Un adolescente de récord: tiene 15 años y ya mide más que cualquier jugador de la NBA: ¡2,29!

Cuando se piensa en los jugadores de baloncesto más altos de la historia los más veteranos pensarán en el ucraniano Tachenko (2,21) o en Sabonis (2,21). En la NBA profesionales aún más altos, como Manute Bol (2,31) o Yao Ming (2,29). En el Unicaja también ha habido algunos ejemplos llamativos, como el del mítico Ralph Sampson (2,24) o más recientemente Sinanovic (2,21).

Pero lo de Roberto Bobroczky no es normal. Este rumano mide 2,29, pero es que solo tiene 15 años. Un adolescente que ya es más alto que cualquier jugador de la NBA en activo. Y claro, todas las miradas del mundo del baloncesto están pendientes de su evolución.

Bobroczky juega en las categorías inferiores del Stellazzurra Basketball Academy italiano (allí estuvo Bargnani) y este año ha jugado en España un torneo cadete, en Tenerife siendo el jugador más mediático, más por sus centímetros que por su buen juego. Porque este chaval aún le queda mucho para poder dedicarse al baloncesto de manera profesional, pues tiene serios problemas de coordinación y de velocidad. Algo normal, ya que en un cuerpo aún por desarrollar esos 229 centímetros pueden ser un suplicio.

De hecho, el adolescente pesa poco más de 80 kilos y le han tenido que poner una estricta dieta para que coma más de pasta al día, repartidas a lo largo de siete comidas y lleva además un programa de entrenamiento que incluye fortalecimiento, estiramientos, corregir posturas... Solo hay que mirar los vídeos para comprobar que ese cuerpo puede terminar convirtiéndose en un problema de salud.

Su extrema delgadez recuerda al Porzingis más joven que llegó al Baloncesto Sevilla con un problema anemia. Tenía 16 años y medía 2,11. Hoy, con 20 años y 2,21 de altura, es una estrella en los New York Knicks de la NBA.Esos mismos pasos quiere seguir Bobroczky, que está convencido de que quiere llegar a la NBA o, en su defecto, a un buen equipo de Europa. Ya ha conseguido llamar la atención de los clubes por su aspecto físico. Pero aún tiene que demostrar que puede jugar al baloncesto de manera profesional.