Tres ejemplos de vida imparten cátedra en Alhaurín de la Torre

Estas tres mujeres no aparecen con frecuencia en la órbita pública, pero sus palmarés e historias de vida bien lo merecen. Pocos seguidores del deporte malagueño no conocen aún a Sarah Almagro, la joven marbellí de 24 años que, a los 18 vivió una pesadilla. Entró en el hospital con fuertes dolores de cabeza y barriga y diagnosticada con una gastroenteritis; cinco meses después, salió en silla de ruedas, con pies y manos amputados a causa de una meningitis meningocócica. Apenas unos años después de senda tragedia, Sarah, que además está terminando la carrera de Derecho en la UMA, saltó a la fama como campeona de España, de Europa y del Mundo de surf adaptado.

Siendo sólo una niña de 4 años sin apenas capacidad de razonamiento, la malagueña Amira Bencherqi sufrió un fatal accidente de tráfico en Marruecos, tierra natal de sus padres; salió disparada por el cristal con tan mala fortuna que este le cortó la pierna casi de lleno. Sin embargo, encontró en la natación una vía de escape y una nueva forma de vida que le permitió sentirse normal, como el resto de niños. Ahora, con 18 años es campeona de los World Games en los 400 libre y subcampeona en 100 espalda y 50 libre, además, estudia Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en Madrid.

Aunque siendo más mayor, a sus 30 años, a Laura Sánchez le cambió por completo la vida en un abrir y cerrar de ojos. Esta modélica enfermera, número uno de su promoción, salía muy cansada de una guardia en el Hospital Costa del Sol de Marbella cuando se quedó dormida al volante. Según sus propias palabras, su columna quedó como un 'acordeón', y sus piernas no volvieron a responder. Pero lejos de hundirse, encontró en el deporte su nueva ilusión, una motivación para seguir peleando cada día, cuando nunca antes lo había practicado. Años después, es campeona de España de remo y toda una referencia del Real Club Mediterráneo.

Sus historias de superación cautivaron al Centro Cultural Vicente Aleixandre, pero sobre todo, hicieron reflexionar al público sobre cómo el deporte les devolvió la esperanza y literalmente, les dio una nueva vida. Aun así, hicieron hincapié en la enorme cantidad de barreras que siguen encontrando a diario: falta de ayudas económicas, desconocimiento generalizado del deporte para discapacitados, edificios sin adaptación, poca visibilidad... Causas por las que aún hace falta mucho trabajo.