El críquet, el reflejo de la España multicultural
Cártama acoge desde el lunes el Europeo de este deporte de masas en ciertos rincones del mundo, pero desconocido en nuestro país, que cuenta con una selección con raíces de siete naciones diferentes
Son taxistas, comerciales, trabajadores de la hostelería, limpiadores, estudiantes, fisioterapeutas… Pero también son los miembros de una selección española de críquet que quiere hacer historia. ... Si sólo se fijasen en los rasgos o en el papel, nunca les reconocerían como equipo nacional de nuestro país, quizá de algún otro de Oriente Medio, pero son una perfecta representación de la actual España multicultural. Son hijos de migrantes llegados en busca de una mejor vida; muchos llevan aquí más de 10 ó 15 años (o desde la infancia), se han formado y trabajan aquí; otros, incluso, ya nacieron en España o tienen algún padre o madre nacional.
Publicidad
Son Adam Alger, Asjad Butt, Atif Mohammad, Christian Muñoz-Mills, Daniel Doyle-Calle, Gaurang Mahyavanshi, Gurvinder Singh, Hamza Saleem Dar, Mohammad Kamran, Muhammad Babar, Muhammad Ihsan, Prince Dhiman y Tom Vine. Trece jugadores procedentes de varios rincones de España aunque con raíces muy diferentes: India, Pakistán, Sudáfrica, Australia, Reino Unido, Bangladesh... Y también España. No es un hecho insólito, casi todas las selecciones cuentan con una amplia gama cultural, y es que basta con 3 años de residencia en un país para que puedas ser seleccionado.
En este caso, ellos son los escogidos para defender la elástica española en el Europeo de críquet, que, por segunda edición consecutiva, acoge Cártama. ¿Su sueño? Alcanzar las medallas. La localidad recibe desde el lunes y hasta el 14 de octubre a las 20 mejores selecciones del continente; destacan Holanda, Irlanda... E Inglaterra, una de las mayores potencias mundiales de este curioso deporte, además de ser la cuna del mismo. Se trata de una disciplina similar al béisbol; un equipo batea (con un bate plano) y otro lanza la bola y captura. En el primer caso, sólo actúan dos bateadores, el principal y uno secundario, que corren entre sí en una distancia corta para ganar puntos (en el béisbol se corre entre bases para completar vueltas). El conjunto que lanza y captura cuenta con 11 integrantes en la cancha, cuya función es que los bateadores consigan el mínimo de puntos posible hasta que agoten su turno. Otra diferencia es que el campo de críquet es ovalado, mientras que el de béisbol parte de un ángulo de 90º.
Una disciplina que reúne a las masas frente al televisor (el último Europeo de Cártama tuvo 40 millones de espectadores) en varias partes del globo: India, Pakistán, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda... Y que, sin embargo, es un completo desconocido en España, aunque está en crecimiento. De hecho, al contar con 115 clubes y estar presente en 10 comunidades, cumplió los requisitos para ser reconocido este mismo 2022 por el Consejo Superior de Deportes y su Agrupación nacional, presidida por el gallego Juan Carlos Rodríguez (nacido en Sudáfrica), está en vías de ser considerada, al fin, como Federación, lo que ayudaría a su profesionalización. Y es que mientras que en otros países, los jugadores son 'estrellas', aquí no es más que un 'hobbie'.
Publicidad
De entre los jugadores, sólo uno tiene apellido español, Christian Muñoz-Mills (fisio), un alicantino de 31 años, de madre inglesa, que conoció este deporte por su abuelo. Él es el capitán de la selección que lleva defendiendo desde las categorías inferiores. Es historia viva de un equipo que no hace más que crecer. De hecho, a día de hoy, España es la nº 36 del 'ranking' mundial y el sueño de todos los jugadores: el Mundial. «Vivir de esto es difícil, jugamos en los clubes por afición y luego con la selección sí que conseguimos algo más para nosotros, nos cubren gastos… Aunque cada vez tenemos más sponsors, está creciendo mucho». Y añade: «Para mi es un honor, y para mis compañeros también, muchos han nacido aquí y otros se sienten españoles porque llevan mucho aquí». Pese a sus diferencias culturales, han creado una familia.
Otro de los 'veteranos' es el británico Tom Vine (vendedor de muebles de jardín), que llegó a Murcia junto a sus padres a los 11 años y hoy, a los 29, sigue soñando con llegar lejos con la selección que lleva defendiendo desde las categorías inferiores. Se enamoró de este deporte viendo un Inglaterra-Australia en televisión; ahora es casi profesional. «Una de las cosas que más me gusta es lo bien que nos llevamos, hacemos planes juntos, hacemos amigos de muchos países, de otras selecciones… A algunos me gustaría venir a verlos jugar la semana que viene, aunque tendré que coger vacaciones en el trabajo», cuenta en tono jocoso.
Publicidad
Y de los más 'veteranos', a una de las jóvenes promesas, Atif Mohammad (estudiante de un Grado Superior de Informática)un joven barcelonés de 19 años, nacido en Pakistán y que llegó a Cataluña a los 8 años. «Allí empecé a jugar al críquet en la calle, con una pelota de tenis. En Pakistán, si juegas al críquet te respetan mucho, la gente te conoce… Aquí no es así, pero tenemos suerte de que está progresando mucho. Mi sueño es poder ser profesional e ir con España a un Mundial», reconoce.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión