El público del Carpena mostró todo su apoyo a Rada Nadal. Marilú Báez
Copa Davis

Málaga se rinde a Rafa Nadal

El Carpena convirtió el primer partido de la eliminatoria en un auténtico homenaje al balear en la Copa Davis de su despedida

Nacho Carmona

Málaga

Martes, 19 de noviembre 2024

Esta edición de la Copa Davis tomó otra dimensión cuando Rafa Nadal anunció en un emotivo vídeo que las luces, sus luces, se apagarán para ... siempre cuando termine la andadura de España en la copa del mundo oficiosa de tenis. Cuando comenzó la eliminatoria, en la que el de Manacor salió el primero a jugar por decisión del capitán, David Ferrer, el público no sabía si habría otra oportunidad de despedir a Nadal. Fue por eso que el partido se convirtió en un auténtico homenaje al balear. Por si acaso. Por no si había una próxima vez. Sea como fuere, era mejor estar avisados.

Publicidad

Se respiró una atmósfera diferente durante todo el día; también por la mañana. La 'fan zone' puso a prueba su capacidad desde la hora de comer en un día en el que el sol salió para acompañar la sensación de que había algo que celebrar. Algunos aficionados disfrutaban de ese agradable calorcito de invierno en las tumbonas que hay frente a la pantalla, enfrente de la entrada principal del Carpena, mientras cámaras de televisión y reporteros de todo el país ocupaban el espacio para dar cobertura a un acontecimiento histórico. Se respiró un ambiente de día grande.

Aura, esa palabra que tan de moda está ahora, fue lo que envolvió a la selección española cuando se dispuso a salir a la pista. Lo hizo con el himno de la comunidad Valenciana de fondo en homenaje a las víctimas que dejó la DANA. Nadal encabezó fila en el momento en el que apareció el equipo español, y entonces el Carpena rompió a aplaudir. Especialmente emotivo fue el momento de los himnos, con un Nadal emocionado y un público que se empeñó en ponerle letra, entonando el clásico 'Lo, lo, lo'. En las gradas se veían camisetas de la selección de distintas disciplinas y caras pintadas de rojo y amarillo.

El momento en el que sonó el himno español. Marilú Báez

Lo que vino después fue una muestra de amor incondicional al mejor deportista que España ha dado jamás. «¡Rafa, Rafa!», entonó el público español (y parte del neerlandés) durante casi un minuto de reloj, segundos después de que sonaran los himnos. Y tras ello, con los protagonistas ya en la pista, el 'speaker' se dispuso a presentar a los dos tenistas. Con Rafa, por motivos obvios, tuvo que extenderse un poco más. Cantó uno a uno todos sus Grand Slams (22) y sus títulos de Copa Davis (5). Y un respetuoso y sentido minuto de silencio a causa de los fallecidos por el temporal hizo de antesala del partido.

Resultó sorprendente también la cantidad de holandeses que acudieron al Carpena a apoyar a su equipo. Cifrados en alrededor de un millar (la Federación neerlandesa compró 800 entradas para su gente), serán la afición más numerosa en el Carpena después de la española, local y anfitriona tras un año sin poder ver a su selección en las Finales.

Publicidad

La 'fan zone', abarrotada

Aunque el grueso del ambiente se encontraba dentro del pabellón, los exteriores del Carpena también acogieron más gente que nunca para seguir el partido de Nadal desde la gran pantalla que hay colocada en el exterior. Niños, adultos y ancianos se dieron cita en los aledaños del pabellón para no perderse la cita. Los gritos de alegría cuando el balear conseguía un punto, y más cuando esperanzó a toda España con un posible 'sorpasso', ya en el segundo set, sonaron con muchísima fuerza.

Al final, la conclusión es que lo de España (y lo de Málaga en particular, en esta ocasión) es amor incondicional. El tenis es ese deporte de silencio en el que se manda a callar a los aficionados que gritan cuando el juego se reanuda. Y ayer se escucharon mas 'shhhhh' de la cuenta porque no paraban de sucederse los «¡Vamos, Rafa!». Después de cada punto, cada vez que surgía la oportunidad. Y llegó el momento del final. De decir adiós por si no había próxima vez. El público rompió a aplaudir otra vez (también los holandeses) con Rafa agradeciendo, con las manos en alto, desde el centro de la pista. Un momento mágico de comunión que tuvo Málaga como escenario. Una suerte para quienes estuvieron allí y pudieron mirar a los ojos al mejor español de todos los tiempos en el que podía ser su último día en el trabajo.

Publicidad

La familia de Rafa también estuvo presente, apoyándole. Marilú Báez

No hubo tantas caras conocidas como se esperaban, aunque sí lo acompañó su familia (su mujer, su hijo, su hermana y sus padres) y también Rudy y Marta Fernández, además de representantes institucionales como el alcalde, Francisco de la Torre, o el consejero de Deporte de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad