Málaga y Granada libran una batalla inédita en México
Pablo García y Sergio Valdeolmillos, entrenadores del Abejas de León y de los Astros de Jalisco, se enfrentan desde hoy en una final de Liga que recuerda a la disputada por el Unicaja y el Barcelona en 1995
El espíritu de Ciudad Jardín, el legado de Javier Imbroda, la ambición sin parangón y la ilusión por bandera. Todo rezuma el sabor añejo de ... lo auténtico. La mítica final del 95 que encumbró al Unicaja en la élite del baloncesto español se traslada desde hoy a México por mor de Pablo García, un joven entrenador malagueño que ha llevado a su equipo, el Abejas de León, a luchar por el título de Liga. Son demasiadas las comparaciones como para no echar la vista atrás y recordar una de las mayores sorpresas del baloncesto español.
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León, como ocurrió en Málaga hace 27 años, vive con inusitada pasión el mayor hito de su historia. Jamás había disputado el 'play-off' dos años consecutivos y Pablo García logró la gesta; nunca llegó tan lejos en las eliminatorias por el título y ya ha ganado el título de conferencia. Ni en los mejores sueños un club de historia reciente, sólo seis años de vida como tal en la ciudad (que vio desaparecer al Lechugueros y luego se asentó el equipo que procedía de Guanajuato), se vio disputando la serie final de la LNBP… en un vetusto pabellón como el mítico Ciudad Jardín. Es imposible evitar las comparaciones entre los entrenadores, el de antes y el de ahora, las circunstancias que han motivado ese triple salto mortal en su trayectoria, las aficiones volcadas con sus equipos conscientes de la dificultad de la tarea y los recintos donde se cumplen los sueños que parecían inalcanzables.
Al mejor de siete, el Abejas de León se enfrenta a los Astros de Jalisco, actual subcampeón liguero, líder de la fase regular y favorito en todas las apuestas y con el factor cancha a su favor, por lo que hoy la final comienza en Guadalajara. Como ocurrió en los noventa con el Barcelona. Otra coincidencia más. Con la salvedad de que Pablo García aún no ha terminado el libro con páginas de oro que sigue escribiendo a miles de kilómetros de su tierra natal y espera vengar aquella historia.
Sería el mejor homenaje del baloncesto malagueño a ese ramillete de entrenadores que nos han dejado en este fatídico 2022: Alfonso Queipo de Llano, Javier Imbroda, Manolo Jato y José María Martín Urbano. Todos hicieron grande en sus distintas épocas al Unicaja, de cuya cantera salió Pablo García (igual que su actual ayudante en el Abejas, Carlos Alonso), que seguro recibe desde el cielo las bendiciones y el necesario empuje de los que le precedieron en la gestación de obras inmortales. Sería la única alegría en un año enlutado por la desgracia de tanta desaparición.
Por si todo esto fuera poco, da la casualidad que el granadino Sergio Valdeolmillos entrena al conjunto de Guadalajara, por lo que Andalucía tendrá un campeón seguro tras la disputa de esta final inédita. Los Astros llegan con la presión de sentirse con la necesidad de variar el guión del año pasado, cuando Fuerza Regia le apeó de lo más alto del podio en México. Además, se planta en la final agotado tras estirar al séptimo partido, disputado el pasado jueves, su serie con los Mineros de Zacatecas, mientras su rival eliminó por la vía rápida (4-0) en León a los Dorados de Chihuahua y lleva esperando contrincante desde el sábado anterior.
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Ahora que está tan en boga la polémica entre Málaga y Sevilla por las envidias que despierta la pujanza de la capital de la Costa del Sol, llega este duelo de entrenadores entre Málaga y Granada por el título de la Liga de baloncesto de México.
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