M. RIVAS
Culturismo

Nacho Bueno, el niño que sueña con ser culturista

Este pequeño malagueño de 5 años, que también juega al fútbol, encandiló al público del último Campeonato de Andalucía absoluto al realizar una exhibición a su precoz edad

Lunes, 30 de junio 2025, 00:00

¿Con qué sueña un niño de 5 años? Normalmente, con metas bastante utópicas, como llegar a ser astronauta, espía… O bien, con seguir los ... pasos de sus ídolos y convertirse en futbolista, jugador de baloncesto o Fórmula 1, por ejemplo. En su caso, sin embargo, tiene su objetivo bastante claro. Aunque es un gran apasionado del fútbol y del motociclismo, si le preguntan, responde: «de mayor quiero ser culturista». Desde luego, no es lo que uno suele escuchar a esta pronta edad, pero es que él tiene a su mayor referencia a su lado, su padre.

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Nacho Bueno Triviño es un pequeño malagueño de 5 años que hace unos días deslumbró a toda una sala de teatro llena de los mejores culturistas de Andalucía. Con los ojos brillosos y una ilusión desbordante, él y otro niño andaluz de 7 años salieron a comerse el escenario y a demostrar sus habilidades a los adultos, que quedaron tan sorprendidos como prendados por la inocencia y la admiración que mostraban ante su disciplina. No fue una competición. Obviamente, a estas edades no se les permite competir, fue una exhibición preparada para que estos pequeños talentos pudieran sentirse protagonistas por un día, al término del campeonato autonómico que acogió la localidad sevillana de Morón. Nunca antes se había visto a un niño de sólo 5 años transmitir esa pasión por el culturismo.

DAVID PÉREZ / SUR

Pero, ¿de dónde viene esta afición? Sin duda, de su padre, Jonathan Bueno, su ejemplo a seguir. «Ve desde pequeño que tanto mis amigos como yo competimos, y él mismo quiere venirse conmigo al gimnasio, a los campeonatos…», relata el progenitor, que ha competido durante años en culturismo tanto a nivel provincial como autonómico, y aunque ahora ya no acude a los campeonatos, sí que ayuda a otros compañeros en su progreso y los acompaña en sus concursos.

Como bien explica, el pequeño Nacho se ha convertido en un adepto del gimnasio, siempre que pasa los tornos del gimnasio Uppsala, en el Puerto de la Torre, se convierte en la sensación tanto para los trabajadores como para los usuarios. Dado lo inquieto que es, le encanta andar e incluso correr en la cinta y se dedica a imitar los entrenamientos de su padre, obviamente, adaptado a su menudo cuerpo. «Él entrena haciendo lo que yo hago, los mismos ejercicios pero sin peso o con mancuernas que tengan como mucho un kilo. Él mismo sigue los movimientos que hago, la gente flipa con él», cuenta Jonathan.

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Eso sí, tanto él como su madre son conscientes de que sólo es un niño y que, de seguir el camino del culturismo, aún debería esperar a la mayoría de edad. Por ello, hacen que Nacho compagine esta afición por un deporte en equipo, como es el fútbol (en el Portada Alta) y por supuesto, que antes de dedicarse a esta disciplina, entienda los valores que encierra el culturismo: «Él me dice que quiere ponerse muy fuerte, pero yo siempre le digo que lo primero que tiene que entender es que para hacer esto tiene que cuidarse mucho, comer bien y tener la disciplina para entrenar cada día, el año entero, con constancia», valora el padre.

Orgullo

Eso sí, no podía evitar emocionarse cuando veía a su hijo en lo alto del escenario del Campeonato de Andalucía: «Fue muy emocionante, me siento muy orgulloso de él». Especialmente, en el momento en que, tras terminar de exhibir sus poses, como el resto de competidores adultos, se lanzó sin pensarlo a abrazar a su compañero, lo que levantó el aplauso de todo el público.

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Es curioso lo cómodo que se mostraba sobre la tarima un pequeño tan introvertido fuera de ella. A sus 5 años, aún le cuesta desenvolverse con naturalidad ante desconocidos, como es normal, pero le basta para contar: «Me gusta esto porque lo veo de papá, de mayor quiero ser culturista, como él. Me gusta la cinta y las pesas y me quiero poner fuerte como mi padre», asegura el joven. El futuro deparará su destino, pero de momento, como cualquier otro niño, hace lo que debe a su edad, que no es otra cosa que disfrutar del deporte y sus valores con el valor añadido de compartir 'hobby' con su padre.

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