Fernando Alonso, durante el GP de Brasil. EP
Análisis

Fernando Alonso se muerde la lengua sobre Aston Martin

El asturiano dejó un dardo implícito contra su equipo tras el pobre resultado de la carrera de Interlagos, lo que deja entrever una cierta decepción sobre lo que ve y lo que puede pasar

David Sánchez de Castro

Lunes, 10 de noviembre 2025, 19:50

El Autódromo José Carlos Pace de Interlagos, en Sao Paulo (Brasil), siempre deja carreras en las que, la mayoría de las veces, puede haber ... sorpresas. No es casual que aquí, por ejemplo, Carlos Sainz lograra su primer podio en la Fórmula 1, aunque fuera en los despachos y horas después de la llegada a meta. Este fin de semana se vivió el segundo puesto de Kimi Antonelli, que está puliéndose como un gran diamante de futuro, o una nueva remontada de Max Verstappen, que si no pintó sus particulares Meninas, se quedó en un esbozo bastante cercano.

Publicidad

Y, mientras, a Fernando Alonso ni se le vio. Después de sumar tres puntos en la carrera sprint, ese formato del que reniega cada vez que puede, estaba razonablemente optimista para el domingo. Decía antes de la carrera que esperaba que no lloviera, que quizá le vendría mejor una carrera tranquila previendo que ya iba a haber incidentes -y vaya si los hubo, especialmente en el primer tercio-, pero se encargó su propio equipo de boicotearle. Un mal cambio de neumáticos le condenó al ostracismo, pese a que comenzó la participación en la carrera pensando en los puntos sin miedo.

Entre eso y una estrategia francamente mejorable, las opciones de Alonso se diluyeron hasta un pobre decimocuarto puesto final que sabe a muy poco. Y duele especialmente porque el viernes, como en tantos otros antes, había esperanzas para verse ahí arriba. Hasta en la SQ2, la clasificación para la sprint del sábado, se vio a un Alonso con el mejor tiempo. No era una idea tan loca alcanzar el 'top 10' para la carrera, pese a salir undécimo.

Pero después de la cita de Interlagos, Alonso se mordía la lengua. «No puedo ser del todo sincero», se arañaba por dentro el asturiano, «pero creo que todos mejoran bastante». Está claro que algo pasa entre el viernes, cuando se practican los ensayos de carrera, y la hora de la verdad, cuando los pilotos se bajan la visera y se ponen manos a la obra cada domingo una vez que se apagan los semáforos.

Publicidad

Mal augurio

Entre los aficionados de Fernando Alonso hay una gran expectación para 2026. La temporada presente escribe sus últimas líneas. A falta de un triplete de carreras -Las Vegas, Catar y Abu Dabi, que serán además seguidas-, todas las miradas están puestas en el desarrollo de los monoplazas de la temporada próxima, cuando se estrena una nueva normativa técnica. Sobre el papel todos deberían quedar barajados y empezar de cero, y el fichaje de Adrian Newey por Aston Martin tiene un halo de éxito obligado a su alrededor que puede ser contraproducente.

Que Alonso se muerda la lengua no suele ser nada bueno. Sobre todo porque el asturiano tiene una capacidad analítica de prever lo que muchas veces a otros se les escapa. No es casual que ese «no puedo ser del todo sincero» se haya leído como un evidente mensaje a la cúpula de los de Silverstone. Para los aficionados ha sido entendido así, y posiblemente no les falle el ojo clínico: hay mucho miedo ante las expectativas. Alonso, y su legión detrás, tienen muy presente lo que pasó en 2015 con aquel fiasco de McLaren Honda -motor que también llevará Aston Martin desde 2026- o la reacción que generaron los primeros podios del asturiano en 2023. Sobre todo porque ahora mismo no hay motivos para pensar que la situación vaya a cambiar mucho.

Publicidad

En apenas dos temporadas se pasó de soñar con el tercer campeonato a firmar la ansiada '33', de ahí a pelear por podios, luego puntos y ahora es poco más que celebrable acabar cerca del 'top diez'. Aún queda margen para que los objetivos sean tan bajos como en aquel ciclo de infausto recuerdo de la segunda época en McLaren, cuando acabar una carrera era el reto. Por eso, que Alonso se muerda la lengua no es bueno: muchos temen que lo que se ha visto en Brasil sea un pequeño aviso de lo que puede llegar en unos meses.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad