El Benalmádena se encomienda a Dekeyser para volver a la élite

«No es fácil. Tenemos dos chicos nuevos con experiencia, como Roberto y Pablo Antón –a los que se ha sumado Pablo Santiago, que viene de Cádiz–, pero llevamos dos partidos con ellos y es difícil crear automatismos. Además, Dimitri Kools está lesionado (pequeñas molestias), y Máximo Pizarro, por motivos de estudio, se ha ido a Madrid. Las dos próximas semanas serán clave», manifestó el que fuera también medalla de plata en el Europeo de 2013, jugado en Boom, en su país.

La pregunta es ineludible: ¿Qué hace Dekeyser en un conjunto de segunda categoría español? «Fue una decisión familiar (tiene dos hijas, de 2 y 5 años) de cambiar todo. Es una nueva oportunidad para mí, la de vivir en la Costa del Sol, y poder seguir mientras con el hockey», reconoció. «Trabajo como autónomo desde hace unas semanas para una firma inmobiliaria de mi país, y vi en Facebook la existencia de un club de hockey en Benalmádena. La verdad es que me parece muy familiar, me gustó el ambiente y el entorno», añade.

Para Dekeyser no era nuevo jugar en una categoría más baja. Ya lo hizo en el Braxgata neerlandés, al que llegó en una tercera división y al que situó, siete años después, en el 'top cinco' de su país. También jugó en Nueva Zelanda y entrenó una década al Leuven femenino, al que condujo a jugar los 'play-off' por el título. Ahora en España, aprecia algunas diferencias. «Creo que los resultados de las selecciones nacionales cambiaron la imagen del hockey en Bélgica. Hubo dos medallas olímpicas y se pasó de 15.000 a 50.000 licencias en apenas quince años. En España el hockey no está mal, pero se ve más el fútbol o se practica el pádel. Creo que en mi país los ocho equipos de arriba de la tabla son mejores que los de España. El nivel de competición es un poco más alto. Los cuatro mejores de España podrían competir en la Liga belga, eso sí, y en cuanto a la División de Honor B sí es similar a la de Bélgica».

En el Benalmádena se ha encontrado una entidad que quiere crecer, pero hay aspectos que requieren un análisis sopesado. «Creo que el club está en el buen camino. Hay un buen técnico, y se ha subido a muchos juveniles a entrenarse con nosotros, y eso es muy bueno, pero se necesita un nuevo campo, si en dos o tres años queremos mantenernos en División de Honor A (si se logra el ascenso finalmente). En los clubes de Barcelona (que, en el entorno de Tarrasa, copa la mayoría de representantes en la élite) las instalaciones son mejores, y la bola bota mucho más», se queja en relación a un campo que está muy gastado, con quince años de uso, superada su vida útil, aunque en todo caso hay una licitación para renovar la superficie, con el problema de que el presupuesto se quedó obsoleto, ya que los precios de los trabajos han subido mucho.

Además, sería clave una reestructuración de la plantilla para el reto de la máxima categoría. «Sería impresionante la experiencia de subir, pero no queremos un año en el que perdamos todos los partidos», previene el delantero de 38 años. En todo caso, conviene recordar que hay dos plazas directas de ascenso y una de promoción con un equipo de División de Honor A, que es el puesto que ocupa ahora el RH Privé Benalmádena, pese a ser cuarto, beneficiado por la presencia de hasta cuatro conjuntos filiales en la categoría.

Con trece goles en otras tantas jornadas (aunque ha jugado once), ¿se marca una cifra cara al resto de la temporada?: «Es una pregunta difícil, Quiero más de trece goles. Mi ambición son treinta. Sé que es mucho, pero es posible. Pero lo importante es el grupo y ganar. Además de los trece tantos, tengo ocho asistencias. En la primera vuelta tuve conexiones con muchos jugadores, como Vila, Kools... Tengo que dar más. No me gustó la derrota del último fin de semana (se refiere al duelo en Sant Cugat) y quiero más penaltis córner, más nivel».

Tampoco deja claro si continuará más temporadas en el equipo. «Es difícil. Tengo nueva casa, en Estepona, un poco más lejos, a 35 minutos, en una montaña (antes vivía en Marbella), y hacemos entrenamientos de tarde y noche. Mi cuerpo me dice que tengo tres o cuatro años más en el hockey. Disfruto mucho, y si subimos a la A sería increíble...», confiesa, pero todos reconocen que se encuentra en un gran estado físico, con entrenamientos de su deporte y sesiones de 'crossfit'. «Sin mis hijas, seguiría jugando diez años más», bromea.

Para el resto del equipo tener como compañero en el RH Privé Benalmádena es todo un lujo. Lo reconoce abiertamente su capitán, Borja Wücherpfennig. «Es un privilegio, igual que cuando tuvimos en su momento a Vila, tanto deportivamente como a nivel de liderazgo, por lo que puede enseñarnos», se pronuncia. «Nuestro grupo es bastante joven y nunca ha tenido la opción de aprender o jugar con gente de tanto nivel y tener esa ayuda –continúa–. Además, deportivamente siempre hemos tenido el 'handicap' de carecer de un goleador que nos eleve el nivel, y él cubre eso a la perfección. Además de los goles tiene mucha personalidad arriba y ayuda al resto en la presión y la comunicación», añade.