Gonzalo Navarro, el guardaespaldas de un campo que se repuso en tiempo récord a dos DANAS
El 'head greenkeeper' del Club Guadalhorce explica las arduas jornadas de trabajo a las que se han enfrentado para llegar a tiempo a este torneo
Tras este tipo de grandes competiciones, como es el caso del Andalucía Costa del Sol Open de España, no sólo hay directivos o instituciones; para ... que el campo luzca tan verde e impecable como lo están viendo hasta 140 países por sus televisores, hay un equipo de 'greenkeepers' que han tenido que velar por la moqueta día y noche durante largos meses. Imaginen si, además, han tenido que enfrentarse al duro reto de recuperar todo el campo tras dos DANAS, apenas 15 días antes del torneo. Pues bien, al frente de este gran equipo se encuentra Gonzalo Navarro.
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A sus 41 años, este hispano-argentino lleva 22 ligado al Real Club Guadalhorce. Llegó siendo un adolescente en busca de trabajo y fue escalando hasta pasar de ser técnico de riego a 'head greeenkeeper', al frente de un equipo de 14 trabajadores. Cuenta además con dos másteres de la UMA, en ADE y Golf Manager, en el que se graduó con la nota más alta, un 9,8; sin embargo, al menos por el momento, no sueña con un trabajo que le llene más que el suyo. Y eso que pasan en el verde jornadas de hasta más de 10 horas para que todo luzca a la perfección.
Su trabajo y el de su equipo no es 'sólo' mantener el verde. Hay mucho más: «Los cortes de 'greenes', cambios de bandera, los 'tee', recogida de basura, sopladora, limpieza de vestuarios, zona de piscina, campo de fútbol…», enumera. Pero es que, para este torneo el trabajo fue aún mayor al del habitual: todo debía cumplir con los requisitos del Ladies European Tour, lo que les llevó a resembrar hasta 14 de las 58 hectáreas del campo, además de cambiar la arena de los 'búnkers', crear una carretera para las nuevas zonas de 'parking'... Aunque el verdadero reto llegó con la primera DANA.
«Estábamos semillando cuando, en el 'green' del 12 y del 16, empezamos a ver el brillo del agua que acababa de desbordarse del río, se vino como una marea que traía cañas, neumáticos… De todo. Afectó a los hoyos 11, 12, 13 y 16. Por seguridad, entonces nos fuimos todos los trabajadores. Al día siguiente nos encontramos 60 centímetros de barro y todo el trabajo echado a perder».
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Pasaron días cargando cubos de lodo, manualmente, en camionetas fuera del campo, resembraron, lo arreglaron todo, tuvieron que contratar a una empresa externa para aumentar el equipo a 30 'greenkeepers'... Y de nuevo, otra DANA, 15 días más tarde. «La primera hizo más daño, porque en la segunda no se desbordó el río, pero también anegó varias zonas, lo bueno es que sólo era lluvia, eso sí. No sabíamos si se iba a jugar o no dada la cantidad de agua que había», recuerda. Trabajando día y noche en jornadas extenuantes, lograron sacarlo todo adelante. Sin ellos, este campeonato no sería posible.
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