Vuelve el 'gúsano' en la tripa: vuelve Ella Baila Sola

Por si hace falta hacer algo de memoria, recordemos que Ella Baila Sola era una de estas bandas que surgieron de la calle, concretamente en el parque del Retiro de Madrid, que en la época de los noventa parecía un hervidero musical tan importante como la sala Libertad 8. Ahí, en el parque, también hizo sus pinitos en la música entre otros el cantautor Javier Álvarez, a quien por cierto también podremos ver en Marbella dentro de poco, el 15 de abril, en el ciclo 'Cantos Velados' que organiza el poeta Alejandro Simón Partal.

El primer disco de Ella Baila Sola supuso un verdadero trallazo para toda una generación, que es la mía. Tenían canciones de amor, baladones como 'Cuando los sapos bailen flamenco', pero también compusieron letras de temáticas sociales adelantadas para la época e inusuales en el pop, como el feminismo de 'Mujer florero' o el racismo de 'Que se te escapa el negro'. Canciones que me sé de memoria desde el principio al final como pasa con 'Amores de barra', 'Lo echamos a suertes' o 'Cómo repartimos los amigos', que habla esta última de romper la relación y prorratear las amistades como si fueran muebles o hijos de Miguel Bosé.

Luego, poco a poco, la relación entre ellas se fue truncando a cada baile y se dijeron muchas cosas sobre ellas. Algunas eran leyendas urbanas, otras tenían toda la pinta de ser verdad. Las fotografías promocionales de su último disco juntas, 'Grandes éxitos', donde se las ve amargadas, se tomaron por separado. Se dice que no compartían camerinos y que no cantaban juntas en el estudio, que durante las giras viajaban separadas y que se alojaban en plantas diferentes del hotel. Básicamente, que no podían ni mirarse. Se dice que había una persona para controlar que las dos artistas tuvieran el mismo número de planos en los videoclips. Se sabe que en 2009 Marta hizo un intento de retomar su actividad musical con otra acompañante, una tal Rocío Pavón, sin mucho éxito, cuando el dúo pasó a llamarse EBS. Duraron 4 años. Luego llegó otra compañera de Marta, llamada Mar, y luego con una cuarta, Virginia Mos, para una gira en directo. Durante muchos años, Ella Baila Sola, o EBS, parecía un grupo franquicia del nivel de Village People o Boney M y ahora, por fin, podemos volver a disfrutar de la formación original con toda la melancolía del mundo. Desde luego, después de 25 años hay pocas cosas que puedan aportar en un nivel artístico más allá del prodigioso 'revival' para el personal, y el morbo de la unión de los pedazos rotos. Marbella se convierte un año más en el escenario ideal para conjuntar dúos desunidos: en el Starlite también podremos ser testigos del reencuentro con la formación auténtica de Amistades Peligrosas que, al igual que Ella Baila Sola, han pasado del amor al odio y a la vuelta para hacer caja. Sea por lo que sea, que viva la melancolía y el baile; solo, acompañado o peligroso.