos del sector caprino y ovino de la provincia, que destinan buena parte de sus producciones de carne (cordero y cabrito) al canal horeca. Para colmo, el sector de los quesos de calidad también se ha parado, arrastrando a la leche a unos precios que amenazan con situarse por debajo de los costes de producción.
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En Málaga el caprino es uno de los sectores ganaderos más importantes, junto con el porcino blanco, que no está sufriendo las consecuencias del estado de alarma. El caprino de la provincia produce unos 53 millones de litros de leche de cabra y unos 184.000 kilos de carne, fundamentalmente de chivo. Se estima que en la provincia existen unos 1.400 explotaciones de caprino. La mayoría son semi intensivas, por lo que el ganado es sacado diariamente al campo para pastar. En 2018 se contabilizaban unas 255.000 cabezas de ganado caprino en la provincia (el 25% del censo andaluz, que rondaba los 400.000 ejemplares). El sector facturó en 2019, según Asaja Málaga, unos 45 millones de euros, de los que unos 38 correspondiendo a la producción láctea.
Tanto Asaja Málaga como UPA Andalucía coinciden en que las producciones ganaderas se encuentran en una situación límite por no poder dar salida para sus productos.
«Las ventas de carne delicatessen se ha estancado. Prácticamente solo hay mercado para el porcino blanco y el pollo. El resto de productos, más enfocado a restauración y celebraciones, ha dejado de tener demanda. Los cebaderos de corderos están llenos, sin poder venderlos, aumentando los costes de alimentación. No hay demanda de cabritos, y si no se venden como lechales (con menos de 6 semanas), su precio baja de manera importante», ha asegurado UPA.
Para el presidente de Cabrama, Manuel Salcedo, los precios del chivos no sólo están por debajo de costes, sino que además los compradores no los quieren porque no tiene espacio para almacenarlos. «En los 20 años que llevo de ganadero jamás el precio del chivo ha estado por debajo de los 3 euros el kilo y los he tenido que vender a 2,30 euros el kilo. Pero la semana que viene ya me ha dicho que no se los puede llevar», ha explicado Salcedo.
En cuanto a la leche, la situación tampoco mejora. Con las queserías artesanales bajo mínimos de producción y con las cámaras llenas por la ausencia de venta para hostelería, está habiendo un exceso de leche. Tanto es así que la industria ya está pidiendo que se baje la producción. Ante el riego de que lqa industria baje pueda bajar los precios, organizaciones como COAG ya están manteniendo contactos con el objetivo de que ello no ocurra.
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Asaja ha pedido al Gobierno que se prime el almacenamiento privado para que congele la producción que no pueda absorber el mercado y se haga una compra masiva de producto por parte de las Administraciones Públicas. Respecto a las ayudas acopladas ovino/caprino 2020, la organización agraria pide la eliminación de los coeficientes de salida de corderos, chivos o borregos y de cantidad de leche para poder cobrar la ayuda acoplada. También solicita la limitación pública en el precio de compra para evitar abusos por parte de los compradores hacia los ganaderos. Finalmente, pide involucrar a la gran distribución para que compre producto nacional y limite las importaciones.
UPA por su parte demanda a las administraciones entre otras medidas para paliar las graves pérdidas del sector ganadero permitir instalar puestos de alimentación en los mercados locales, tomando las debidas medidas sanitarias y de seguridad para trabajadores y consumidores; el adelanto de todas las líneas de ayudas del Programa de Desarrollo Rural que gestiona la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible; la reducción de módulos fiscales tanto para la leche como la carne, una moratoria en el pago de impuestos, autónomo y seguros sociales; un plan de reestructuración de los sectores ganaderos, sobre todo ovino y caprino con ayudas al desvieje y reducción del número de animales, y el almacenamiento privado de carne congelada, a la vez préstamos a interés cero con dos años de carencia.
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España ha solicitado a la Comisión Europea medidas de apoyo a los sectores más afectados por la crisis del Covid-19. En particular, el Ministerio de Agricultura ha pedido que se establezcan ayudas al almacenamiento privado y a la reducción voluntaria de la producción para el sector de la carne de ovino, y leche de oveja y cabra. En el caso del sector de la fresa y los frutos rojos, así como para la flor cortada y planta ornamental, se han solicitado ayudas a la retirada de mercado y por no efectuar la cosecha, y se ha pedido su aplicación retroactiva cuando sea necesario.
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