Vicky Peña, en una escena de 'Pedro Páramo'. David Ruano

Vicky Peña: «El espectador siempre tiene que ir al teatro a trabajar»

38 festival de teatro de málaga ·

«Afronto la vida de un modo distinto, me he vuelto más filosófica», dice la actriz, que regresa este sábado al Cervantes con la adaptación de la novela 'Pedro Páramo'

Jueves, 14 de enero 2021, 01:18

La voz de Vicky Peña suena calmada, reposada, reflexiva. Desprende al hablar la misma templanza que al actuar. Siempre en su sitio, sin estridencias. Confiesa ... que ahora, además, se ha vuelto «más filosófica». «Procuro darle importancia a las cosas que la tienen y hay otras con las que no pierdo ni dos segundos de mi tiempo». Lecciones de la pandemia. La actriz se reencuentra con el público de Málaga este sábado 16 de enero (18.00 horas) con la adaptación de la novela 'Pedro Páramo' de Juan Rulfo, dentro del 38 Festival de Teatro. Mario Gas dirige esta propuesta –que firma Pau Miró– donde Vicky Peña se desdobla en múltiples personajes para acompañar a Juan Preciado (Pablo Derqui) en su regreso a Comala.

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–Llevar a escena 'Pedro Páramo' con solo dos actores es todo un desafío.

–Sí, es una posibilidad sorprendente pero la opción que ha tomado el dramaturgo Pau Miró ha sido muy enriquecedora porque nos da una capacidad a los dos oficiantes, como dice Mario, de pasar por muchos personajes con toda naturalidad y sin excesivos subrayados. Es una posibilidad muy novedosa y especial que le confiere al espectáculo un modo muy elegante de contar esta historia. Y para mí ha sido un reto satisfactorio y estimulante.

–Es un teatro activo, que necesita de la complicidad del espectador para entrar en ese juego de realidades. ¿Ese es el teatro que le interesa, el que no le da todo hecho al público?

–Yo creo que el espectador siempre tiene que ir al teatro a trabajar, a poner en activo todas su antenas, sus sensibilidades, sus deseos de conexión y dejarse llevar por una obra de teatro. En este caso, cuando lees la novela, esto ya pasa. No tiene una narrativa sencilla, te va llevando de un lado para otro, tienes muchas dudas frecuentemente de quién está hablado, de si está vivo o muerto, si hemos ido atrás o adelante en el tiempo... Todo esto sucede en la novela y pasa a la puesta en escena. Para el espectador que no conozca el libro, el viaje va a ser mucho más intenso.

–Este proyecto ha sobrevivido a la pandemia. Es sorprendente cómo, pese a todo y contra todo, el teatro se abre camino.

–Sí. Estas representaciones han sufrido varios cambios, varias anulaciones. Teníamos que haber estrenado en Barcelona en el Festival Grec del año pasado, pero no se pudo. Tuvimos que posponerla a noviembre, pero para entonces los teatros en Barcelona volvían a estar cerrados. Si todo va bien, el estreno en Barcelona será en julio. Para la cultura está siendo una época muy dura y muy complicada, pero la asistencia del público al teatro es una cosa realmente extraordinaria y maravillosa. Ahora el público viene al teatro de otro modo, con una atención, una cercanía, un cariño, unas ganas de implicarse y de estar en comunión con la cultura que resulta muy gratificante y estimulante. No tenemos los teatros con la cantidad de gente que nos gustaría, pero la calidad del espectador del teatro hoy en día se ha depurado, es más fina, es más atenta, es más sutil.

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«La calidad del espectador del teatro hoy en día se ha depurado, es más fina, es más atenta»

–Hay una sensibilidad distinta en el público, ¿también en usted como intérprete?, ¿afronta los proyectos de forma diferente por toda esta situación?

–No solo los proyectos, afronto la vida de un modo distinto. Toda esta situación nos ha puesto en precario mucho más a todos, nos ha hecho muy vulnerables, muy frágiles. Pasamos por la vida de un modo rutinario hasta que hay algo que te baja la venda y te das cuenta de que lo extraordinario de esta situación, lo terrible y lo peligroso, te hace vivir de otro modo. Por descontado que también los proyectos. Pero es que todo en el futuro es una pura entelequia. Si nos contratan para hacer algo, puede que se haga pero puede que no. Realmente está siendo una situación terrible para todo el mundo que hay que afrontar con mucha entereza y prudencia.

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–El teatro vive abonado a la incertidumbre, pero ahora esa realidad es global.

–Nosotros somos temporeros, gente que no tiene una continuidad en su trabajo. Pero ahora es muchísimo más, hay mucha gente que se ha quedado sin absolutamente nada, sin ningún proyecto.

–¿La pandemia, entonces, le ha cambiado?

–Me he vuelto más filosófica. Procuro darle importancia a las cosas que la tienen y hay otras con las que no pierdo ni dos segundos de mi tiempo. No me interesan.

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–¿Temió en algún momento por la continuidad del oficio?

–No. Ya hemos visto que los teatros se pueden abrir en determinadas condiciones y luego se vuelven a cerrar, para luego volver a abrir. La actividad puede no cesar, estará muy limitada en cuanto a aforo y días de representación, pero se puede ir trabajando. Nuestra profesión tiene muchos miles de años y no hay nada que nos pueda impedir representar, aunque sea en casa sobre una mesa.

–¿Los aplausos finales emocionan todavía más?

–El aplauso siempre es un momento de intercambio, cuando el actor ya es una persona enfrente de sus congéneres, de su gente, y se miran a la cara. Es un momento de reconocimiento del trabajo en el que el público toma la palabra a través del aplauso o del pateo. Yo creo que si hay más emoción ahora no es una emoción narcisista o ególatra, sino de reencuentro. De decir 'mira, hemos podido estar juntos aquí hoy, aquí estamos haciendo este acto de solidaridad conjunta'.

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«Todo en el futuro es una pura entelequia. Si nos contratan para algo, puede que se haga y puede que no»

–Decía Mario Gas, parafraseando a Bertolt Bretch, que el teatro debe «deleitar instruyendo». ¿Se consigue con 'Pedro Páramo'?

–Siempre tiene el teatro que deleitar y hacer pensar, dejarte algo. Pero las recetas y los guisos en los que se sirve el goce, el entretenimiento y la diversión son tan diversos como cada una de las obras. 'Pedro Páramo' es un texto mayúsculo de la literatura universal y siempre es un deleite escuchar las palabras de Juan Rulfo y dejarse llevar por la imaginación y por este mundo tan surreal, delirante y poético que nos ofrece.

–Cierra de forma simbólica la lista de los comuns en Barcelona para las próximas elecciones catalanas. ¿Se ve en política?

–No. No tengo muchas ganas de hablar de esto porque no tiene que ver con 'Pedro Páramo', pero en cualquier caso no me veo en política. Hace años que a veces voy en las últimas plazas de alguna lista electoral que como ciudadana me resulta cercana. Pero, aparte de que creo que todo es política, no voy a cambiar de profesión.

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–Pues a la política le vendría muy bien gente con sensibilidad hacia la cultura...

–Ya los hay, aunque no lo parezca porque no siempre están en primera fila. No hay que desesperar.

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