El Sónar demuestra que con la Inteligencia Artificial también se baila

Pero el baile y la contemplación no son las únicas formas de vivir el Sónar. Tal y como lleva haciendo desde hace varias décadas, el festival ofrece una programación paralela que cada vez ha ido cogiendo más peso hasta convertirse en un congreso dedicado a la tecnología y la creatividad denominado Sónar + D. Este año, esta academia sobre el futuro está centrada en la Inteligencia Artificial y su impacto en las artes y en la sostenibilidad con una muestra de 84 proyectos y un total de 130 propuestas entre conferencias, experiencias y encuentros con algunos de los estudios creativos, artistas e investigadores más relevantes del momento, desde Richie Hawtin hasta el estudio japonés Rhizomatiks. Todas estas propuestas analizarán cómo se aplica la IA en la producción musical o audiovisual, un proceso que va mucho más allá del ChatGPT y que genera un sinfín de posibilidades creativas. Así, en el espacio ubicado en la Fira Montjuïc, pegado al recinto donde el público vibra con las actuaciones, los visitantes pueden experimentar con herramientas y generar sonidos mediante ondas cerebrales o componer melodías jugando al Twistter. En las conferencias, además de la manera en la que se ponen en práctica estos nuevos avances, habrá espacio para el debate que está centrando los espacios de pensamiento en la actualidad.

Las primeras experiencias que se están generando con la IA son, al mismo tiempo, excitantes como aterradoras, con tal diversidad de predicciones que arrojan el convencimiento de que cualquier cosa puede pasar. La música, la literatura, el periodismo, el cine y, en general, las artes, lejos de pasar de lado, forman parte del epicentro de este fenómeno que va a cambiarnos para siempre. Lo que a Nick Cave le parece una grotesca burla a la humanidad, para otros artistas como Grimes supone una nueva vía para la experimentación. El empleo de esta tecnología en el Sónar es total, hasta el punto de que la propia imagen del festival es un resumen de todas las anteriores ediciones generada por IA, y que protagoniza una instalación artística que poniendo de manifiesto de manera irónica las erratas en la generación de imágenes de cuerpos humanos con deformidades como consecuencia de una tecnología todavía precoz, pero en continuo proceso de aprendizaje y perfeccionamiento. Lo más importante de todo es que esta revolución nos pille bailando.