El Hemisferio Sur vuelve a imponer su hegemonía en un mundial de rugby

En un deporte en el que el peso de la tradición suele ser determinante, la historia ha vuelto a imponerse. Francia, dispuesta a romper la maldición que la acompaña -tres finales disputadas, las tres perdidas-, comenzó el torneo con fuerza (victoria ante los All Blacks incluida) y con Antoine Dupont, el considerado mejor jugador del momento, en sus filas. Los anfitriones, sin embargo, cayeron prematuramente en cuartos de final. Un golpe muy duro para un país que tras la final del último mundial de fútbol no para de coleccionar sinsabores deportivos.

Lo mismo sucedió con la ultrafavorita Irlanda, que comenzó el torneo como número uno del 'ránking' mundial tras una serie de victorias resonantes en el periodo de preparación. Los irlandeses volvieron a sucumbir ante la maldición de los cuartos de final, una barrera que nunca han conseguido cruzar en los diez mundiales disputados hasta ahora.

Tras una primera fase en la que los europeos habían conseguido acabar en cabeza en los cuatro grupos, el pasado fin de semana llegó la hora de la verdad en los cruces a todo o nada, y allí las potencias del Sur impusieron su ley.

El equipo local cayó ante la vigente campeona, Sudáfrica, que llegaba tocada tras perder en fase de grupos ante Irlanda, pero que acabó prevaleciendo gracias a su vigor físico en un partido de gran tensión que se decidió por un solo punto (28-29). Es la segunda vez que Francia organiza un mundial y no consigue siquiera llegar a la final.

A la gran favorita, Irlanda, no le fue mejor. Los irlandeses, que también ganaron con comodidad su grupo, protagonizaron un encuentro épico frente a los All Blacks, la mítica selección neozelandesa que por primera vez en la historia llegaba a esta instancia tras perder un partido en fase de grupos. En lo que muchos especialistas han considerado como el mejor partido en la historia de la Copa del Mundo, los oceánicos ganaron por un ajustado 28-24 y presentaron una sólida candidatura al título.

El trío de victorias del Hemisferio Sur lo completó Argentina, que también llegaba a cuartos después de un inicio tambaleante y tras quedar segunda en su grupo por detrás de Inglaterra. Los Pumas se midieron con Gales, una de las selecciones europeas con mayor tradición en este deporte, a la que derrotaron por un claro 29-17 tras remontar un 0-10 inicial en una gran muestra de carácter. Los argentinos se medirán ahora con Nueva Zelanda en las terceras semifinales que juegan su historia y lo harán desde la posición en la que más cómodos se sienten, cediéndole la condición de favorito a su rival.

El honor europeo lo ha salvado Inglaterra, la única selección del Norte que aún se mantiene con vida a pesar de haber sido la peor clasificada en el último torneo de las VI Naciones. Los ingleses, que derrotaron a la sorprendente Fiyi por 30-24 en un partido marcado por decisiones arbitrales controvertidas que perjudicaron a los isleños, reeditarán en semifinales el duelo de la final de la anterior Copa del Mundo, en la que cayeron derrotados ante Sudáfrica.

Son la última esperanza para un continente que sueña con comenzar a revertir la historia de la Copa del Mundo de Rugby, que en sus nueve ediciones anteriores registra ocho victorias de equipos del Hemisferio Sur -Nueva Zelanda (3), Sudáfrica (3), Australia (2)- frente a una sola del Norte, la que consiguió Inglaterra en un ya lejano 2003.

Nueva Zelanda y Argentina se medirán en el estadio de Saint Denis este viernes a las nueve de la noche y 24 horas después lo harán Sudáfrica e Inglaterra en el mismo escenario. Ambos partidos se retransmiten por Movistar+.