1983. Fran Perea, con su madre en una mano, Amparo Bilbao, y un helado en la otra.

Aquel verano de Fran Perea: La parada en Mérida

El actor y músico recuerda el verano de 1983 en el que estuvo por primera vez en el teatro romano extremeño. Esta semana ha regresado pero ya no iba de visita, sino a representar la obra 'Prometeo' en el Festival Internacional de Teatro Clásico

miguel ángel oeste

Domingo, 28 de julio 2019, 00:21

Fran Perea lleva todo el año de viaje. Lo suyo ha sido un acto de honestidad en forma de disco y libro. 'Viaja la ... palabra', así se llama. Una forma de encontrar paz y estabilidad emocional después de cuarenta años de creatividad, en el que ha estado en primera línea, o una forma de «volver hasta el centro, hasta el origen», como él señala en 'Viaja la palabra', un libro estimulante donde se abre y nos revela sus miedos y esperanzas, desde ese niño que fue al hombre en que se ha convertido en la actualidad. Le pido que siga de viaje y recuerde ese verano que de un modo fue significativo para él, como esos encuentros familiares en la pizzería El Pavone.

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Fran Perea no duda. Sus veranos están ligados al viaje, en concreto a los viajes en coche. «Yo paso todos los veranos en León. Mi abuelo era de allí. Tenía ocho hijos y se metían diez en un coche, los ocho hijos y mis abuelos para ir de Málaga a León.» En Omaña, una comarca de la provincia de León, tienen una casa familiar donde se reúne la familia al completo. Una tradición familiar que sigue todavía hoy, porque su madre, Amparo Bilbao, que fue Delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Málaga, y su padre, Joaquín, profesor de Geografía e Historia en un instituto, han contribuido a que esa unión sea fuerte. «Como los viajes de antes eran tan largos, mis padres aprovechaban para detenernos en distintos sitios, como Madrid o Mérida», explica Perea.

«Yo era un macaco de cinco años cuando estuve por primera vez en Mérida. Y recuerdo ese momento, con mi madre, tomándome un helado. Fue en el verano de 1983, en una de esas paradas que hacíamos. A pesar de que era muy pequeño el día se me quedó grabado. Recuerdo la majestuosidad del lugar y eso que yo tenía de referencia el teatro de Málaga. Pero a mí siempre me llamaron la atención los recovecos del teatro, los vomitorios, eran fascinantes», relata Perea con emotividad. La emoción de aquel niño que años más tarde se convirtió en actor y estuvo en ese teatro, primero con 'Fedra' en el 2007, después con 'Electra' en el 2012 y esta misma semana con 'Prometeo'. «Creo que por eso lo he recordado», comenta.

Desde siempre sus padres han sido muy aficionados al teatro. De hecho, Fran Perea ha contado en más de una ocasión que empezaron a ver el Festival de Teatro de Málaga cuando se hacía en el Teatro Romano (ahora se celebra en el Teatro Cervantes y en el Teatro Echegaray). «También íbamos al cine. Recuerdo el Echegaray, pero el teatro era algo muy familiar, algo que compartíamos los cuatro, también con mi hermana Maite. Incluso íbamos a muestras y ensayos porque teníamos una vecina que era profesora de arte dramático», explica. El teatro estuvo ligado a su infancia y ya no lo abandonó, motivo por el que Fran Perea se acuerda de aquel niño que fue a través del recuerdo de la foto que conserva junto a su madre y se emociona de estar de nuevo en Mérida. O como dice su director de 'Prometeo', José Carlos Plaza: 'La vida rima' por medio de ese verano que funciona como un espejo del hombre que es hoy.

«Se metían diez en un coche, los ocho hijos y mis abuelos, para ir de Málaga a León»

En la actualidad son sus padres quienes van a verlo a Mérida antes de dirigirse a León. Igual que hará él cuando finalice las representaciones de 'Prometeo', porque para este artista los veranos representan encuentros familiares. «Nos reunimos más de veinte personas en la misma casa. Somos una piña. Siempre hacemos una fiesta de verano. Algo musical. Mis tíos tocan la guitarra. Lo vivo como un verano de retiro musical y festivo», dice con alegría. La misma que sentía siendo un niño y luego un adolescente y se metían todos los primos a inventar o a tocar algún tema. Esa ruptura de rutinas, esa libertad que experimentaba en el verano de 1983 y en su juventud ha cambiado. Ahora son días de tranquilidad, para recuperar las sensaciones de un año intenso junto a la familia.

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Carretera y manta

Todos los veranos de su niñez los pasó Fran Perea en el pueblo de la familia en León. El viaje en coche lo aprovechaban para parar por el camino. Y aunque tenía solo cinco años, el actor no se olvida del Teatro Romano de Mérida y de un helado

Un año que todavía no ha finalizado, porque Fran Perea es un artista inquieto. Después de Mérida y León irá al Festival de San Javier, a mediados de agosto regresará a Málaga y en septiembre retomará los conciertos de Viaja la palabra, que compartirá con componer y escribir nuevas canciones. Para finales de año presenta la serie 'Paradise' en Finlandia, una coproducción entre España y el país nórdico, que se rodó parcialmente en Málaga. Finlandia es uno de los sitios donde este actor es muy popular pues muchos finlandeses han aprendido español viendo la serie 'Los Serrano'. ¿Y la playa cuándo? «A la playa voy poco», responde. Lo suyo es el viaje. Un viaje de palabras y emociones que le han permitido ser la gran persona que hoy es.

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