Una historia de amor en forma de ópera toma la plaza de toros de Antequera
La productora 'Ras de Terra' regala a la ciudad un espectáculo de gala y de lujo con fusión de arte, voces y música
Fue una gran noche de un sueño de verano, pero situado en lugar de en el bosque encantado de William Shakespeare, en una tierra milenaria ... transportada al siglo XVIII. 'La sonámbula' de Vicenzo Bellini mostró la cara más cultural del coso taurino que se transformó en un escenario más de la producción ideada por Ras de Terra. Sin nada que envidiar a grandes teatros, Antequera usó sus recursos para presentar una ópera en pleno interior de la provincia de Málaga, llevándola hasta un público que se entregó a la causa. Desde el 20 de agosto del año 2000 con la obra 'Don Juan', no se había un espectáculo parecido.
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En la obra en sí, brilló de una forma magistral la voz de Annie Fassea. Su contención en los momentos precisos, la dulzura a la hora de enfrentarse a un personaje femenino que vive el amor y la crítica a partes iguales. A su lado, Gabe Clarke, que supo darle el contrapunto a una historia lejana en el tiempo y espacios, bien puede seguir siendo tema de actualidad cuando la crítica a nuestros comportamientos se basa en mentiras y prejuicios.
La Suiza que Ras de Terra presentó no está lejos de decorados y vestuarios improvisados, sino que todo estuvo medido y pensado para la representación en Antequera. El escenario, como reflejamos, fue uno más de la interpretación de esta obra, donde el Coro de Cámara de Extremadura fue sorprendiendo al público; acompañados de una precisa música que corrió a cargo de la Orquesta Ópera de la Vera.
El embrujo de la noche
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Mucha expectación en el público situado en el albero de la plaza ante un escenario preparado para la ocasión, y adaptado al tendido y la histórica plaza antequerana. ¡La de usos culturales que se le podrían dar! Los primeros sones de la ópera sonaron y ya se hizo el silencio. Bella estampa que hizo transportar a los asistentes a otras épocas, esas que las que las féminas de mediados del siglo XIX llenaban por primera vez esta plaza. Allí con sus flores en los cabellos, vestidos de raso y mangas abullonadas, se vestían de gala para las primeras corridas de esta plaza construida en 1848.
La historia de Amina y Elvino fue calando entre los asistentes que, llevados por esta obra «semiseria», vivían con pasión como esa muchacha sonámbula caía en las críticas y siendo juzgada, nada más lejos de la realidad. Junto a Fassea y Clarke, Candida Guida, Pedro Ometto, Giordano Farina, Lorena Ferreiro y Sergio Aunión formaron una gran combinación de voces e interpretaciones que florecieron a la vez que esa rosa que portaba la protagonista, a veces condenatoria y otras gloriosa, que en este caso, se convirtió en beneplácito de una platea entregada a su pasión. Una noche que quedará en los recuerdos de los asistentes y que debería de ser más frecuente en esta plaza.
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