Trotamundos en Boston
Siete corredores del Real Club Mediterráneo participan mañana en el legendario maratón
MIGUEL CÉSPEDES
Domingo, 17 de abril 2016, 09:45
Un grupo de amigos del Real Club Mediterráneo han convertido su afición en un estilo de vida. Viajar y correr. Esta combinación los ha llevado ... a participar en pruebas de fondo por los cinco continentes. José Manuel Romero, Fernando Peyrallo, Antonio Cuñado, José María Carrillo, Francisco Collado, Manolo Salinas y José Duarte acumulan experiencias y miles de kilómetros en sus piernas (más de 70 maratones entre ellos). Y mañana, en Boston, buscarán incluir la legendaria cita estadounidense entre sus conquistas.
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Una línea azul y amarilla los espera en la céntrica calle Boylston, en pleno corazón de la ciudad. La señal, en la que podrán leer Finish, permanece imborrable durante todo el año. Sagrada. Esa llegada marcada por el trágico atentado de 2013 es historia viva del atletismo. La llevan alcanzando corredores desde 1897 ininterrumpidamente, ya que es el maratón anual más antiguo del mundo.
En Boston no puede correr cualquiera, necesitas unas marcas mínimas para poder clasificarte. Pero gracias a la proliferación del turismo de maratones, determinadas agencias de viajes ofrecen dorsales dentro de un paquete que incluye el hospedaje y el transporte. Y a esa opción se han agarrado estos siete veteranos corredores, de entre 54 y 64 años, entre quienes habrá una ausencia de excepción: Santiago Jiménez. El impulsor de este grupo se ha quedado en tierra. «He viajado por todo el mundo, pero nunca he pisado suelo estadounidense. No tiene una explicación clara. Tal vez sea porque una vez me contaron que cruzar la frontera era muy tedioso», argumenta el abogado de 68 años.
Jiménez tendrá que esperar para que sus amigos le cuenten la última batallita, como le ocurrió cuando sus compañeros fueron a los maratones de Nueva York y Chicago. Se habrá perdido tres de los seis World Marathon Majors, que completan las pruebas de Tokio, Berlín y Londres. Algo que le importa bien poco a alguien que ha corrido en Australia, China, Laos o Marruecos, entre otros destinos. Su maratón anual ya lo ha corrido este año en Sevilla. Lo hizo junto a Peyrallo y Romero, que mañana repetirán distancia solo dos meses después. Una aventura que pocos cuerpos resisten, y que los de ellos no iban a ser menos. Ambos lo han pagado y llegan a la salida en Hopkinton tocados. «He estado un mes parado y llego con un kilo y medio más», explica quien fuese el segundo entrenador de aquel mítico Caja de Ronda de baloncesto.
Resistencia
La resistencia física y mental que poseen les permite afrontar con garantías pruebas semanales como Les Foulees de la Soie, divididas por etapas, o maratones como el de la Gran Muralla China. Eso sí, como reconoce Romero, «algunos tenemos el dudoso honor de haber acabado algunas carreras con el coche escoba acechándonos». O incluso terminar fuera de control y con la meta desmontándose. Sin prisas, atentos al pulsómetro.
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El malagueño Fernando Hardasmal, que participó en Boston precisamente el año del atentado, los avisa: «Es una prueba complicada con muchas subidas y bajadas, más la temible colina HeartBreak». Da igual. No hay barreras que se les resistan a estos trotamundos.
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