Ana Moncada ya acaricia el Olimpo

El ruido de las olas y el olor a mar es lo único que necesita para ser feliz. Se crió en un ambiente de apasionados de la náutica. Asegura, incluso, que aprendió a navegar antes que a nadar… Lo lleva en la sangre. Así es Ana Moncada. «Desde que tengo uso de razón estoy ligada a los barcos. Mi padre tenía un velero y más tarde, cuando me apunté a la escuela de vela, aprendí a navegar», recuerda.

Antes, como cualquier otra niña, practicaba otros deportes, como tenis y fútbol, pero no tardó en darse cuenta de que su pasión eran los barcos. «Realmente empecé a navegar por mi hermano. Él competía, llegó a estar en el equipo español juvenil, fue a Europeos juveniles... Nosotros íbamos a verlo por Cádiz y ahí me entró el gusanillo a mi también. Yo era muy competitiva, así que quería hacerlo como él», explica.

Sus primeros pasos fueron en casa, en la escuela de verano del Puerto Deportivo de Estepona, su hogar. Pero comenzó a destacar tan rápido que la selección española no tardó en reclamarla. A los 8 años ya navegaba con soltura en Optimist, a los 12 competía y a los 15 años comenzó a obtener sus primeros grandes resultados. Así hasta conseguir el amplio palmarés que la ha llevado a ser una de las referencias nacionales de la vela en la categoría ILCA 6, antes Láser Radial, con sólo 22 años.

Entre las numerosas regatas nacionales e internacionales que acumula destacan especialmente su subcampeonato del mundo juvenil de Láser Radial, dos títulos de campeona de Europa (júnior y sub-21) y varias veces ganadora del Campeonato de España en distintas categorías, hasta llegar a la absoluta, en la que es vigente campeona. Aun así, no le da importancia a lo conseguido, sólo mira por lo que le queda por conseguir.

Huye del cliché de que este deporte es sólo para gente de una clase social alta: «Siempre está el estereotipo de que es para pijos, lo he oído toda mi vida, es nuestro pan de cada día», ríe. Ana es una joven risueña, humilde y muy trabajadora, que desde los 17 años vive un estilo de vida nómada, el que le exige el alto nivel de la selección, que hace que los internacionales encadenen largos meses fuera de casa, sin una base fija. Concentraciones en Lanzarote, Valencia, Mallorca, Barcelona, Portugal… Así es la vida de la esteponera, siempre alejada de sus seres queridos. Sabe que el éxito tiene un coste elevado, pero está dispuesta a luchar por ello: «Muchos no ven lo que hay detrás de este deporte, la exigencia física, el navegar con rachas de viento muy altas, el pasar tanto tiempo lejos y tener que entrenarse cada día… Pero al final esto es lo que he elegido, siempre he querido dedicarme al mundo del deporte y ahora que estoy creciendo no voy a parar».

Siempre se la ha reconocido como la mayor promesa malagueña de la vela, sobre todo por su brillante etapa en categorías inferiores. «No me genera presión esto, al revés. Me motiva que me digan que soy una promesa del deporte. Me satisface, porque siento que se me reconoce, que la gente ve que estoy haciendo las cosas bien», argumenta. Pero esa promesa futura ha pasado a convertirse en una referencia del presente, sobre todo a raíz de la sensacional imagen que dio en el último Mundial de ILCA 6 en Mar del Plata, en Argentina. Una cita que no olvidará jamás, en la que lideró la expedición nacional jornada tras jornada, siendo la artífice de la consecución de la plaza olímpica para nuestro país.

Protagonista absoluta de la selección, hizo que su nombre volviera a ser noticia. «El último día del Mundial, fue cruzar la línea de meta tras la última regata, y me puse a llorar. Ahí sí que lo celebré», recuerda. Aunque rápidamente regresa su versión más autocrítica para comentar: «Sí que fue una de las mejores competiciones de mi vida, pero más por el hecho de que conseguí el objetivo, que era la plaza olímpica. Luego, hay muchos aspectos que mejorar. Fallé en cosas… En una regata hay que tomar muchas decisiones constantemente y, quizás, alguna no la hice bien. Pude acabar más adelante en la clasificación».

Con sólo 22 años, Ana Moncada podría convertirse en la malagueña más joven en acudir a esta edición de los Juegos Olímpicos, en París. No niega que ya se ve en la ceremonia inaugural, con el traje de gala del equipo español, viviendo la mayor experiencia de su precoz y exitosa carrera. Pero por desgracia, aún no está todo dicho. Estos meses previos a la cita francesa tendrá que refrendar su gran estado de forma y su talento en las grandes competiciones (Europeo, Campeonato de España,…) que ya acechan en el calendario. Y es que, pese a haber conseguido la plaza, esta se destinó al país, no a la regatista como tal. Será la Federación Española de Vela la que decida quién representará a la nación en los Juegos. «No sé qué criterios seguirá la selección ahora, pero yo, por si acaso, siempre voy a estar dando el máximo, porque el objetivo es llegar a los Juegos en el mejor estado de forma posible. Me siento preparada, he trabajado muchísimo», valora.

Más enfocada que nunca en el fin del ciclo olímpico, Moncada, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas y de un Grado Medio de Nutrición, lo dejará todo aparcado para centrarse en el mayor objetivo de su vida, en su sueño: «Ir a unos Juegos supondría una recompensa a todo lo que he trabajado cada día desde hace muchos años. Es la oportunidad de demostrar lo que puedo hacer, que puedo estar delante y que puedo hacer un buen papel en los Juegos. Sí que sueño ya con ir a París, con competir allí en Marsella, verme con todos los deportistas españoles haciendo equipo… Todos ellos para mí son referentes. Quiero estar ahí».

–¿Cuál es su cantante o grupo musical favorito?

-Phill Collins, Adele… Aunque escucho todo tipo de géneros: reguetón, rock español…

-Elija una serie o película.

-'Interestellar'.

-Un libro...

-'Invicto', de Marcos Vázquez.

-Un amuleto o manía a la hora de competir...

-Llevo un colgante de un barco, que me regaló mi abuela.

-¿Cómo se ve dentro de diez años?

-Habiendo conseguido todos mis objetivos en la vida: una medalla en los Juegos Olímpicos, terminados mis estudios, teniendo una casa…

-Si pudiera charlar con alguien conocido un rato, ¿Con quién sería?

-Con Adele.

-Un 'hobby'.

-Ahora me gusta mucho correr.

-Un viaje soñado.

-Ver las auroras boreales.

-De pequeña quería ser…

-Astronauta.

-Un segundo deporte.

-El tenis.

-Algo que se le dé muy bien.

-Hacer buenos desayunos.

-¿Y muy mal?

-Los deportes de equipo con balón, como el balonmano.