El director general del club, Óscar Ribot, en el estadio marbellí. JULIO RODRÍGUEZ

Las claves del desastre del Marbella

Tras caer al cuarto escalón del fútbol español, ahora competirá en un 'play-out' para no sufrir un doble descenso de categoría

JULIO RODRÍGUEZ

MARBELLA

Miércoles, 17 de marzo 2021, 01:26

El Marbella ha perdido por méritos propios la categoría de bronce. A falta de una jornada para que concluya la liga regular, es octavo, en ... un grupo de diez, con los mismos puntos que el noveno. Los datos hablan a las claras del fracaso estrepitoso del proyecto: en 17 partidos ha ganado a dos equipos. Sacó los dos partidos contra el 'farolillo rojo', Marino, y también los encuentros contra el Recreativo de Huelva, que jugará por evitar el descenso la próxima jornada. Acceder a la sexta plaza ya es imposible matemáticamente, y solo los seis primeros tienen opciones de mantenerse en la nueva Segunda B, denominada Primera RFEF (Segunda Pro vulgarmente). La realidad es que los cuatro últimos bajan directamente a la Segunda RFEF (cuarta división nacional) y en la segunda parte del campeonato lucharán por no caer otro escalón más.

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El conjunto de Aira se ve abocado a jugar un 'play-out'. Formará en el grupo de ocho equipos que busquen eludir el descenso a la quinta categoría del fútbol español, la Tercera RFEF. Solo los tres que acaben con más puntos de esos ocho se libran del doble descenso, también caerá el peor tercero de todos los grupos en liza. De momento, este domingo se someterá al juicio de la afición en la jornada que cierra la fase regular contra el Linense el domingo a las 12.00 horas en el Antonio Lorenzo. Los pocos, pero fieles aficionados tienen claro el diagnóstico del desastre que va encaminado a la catástrofe con un nuevo descenso como próxima amenaza. De esta manera, las claves de esta debacle pueden ser estas:

Cambios profundos

La ambición se convirtió al final en avaricia

Con una estructura deportiva a pleno rendimiento, batiendo récord histórico de imbatibilidad del club y del fútbol español con tres derrotas en 50 partidos, la eliminación el verano pasado a las primeras de cambio de la fase de ascenso a Segunda División fue el motivo para que la propiedad diera un giro de timón que tiró a todos los ocupantes del barco. El constructor de la plantilla, Marcos López, apartado del club, al entrenador David Cubillo no se le renovó y el grueso de los futbolistas reforzaron equipos aspirantes al ascenso.

¿Por qué? Porque como bien ha repetido en ruedas de prensa José Manuel Aira, el todavía técnico: «Nos ficharon no solo para ganar todos los partidos, sino para además dar espectáculo, jugar bien al fútbol». No ha llegado ni una cosa ni la otra. La avaricia rompió el saco en una categoría donde no encontramos a un equipo que juegue bien siempre y gane, ni en esta división ni en ninguna.

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Fichajes sin aportación

Fracaso a la hora de decidir el modelo de plantilla

Todos los clubes conocían las reglas del juego, el caprichoso formato donde en 18 jornadas se definía quién jugaba por ascender, quién descendía y el pozo que podía suponer perder dos categorías. «Queremos jugadores jóvenes, potentes, que den rendimiento inmediato en una liga muy exigente físicamente». Esta máxima en la confección de la plantilla que enarboló al director deportivo, Víctor Moreno, ha sido todo un fiasco.

Las promesas de Panamá (Gudiño), Bolivia (Roca) Uruguay (Busquets) resultaron futbolistas desconocidos, inexpertos, inadaptados y sin calidad para un equipo que proclamaba a los cuatro vientos competir para quedar campeón y subir a Segunda. Al margen de los experimentos con los sub-23, salvo el meta Herrero por números, el resto de fichajes de Segunda y de renombre como Blanco, Planas, Quezada, Edu Ramos, Tresaco o Nacho, no han mostrado la regularidad que se esperaba. Sin olvidar a los abanderados Granero y Callejón que precipitaron el cambio en la gestión con sus llegadas hace un año en el mercado invernal.

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Pasividad en la toma de decisiones

Inacción ante los resultados 'deshonrosos' del equipo

Desde la pretemporada la filosofía de ser protagonista con balón, de ir a por el rival, del famosos 4-3-3 ofensivo de Aira con presión alta, hizo aguas por todos sitios. En una categoría en la que se vive del error y las acciones a balón parado, los rivales penalizaban una y otra vez errores individuales y los nervios que evidenciaba el Marbella. El punto de inflexión fue no cambiar absolutamente nada desde noviembre cuando se apreciaba esta tendencia y, en concreto, desde que el 13 de diciembre el San Fernando ganó en el Antonio Lorenzo.

Con el parón por Navidad hubo tiempo para el relevo en el banquillo, la dirección deportiva, pero Óscar Ribot, máximo responsable, se empecinó en apostar por un método que no funcionaba y que además abría grietas serias entre entrenador y plantilla que trataban de disimular, aunque llegaran salidas polémicas como la baja del delantero Manel. Nadie se explica que acabada la primera vuelta en la misma posición que ahora, octavo, mantuviera a un Aira sin crédito. El técnico hizo todo lo que se le presume a un entrenador que acaba de llegar nuevo en invierno: dio oportunidades a todos los jugadores, probó todos los sistemas, hizo encuentros de convivencia con comilonas en el palco VIP, pero nada de eso varió la tendencia.

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Proyecto equivocado

Ribot ni siquiera reconoce el descalabro tras los errores

La crítica a Ribot no es ya por romper con una estructura que funciona, ni por equivocarse en el nuevo proyecto, lo duro e incomprensible es que no reconozca el descalabro, no reaccione tomando decisiones contundentes en tiempo y forma para no llevar al Marbella al abismo. El equipo tocó fondo con cuatro derrotas seguidas y la campaña del club se encaminó hacia no utilizar la palabra fracaso. En su lugar se utilizaba «mala temporada, decepción y no es lo que esperábamos». A día de hoy, el cambio de banquillo no es una opción, el propio Aira exhibe su respaldo. «Tengo total confianza de la propiedad y no voy a dimitir porque sería una acto de cobardía». Tras el caos deportivo y económico de un descenso, 'Best of You' remarcó que no va a dejar tirado al club. El final de temporada, y quién sabe si de algo más, está cerca.

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