Italia, a un solo paso ya del doblete en Málaga

Le espera este domingo (desde las 16.00 horas) la debutante en esas lides Países Bajos. Pero con Jannik Sinner... Sinner sólo tiene de 'pecador' (la transcripcion inglesa de su apellido) que juega muy bien al tenis y si, claro está, se analiza desde el punto de vista de sus rivales. Su juego ha adquirido en los últimos meses tal dimensión y consistencia que ridiculiza a rivales instalados ya en un considerable nivel de excelencia. El jueves Sebastián Báez (27º del mundo) le duró hora y cuarto en sus manos. Este sábado, Álex de Miñaur, el 'correcaminos' del circuito, el jugador que parece llegar a todas las bolas, 98 minutos.

Desde el 19 de octubre no pierde un set, en la final de Shanghái ante Alcaraz (el tres mundial, el español llamado a ser su némesis en los próximos años). Nueve de nueve es el increíble balance del de San Candido en el 'head to head' ante el australiano, que sólo le ha ganado un set hace años, en Sofía. En 2023, en la final de la Davis en Málaga, un 6-3 y 6-0; la pasada semana, en Turín en las ATP Finals, un 6-3 y 6-4, y esta vez, idéntico tanteo.

No hay quien pueda con Sinner, y menos en pistas tan rápidas como la de Málaga. Tarda algunos minutos en llegar a su mejor tono, pero entonces empieza a devolver palos de altura plana desde el fondo y cambia direcciones para hacer correr de lado a lado abriendo ángulos imposibles. No hay nada que hacer. Lo sabía De Miñaur, que acudía al patíbulo, después de que perdiera minutos antes Kokkinakis ante Berrettini, en la madre de las batallas.

Ahí se cerró el candado para Australia para asistir a su tercera final seguida en la Copa Davis, todas en el Carpena. Se escuchan gritos de asombro, de auténtica admiración por lo bajo que bota la bola y cómo se proonga determinados intercambios, casi siempre con Sinner dominante.

Consciente de que se le iba a Australia el último hálito de vida, De Miñaur lo peleó de forma admirable, con un segundo set sobresaliente en ritmo e intensidad. Llegó al 4-4 y 0-15, pero entonces SInner puso una marchamás para cerrar cuanto antes y evitar más desgaste.

Málaga ha podido disfrutar un año más del espectáculo de más alto nivel del tenis mundial, ejemplarizado en el italiano, que con su presencia revaloriza un torneo muy discutido por su formato, fechas (en el cierre de la temporada) e inmovilidad de sedes.