«Hemos ido a zonas aún más remotas»

¿Con qué nos va a sorprender esta temporada?

Nos hemos centrado en hacer una exploración más profunda de Latinoamérica. Así, hemos vuelto a ver especies que ya habíamos recogido en el programa, como, por ejemplo, un gran bagre que solo vive allí y que no hay mucha gente que haya podido verlo.

Usted no es un pescador cualquiera...

Además de pescador de caña soy biólogo. Por eso cuando viajo y pesco también intento entender cómo viven las especies y cómo se comportan.

¿Qué lugares ha visitado esta temporada?

Las zonas colindantes al Amazonas. También hemos estado en la Guayana y uno de los episodios lo grabamos en Argentina. Hay gran variedad esta temporada.

¿En qué se diferencian?

En Argentina nos encontramos con especies que no habíamos visto nunca antes. Y perseguíamos una especie que había mordido a un joven en su pene. No era una piraña, porque no fue un mordisco limpio, era una picadura sucia.

¿Y a usted no le ha atacado ningún pez letal?

Esta temporada no, pero sí en las anteriores. Los peces que sacamos en el programa son potencialmente peligrosos, sobre todo en circunstancias específicas.

Con las tribus del Amazonas

¿Cómo podemos evitarlo?

Lo primero que hay que hacer es andar con cuidado en el agua, estar atento, además de entender al pez. En el caso del joven al que le mordió un pez en el pene, estaba relacionado con que en esa zona, como no disponen de agua potable, solían tirar al agua tripas de los peces que habían consumido y los peces acudían a este río porque tenían que comer.

¿Cuál ha sido su peor momento?

El peor fue el del arapaima del Amazonas, que algunos lo consideran el pez más grande de agua dulce. Es una especie poco común. No tiene dientes afilados, pero es un bicho muy fuerte, con una gran cabeza, donde está su poder. Uno de estos peces me picó hace tiempo y me tiré varias semanas dolorido por la herida.

También ha investigado las tribus autóctonas del Amazonas...

Sí, porque hemos ido a zonas mucho más remotas que en temporadas anteriores.

¿Le trataron bien?

Me enseñaron a disparar a una cerbatana con un dardo envenenado. Me sorprendió que la gente del lugar no se preocupaba por los dardos envenenados y los dejaban en el suelo o clavados en los árboles.

¿Con qué recuerdo se queda de todas sus aventuras?

Estaba investigando sobre un barco que se hundió en el Amazonas con 200 personas a bordo y vi por primera vez los delfines rosados de río. Fue una experiencia memorable nadar con ellos porque su comportamiento es casi como el de los perros.