Los 'raros' del arte contemporáneo se reivindican en Málaga

RARA Residencia, el proyecto impulsado por Ruth Frías y García en 2019, traslada su espíritu creativo, singular e indómito a una sala del centro de cultura contemporánea de la Diputación por su quinto aniversario. Es una combinación de «familia, arte y amor», lo define Verónica Ruth Frías. Lo que nació como una apuesta personal, como la búsqueda de un lugar donde asentarse y construir un hogar alejado del ruido y de los altos precios de la capital, se convirtió en una iniciativa artística abierta al pueblo y, más adelante, en una comunidad de creadores que decidieron instalarse en Villanueva del Rosario. Primero les llamaron locos, y ahora les dicen «visionarios», recordó el alcalde del municipio, Ignacio Ramos. Parecía una «utopía» y hoy es un «refugio del arte contemporáneo» en un pueblo con menos de 3.500 habitantes, celebró el presidente de la Diputación, Francisco Salado.

Por eso, la primera parte de la muestra está dedicada a la propia RARA Residencia, con sus objetos, el cuadro que allí pintó Vanessa Morata componiendo uno de sus singulares 'collage' con los muebles de la casa y las maquetas de diferentes habitaciones que hizo Isabel Rosado durante su estancia. En una pared, todos los artistas que alguna vez pasaron por ese lugar están reflejados en las 40 portadas de la revista que anuncia cada exposición. Sobre el sofá azul descansa el libro 'La agriDolce vita' que Quan Zhou escribió en los meses en los que se mudó al pueblo tras su experiencia en RARA. Y justo detrás, sobre una cama, sorprende la instalación a modo de almohada gigante con manos que hizo Anna Jonsson.

A partir de ahí, la exposición traslada al visitante al pueblo con un mensaje claro y rotundo escrito en cerámica al final de la sala: «El presente es rural», se lee en esta pieza de Cyro García. Porque «lo rural no tiene que ser ajeno a la cultura contemporánea, en lo rural está la raíz de todo aquello que se trasladó alguna vez a la ciudad», defiende el artista. Ya no se puede decir que en las afueras está el futuro: está pasando. Y aquí está el ejemplo. Una pantalla proyecta el desfile que los vecinos hicieron con los diseños de Aleksandar Todorovic en la Primera Fashion Week Villanueva del Rosario. Hay una réplica del mural de cerámica participativo que creó Judith Borobio con la huella que quisieron dejar los habitantes de Villanueva (una piedra, una mano o un rosario). «Una foto fija de un momento específico de un lugar», detalla García.

Al lado, se despliega el diario íntimo que 'escribió' Sara Gema durante su luna de miel en RARA Residencia. Poco antes se había casado con Arte rodeada de su familia. Vestida de novia recorrió el pueblo buscando a su marido, elaboró listas de acciones por hacer («ir al karaoke, dedicarle una canción a Arte», «hacer escalada con el vestido de novia», «dormir con Arte»...), compuso una 'Oración de artista' («Perdona nuestro ego, líbranos del yo y del sistema del mercado que quiere sepultarnos». Amén) y se fotografió en los principales museos malagueños.

Enfrente Judas Arrieta pinta ex profeso para esta muestra un mural que conecta con el que hizo con los niños y niñas del pueblo. Allí está su universo de «asiático encerrado en un cuerpo occidental», de pintor con formación académica que vuelca en su obra elementos de la cultura popular de su generación con un claro predominio de todo lo japonés. Los vecinos del pueblo dan la cara en la propuesta de Niche Ramírez, que les retrata con un machete que tiene invertida la silueta de Cuba, su tierra natal. Ellos son su particular ejército en la lucha por cambiar la realidad del pueblo cubano.

Él, bajo una máscara animal, acompaña también a Verónica Ruth Frías en La Veda, un proyecto audiovisual vinculado con la naturaleza del pueblo que ha derivado en una coreografía contemporánea. Aquí se expone un tríptico fotográfico. Y también con fotografías, con la técnica de la cianotipia, han trabajado Ana Daganzo y Charo Costa: a partir de una entrada del blog de Paco J. Álvarez Curiel, rescatan la antigua costumbre del 'bracillo', ese gesto en el que las mujeres salían a la calle cogidas del brazo para sentirse seguras y cercanas. El arte 'raro' conecta el pasado y el futuro de Villanueva del Rosario.