Una malagueña y una 'boquerona' de adopción, al Mundial de rugby
La tercera línea Lía Piñeiro y ala madrileña afincada hace años en la Costa del Sol Ana Cortés, estudiantes de Ingeniería, debutarán desde el domingo en esta gran cita de selecciones
Este domingo la selección española de rugby femenina escribirá una nueva página en el libro de su historia al afrontar, en Inglaterra, su séptimo Mundial, ... al que ha logrado clasificarse después de ocho años. Una cita en la que 'Las Leonas', como se conoce popularmente a las jugadoras del combinado nacional, buscarán demostrar el crecimiento de una selección que quiere seguir apuntando alto cara al futuro. Y en el grupo hay una malagueña y otra jugadora afincada aquí que son vigentes campeonas de Europa absolutas y debutantes en un campeonato del mundo.
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Hablamos de Lía Piñeiro, tercera línea de 24 años, y Ana Cortés, ala de 18 años, la benjamina del equipo. Dos perfiles muy diferentes cuyas historias personales, sin embargo, también tienen puntos en común. Comenzamos presentando a la 'veterana' Piñeiro, una jugadora que pese a que ya cuenta con dos títulos continentales y está más que consagrada en el equipo, apenas lleva seis años jugando al rugby. De familia madrileña afincada en nuestra provincia, Lía nació en Málaga y se crió en Manilva. Siempre ha sido fiel a su instinto deportivo, aunque realmente, no conoció su actual disciplina hasta que se mudó a Madrid para estudiar en la Universidad, ya con 18 años.
Previamente, compitió en dos modalidades contrapuestas. «De pequeña jugué mucho al golf, diez años concretamente, porque vivía enfrente de un campo. Luego me aburrí y de los 16 a los 18 me apunté con mi hermana a Artes Marciales Mixtas y llegué a competir en campeonatos de España», relata. Cuando se marchó a la capital española para estudiar, lo hizo con la idea de seguir dentro del mundo de la MMA, pero el rugby, muy extendido en Madrid, se cruzó en su camino y ya nunca se marchó. Desde entonces, forma filas en el Olímpico de Pozuelo. «Empecé a jugar el año del Covid y fue al siguiente, en mi segundo curso, cuando empecé a formar parte del equipo de División de Honor. La selección ya me llamó por primera vez en enero del año pasado». Desde entonces ha acudido a dos Europeos absolutos de XV (los cuales ha ganado), además del clasificatorio para el presente Mundial.
Una brillante carrera deportiva que compagina con otra exigente faceta, la de estudiante de Ingeniería Mecánica. Eso sí, por ahora, su mente está en el balón de rugby. Y no es para menos, porque ya este domingo será el debut de España en el Mundial, en un complicado grupo en el que deberán medirse a Japón, Irlanda y nada menos que a la vigente campeona, Nueva Zelanda, con la que se estrenarán el domingo. «Estamos todos con muchísima ilusión, es muy emocionante. Tenemos muchas ganas de llegar allí y vivir la grandeza del evento. Queremos hacer un buen papel, intentar ganar a Japón y a Irlanda y plantar cara», valora.
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Málaga por bandera
Lía será la única que ponga acento malagueño a este grupo de 32 'Leonas', aunque otra compañera también llevará el nombre de la ciudad por bandera. Hablamos de Ana Cortés Ekobo. La madre de esta ala de 18 años, la reputada crítica de cine Teresa Ekobo, nació en Guinea Ecuatorial, pero llegó a España siendo muy joven y fue ya en Madrid cuando dio a luz a la que ahora será la benjamina de la selección. Sin embargo, hace más de cinso años sus padres se trasladaron a Málaga y fue aquí, en el Club de Rugby Málaga, donde Ana se enamoró de este deporte. Antes, jugaba al fútbol, pero se vio obligada a paralizar su actividad deportiva un tiempo al sufrir la enfermedad de Osgood-Schlatter, que se da en la parte superior de la tibia, por debajo de la rodilla debido al rápido crecimiento. «El rugby lo descubrí aquí en Málaga, antes no tenía ni idea. Sólo éramos dos chicas al principio así que empecé jugando con chicos y ahí aprendí un montón. Ya con 17 años pasé al equipo femenino», relata.
Fue progresión fue meteórica. Primero la llamó la selección andaluza, ganó el Nacional, y de ahí recibió la llamada de la selección española sub-18 de rugby seven (la modalidad olímpica), con la que se proclamó subcampeona de Europa. Fue en enero cuando tocó a su puerta el combinado absoluto de rugby quince, antes de participar en el Europeo en el que logró su primer gran oro.
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Desde hace sólo unos meses, esta estudiante de Ingeniería de Diseño Industrial (ahora quiere cambiarse a Arquitectura), está becada en la Blume y vive un auténtico sueño: «Estoy muy contenta, me han acogido muy bien a pesar de haber llegado la última. Afronto este Mundial como una gran experiencia para aprender, porque voy a juntarme con jugadoras con muchísima experiencia y nivel. En unos años espero poder ser como ellas». Y añade, sobre las expectativas del equipo nacional: «España no es de las favoritas, pero esta es una oportunidad para demostrar que tenemos un buen grupo, que sabemos jugar y que tenemos ganas de darlo todo».
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