Abel Gómez: «Aunque los deportistas estén preparados, la carga de trabajo que tienen hoy me parece excesiva»

-¿Qué le trajo a Málaga?

-Aquí hice la especialidad en Cirugía Ortopédica y Traumatología, en el Hospital Regional, después de estudiar Medicina en la Universidad de Extremadura. Me gustaba especializarme no en la faceta hospitalaria, sino en la deportiva. Tenía claro lo que quería y seguí formándome en Madrid, con un 'fellowship' junto al cirujano Manuel Leyes. Ahora trabajo en Málaga en IMATDE y con algunos clubes y federaciones (atletismo, natación, deportes de lucha,...).

-¿Por qué esa pasión por el deporte?

-Porque fui futbolista. Jugué en División de Honor juvenil del Recreativo e hice entrenamientos con el primer equipo, pero eso suponía una dedicación muy exclusiva y tuve que decidir entre el deporte o mi formación. No me daba para ambos. Lo seguro eran los estudios. Gracias a eso trabajo en la parte de Medicina que más se acerca al mundo del deporte.

-Creo que su primera concentración con el conjunto de fútbol-sala, en Jaén, no le fue mal. ¿Qué sucedió en ella?

-Ha sido una experiencia increíble. He estado en concentraciones con la selección española de fútbol, pero el ambiente en el BeSoccer UMA es distinto. Ahí te integran como uno más. Eres uno más de la plantilla y si encima ganas la Copa del Rey con un equipo de Segunda... Cuando viajamos el viernes nadie contaba con eso. Como me gusta tanto este mundo, te alegras como uno más, también por la parte que te toca y porque ves que el trabajo de ellos se ve recompensado.

-El fútbol profesional, ¿es otro mundo para un médico habituado a tratar a deportistas? ¿Se diferencia mucho el futbolista del Málaga, por ejemplo, del jugador del BeSoccer UMA Antequera, más amateur?

-El futbolista profesional se dedica exclusivamente a eso. El trato y las exigencias son diferentes, mientras que el semiprofesional como el UMA Antequera, tienen otras dedicaciones, algo más de tiempo libre al no realizar generalmente dobles sesiones y son personas menos conocidas en la vida social.

-Hablemos de la clásica operación de ligamentos de la rodilla: ¿es lo peor que le puede suceder a un deportista?

-Es una de las lesiones que más temen. Porque hay que parar muchos meses y no sabes si vas a volver a tu nivel. Eso es lo que escuchan y con eso es con lo que se quedan, pero quizás es un concepto antiguo. Hoy en días las técnicas son más novedosas, la recuperación menos traumática y los preparadores y fisioterapeutas saben más de esto y la mayoría de los operados vuelven a su nivel, aunque tarden, pero no es como antes, que te lesionabas de rodilla y no volvías a jugar. En general la población le teme más a las fracturas, pero tienen una cirugía y recuperación más agradecida, salvo que se complique. Las lesiones de rodilla dependen de más factores.

-¿Por qué unos se recuperan antes y otros después y unos lo hace mejor y otros peor?

-Está claro que hoy en día te tienes que operar con alguien superespecializado en este tipo de cirugía si quieres obtener un buen resultado, no sólo en el deporte profesional, sino para un ciudadano normal. Pero el deportista tiene una capacidad especial para sufrir. Están psicológicamente muy preparados. Vemos en la cantera de un club 300 niños, pero ¿cuántos llegan? No sólo hace falta unas buenas condiciones físicas o técnicas, sino buena cabeza. Cuando se lesionan, no son comparables al ciudadano de a pie, porque tiene muchos profesionales detrás y eso permite acortar plazos. Por ejemplo, cuando se lesionó Luis Muñoz, me preguntó y estuvimos en contacto, y le acompañé a que se operara con Manolo Leyes y estuve pendiente de cómo fue su recuperación.

-Como puede suceder en un cáncer, ¿es importante cómo se tomen los deportistas la lesión?

-Yo creo que sí. Hay que estar preparado. Muchos te dicen, «es que ahora no estoy en mi mejor momento», y cuando la recuperación se asocia a varios factores ya no todo va cómo tiene que ir. Cuando se acepta la lesión, y te dicen que es un paso más, la recuperación es más liviana.

-¿Hay umbrales que no se podrán superar nunca en la recuperación de estas lesiones?

-Puede que se mejore algo, pero con las técnicas actuales y lo que conocemos acortar los tiempos es complicado. La biología, que la plastia que hacemos para hacer ese ligamento funcione, lleva su tiempo.

-La rodilla es lo más importante, o lo es la espalda, los hombros, los tobillos, las muñecas...

-Cada deporte tiene sus patrones de lesiones, pero la rodilla en la mayoría de ellos es la articulación más lesionada, la que más estudiamos. La espalda es importante también. Este año en la cantera del Málaga hemos diagnosticado cinco o seis importantes, que obligan a parar meses. No está tan estudiado y son lesiones que muchas veces no necesitan cirugía, pero a largo plazo, con el nivel de entrenamiento y de competición que llevan.

-El deporte actual ¿tiende a muchas más lesiones traumáticas que el de antes por la intensidad física con la que se compite?

-Sí. Nos están diciendo los entrenadores que qué está pasando si son las vacunas o el Covid... pero que está habiendo más lesiones.

-En contraposición, los clubes profesionales tienen más personal médico y se potencia el trabajo preventivo, pero las lesiones llegan...

-Aunque los deportistas estén preparados, la carga de trabajo no es normal. Cinco días de trabajo, descansando uno y un día de competición, o que se compita dos veces por semana. Y no sólo eso, la intensidad con la que se compite...

-¿Cómo ha sido su entrada en el Málaga?

-La experiencia está siendo muy buena. El mundo del fútbol si te gusta es muy interesante. Es muy complicado y duro, pero merece la pena. He tenido la suerte de caer con buen pie, y el administrador judicial y la gente que está ahora en el club me ha tratado muy bien. Trato de aportar mi grano de arena en ayudar. Hay lesiones musculares, malos hábitos de espalda, operaciones de rodilla, aunque de estas hay pocas en edades tempranas.

-¿Qué recomendaciones médicas muy generales haría traumatólogo a un deportista aficionado cara a la práctica deportiva?

-Casi todos somos deportistas hoy día. Casi todo el mundo hace algo adaptado a su situación y posibilidades. Si alguien no hace habitualmente, lo ideal sería que se pusiera inicialmente en manos de un preparador. No se trata de comprarte unas zapatillas y ponerte a correr por el paseo marítimo. Se puede hacer, pero lo ideal es que alguien te dirija, que hay muchos especialistas.

-Ahora que hay tanta práctica de 'running', ¿sabemos correr? ¿Cuáles son los errores más habituales?

-Se dan los típicos problemas biomecánicos de la carrera. Pacientes que se ponen a correr con 50 años y les duele la rodilla o la cintilla, o les molesta los tendones del pie. Un reconocimiento médico básico de cardio o de electro sería recomendable y, algo más avanzado, como una prueba de esfuerzo. El ser humano no está hecho para mucha carga de trabajo. A la larga puede haber problemas, lesiones meniscales degenerativas, tendinopatías de Aquiles o de los miembros inferiores son frecuentes.

-¿Haber sido deportista permite mejor al traumatólogo entender mejor a sus pacientes?

-Creo que sí, es básico ponerte en el lugar del deportista. Su cabeza es muy complicada y está detrás de ti muchas horas. Hay que estar mentalizado para eso.

-¿Está justificada esa fe en determinados especialistas de prestigio mundiales en determinadas lesiones?

-Hoy en día ha cambiado un poco. Hay médicos muy formados, pero no es necesario viajar muy lejos para encontrar un buen traumatólogo y operarte de algo concreto. En Málaga nadie, ni los deportistas profesionales, deben acudir a otras ciudades a tratarse.

-¿Con qué sueña Abel Gómez?

-Me gusta el mundo de la élite, porque es en lo que me he formado y me sigo formando. Me gustaría llegar a ser un traumatólogo de referencia y reforzar mi colaboración con el Málaga.