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Pepe Viyuela, en el Museo Picasso, observado por el pintor, al que el actor da vida en el Teatro del Soho. Marilú Báez

Picasso visita a Picasso en Málaga

El actor Pepe Viyuela recorre el museo del artista antes de estrenar la obra en la que encarna al pintor malagueño en el Teatro del Soho Caixabank

Paco Griñán

Málaga

Viernes, 10 de octubre 2025, 00:17

Picasso ha cumplido el sueño que siempre deseó: volver a Málaga. Ese anhelo planea en la obra 'El barbero de Picasso' que anoche se estrenó ... en las tablas del Teatro del Soho Caixabank. Un montaje protagonizado por un otoñal Pablo, con una edad parecida a la de su popular estatua en la plaza de la Merced y que tuvo una amistad más que singular con su peluquero, Eugenio Arias, colega, confesor y exiliado en Francia. Ambos militaban en la nostalgia y el sueño imposible de volver a España. Algo que, más de medio siglo después, hizo ayer en su nombre Pepe Viyuela, el reconocible pintor de esta función que, antes de debutar en el escenario de calle Córdoba, visitó a su otro yo en el Museo Picasso Málaga (MPM), donde le esperaba su alargada y rompedora sombra artística. Picasso frente a Picasso.

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«Estamos como Pablo por su casa», confesaba ayer Pepe 'Picasso' Viyuela, nada más entrar en la pinacoteca, donde fue recibido por el director del centro expositivo, Miguel López-Remiro, que le contó que la representación y la visita no podía llegar en mejor momento ya que estamos en pleno octubre picassiano en el que se conmemora el 144 aniversario del nacimiento del malagueño en la cercana Plaza de la Merced y el 22 de la apertura del museo en su ciudad natal. Una visita a la que no faltó tampoco el barbero, al que da vida Antonio Molero, además de Mar Calvo (encarna a Jacqueline Roque, la última pareja del artista) y José Ramón Iglesias (en el papel de otro emigrante español que, con su espíritu socarrón, tiene la virtud de molestar al malagueño).

José Ramón Iglesias, Antonio Molero, Miguel López-Remiro, Pepe Viyuela y Mar Calvo, durante la visita. Marilú Báez

Bajo una gran fotografía de Pablo Picasso que no perdía detalle de la conversación, su sosias y el resto del elenco explicaron a López-Remiro que 'El barbero de Picasso' está en escena en el Soho hasta este sábado 11 de octubre y le pone humor a aquel destierro para ofrecer una visión íntima, cercana y «amable» del personaje. Un trabajo de «arqueología humana», indicó Viyuela que ha recreado a Picasso de la mano de otro malagueño, Chiqui Carabante, director de la puesta en escena. Una obra que trata de descubrir al pintor más allá del púlpito del arte en el que todo el mundo lo veía y lo veneraba. «La diferencia es que Eugenio era su amigo y no lo trataba como todo el mundo», apunta Molero, a lo que Iglesias apunta rápido -como haría su propio personaje en la obra-, «no todo el mundo te toca la cabeza». Y menos a Picasso.

Una visita provechosa

Tras las presentaciones y la charla, la experta Carolina Montufo ha sido la guía de la troupe picassiana por las salas de la colección permanente del MPM, comenzando por el emblemático óleo 'Lola con muñeca' (c. 1986) que revela la maestría realista del artista cuando todavía era un adolescente hasta sus últimas obras de gran formato, rompedoras y revolucionarias. «Si no llega a experimentar habría sido uno más», confesaba Molero en voz alta, muy interesado en la obra del malagueño, al que había visto en el Reina Sofía y en otros museos, pero no en su 'casa' de Málaga. «Esta visita la tendríamos que haber hecho antes de empezar los ensayos de la obra», apuntaba un entusiasmado actor.

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La química de Mar Calvo y Pepe Viyuela, en el museo, parecían como Jacqueline y Pablo. Marilú Báez

Mar Calvo no pudo evitar pararse ante la cubista 'Jacqueline sentada' (1954), mientras le decían «oye, chica, has salido muy favorecida», mientras que el elenco se ha parado particularmente en 'Cabeza de toro' (1942), una escultura formada por un sillín y un manillar de bicicleta que cobraban un nuevo sentido. «Es que esta obra formaba parte del texto de la obra», apuntaba Molero que preguntaba a Viyuela sobre ese parlamento que quedó entre los descartes durante los ensayos: «Picasso decía que él veía un animal, pero que si las cogiera otra persona seguramente volverían a ser las piezas de una bici», apuntaba el Pablo de ficción.

Pepe Viyuela, Antonio Molero y Mar Calvo, en una imagen de la obra de teatro 'El barbero de Picasso'. SUR

Pasando por delante de 'Bronce metamorfosis II' (1928), el cuarteto de actores le ha dado la vuelta a la pequeña escultura con solemnidad hasta que José Ramón Iglesias rompió el protocolo con una boutade: «Eso es un cacharro». La sonrisa en todo el elenco y la guía fue inevitable. «Es que eso es lo diría mi personaje en el escenario», explica el actor, que añade que su rol es otro «compañero del partido comunista en Francia que es un poco mete pata porque no entiende la obra de Picasso y al malagueño le sienta fatal».

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Iglesias, Molero, Viyuela y Calvo, en la terraza del MPM, con la Alcazaba al fondo. Marilú Báez

Con la charla y el recorrido, la expedición ha llegado al final de la visita guiada, aunque el museo les preparó una sorpresa. Así, les abrieron una zona habitualmente cerrada al público, la torre mudéjar del Palacio de Buenavista que es sede del MPM y que tiene acceso al edificio de nueva construcción con su terraza circular en torno al centro de Málaga. Una visita inédita de la Alcazaba, la torre de la Catedral, la Iglesia de San Agustín, el ático de Antonio Banderas -otro que también ha encarnado al pintor malagueño- y, probablemente, la imagen que haría que el Picasso que nunca pudo volver a Málaga no apartara la vista: la torre de la Iglesia de Santiago en la que se bautizó y la plaza de la Merced con su casa al fondo. Un reencuentro que 'Pablo' Viyuela vivió ayer en su lugar.

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