Comienza la temporada del chivo lechal malagueño

Los ganaderos malagueños de caprino se dedican fundamentalmente a la producción lechera, leche que se destina a la industria quesera. Pero esta no es la única actividad del sector. También se dedican, en un segundo plano, a producir carne.

Las ganaderías deben reproducir su rebaño para seguir produciendo leche y renovar las cabezas que conforman la explotación. Una ganadería de unas 500 cabezas puede tener hasta cuatro parideras al año. Esa tarea reproductiva se realiza de manera natural, con machos seleccionados de las mejores hembras, y mediante inseminanción artificial, utilizando semen de los mejores machos.

La Asociación Española de Criadores de Cabra Malagueña (Cabrama) edita todos los años un catálogo con una relación de los mejores machos y hembras.

Aunque cada explotación es un mundo, por lo general hay ganaderos que para aprovechar el plus de las fiestas navideñas prevén una paridera temprana en noviembre para atender la demanda de chivo lechal que se produce durante las mismas, al menos así lo explica el secretario provincia de COAG Málaga y ganadero de caprino, Antonio Rodríguez.

El chivo lechal malagueño es un alimento tradicional que tiene en Navidad una de las épocas del año de mayor demanda. Muchas ganaderías llevan de septiembre de 'parideras', que es cuando termina la gestión de las cabras y se produce el nacimiento de los chivos o cabritos.

La gestación dura por regla general unos 150 días (cinco meses). Los ganaderos tienen en cuenta este periodo para hacer coincidir las parideras con las temporadas de mayor demanda de este tipo de carne y pensando también en el mejor momento para que las nuevas cabras se queden embarazadas y comiencen a producir leche.

Desde el nacimiento de un chivo hasta su venta suele pasar un periodo aproximado de un mes. El animal debe alcanzar un peso aproximado de entre 8 y 10 kilos en vivo. Durante ese tiempo los chivos y chivas son alimentados con máquinas nodrizas exclusivamente con leche.

El Chivo Lechal Malagueño es una marca de garantía aprobada en 2009 y reconocida a nivel nacional. La marca conlleva el cumplimiento en todas las fases de la cadena, desde la producción hasta el destino final, de un pliego de condiciones que garantizan un producto de la más absoluta confianza y óptima calidad. Sus madres son ejemplares de raza malagueña pura y la trazabilidad está garantizada.

La carne de chivo lechal malagueño, al proceder de un animal joven, según Cabrama, exclusivamente alimentado a base de leche, presenta un color rosa pálido, un alto grado de terneza y jugosidad, junto a un sabor suave y característico, ideal tanto para las preparaciones culinarias tradicionales, así como para la alta cocina.

Asimismo, señala que desde el punto de vista nutricional es un alimento ligero, con alrededor de un 2,5 por ciento de materia grasa intramuscular de fácil digestibilidad, más del 35 por ciento de la cual corresponde al ácido oleico, y con más del 17 por ciento de proteína de alto valor biológico. Además, es una buena fuente natural de hierro.

Según el secretario provincia de COAG Málaga, Antonio Rodríguez, los mercados que más demandan la carne de cabrito lechal en esta época del año se concentran sobre todo en el norte de España, especialmente en Cataluña y Navarra.