Vega, un 'Mirlo blanco' que no repite melodías, sino que las crea

–Antes de comenzar, ¿Mercedes o Vega?

–Como quieras, respondo a todo (risas). Después de 40 años, me he pasado la vida escuchando que me llamaran Mercedes, en mi familia 'bebe' o Vega. Si me dices 'oye niña, tú', también me doy la vuelta.

–¿Y le han llegado a decir 'Merche?

–No, porque no me gusta. Cuando lo oigo digo: «No, por favor» (risas).

–Este es un disco muy intimista, se ha abierto en canal como nunca, ¿era su intención?

–No está pensado, no es un disco escrito para ser un disco. Por estar desprovista de esa presión han nacido canciones honestas, con crudeza y dulzura. Tiene todo eso que quería transmitir sin estar focalizada en hacer una canción.

– 'Mirlo blanco' se ha grabado como 'Let it be': todos en el estudio tocando a la vez. ¿Qué ofrece algo así?

–Grabar en directo, aunque sea en un estudio, pero todos tocando a la vez, requiere mucho respeto por el que se tiene enfrente. No puedes cortar y volver a empezar, no existe ese concepto, porque si tú te equivocas o no estás concentrada no vamos a una. Estar con mi banda alrededor me da un respaldo a la hora de cantar como el que tengo en el directo, y siempre lo he echado en falta en los discos de estudio. Todo lo que hay es muy honesto, tiene esa magia y aporta un punto de verdad en lo que mostramos que es difícil hacerlo de otra forma. Con el disco con el que me siento más representada es con este, porque me identifica más cómo soy en directo.

–Tiene que crearse un momento de comunión espectacular.

–Así es, además llevo 15 años tocando con ellos. Yo digo que 'soy solista porque el mundo me ha hecho así', pero aunque el proyecto se defienda bajo el nombre de Vega de puertas para dentro funcionamos como una banda. No son mis músicos, sino mis compañeros de viaje y mis amigos.

–Con respecto a uno de esos temas, ¿a qué cree que hay que 'Sobrevivir'?

–A nosotros mismos y a la falta de empatía de la sociedad. Este tema lo escribí junto a otro más para una compañera, y al final ella cantó el otro. Al final me di cuenta que esta canción, contando lo que ella me pedía, hablaba de mí, tenía mucha verdad y esa fuerza mía de querer sobrevivir a todo.

–El nombre del disco es muy poético, ¿cómo es sentirse un 'Mirlo blanco'?

–Me convertí en un mirlo blanco a base de que me crecieran las canas (risas). Era un mirlo negro común, y el tiempo y la experiencia me pobló la cabeza de canas. Donde vivo se posan al día cientos de ellos y empecé a investigar. Leí que era aves que no repiten melodías ni sonidos de la naturaleza, sino que crean la suya propia y la van perfeccionado a lo largo de su vida. Es el único ave que hace esto. Me pareció una forma poética de representar quién soy como artista.

–'Bipolar' es uno de los temas más emocionantes del disco, ¿es un canto para romper con el estigma de este trastorno?

–Habla de la necesidad de estar en forma psíquica, de equiparar estarlo también con la forma física. Tenemos muy asumido que es importante gozar de una buena salud física, pero no somos tan conscientes, a nivel general, de que la salud mental es una constante en la vida de todo el mundo. No le prestamos atención, tenemos un aguante mucho mayor al dolor psíquico y no nos permitimos sentirnos mal. Es como seguir caminando con un esguince, acabarás peor si lo haces. Es natural pedir ayuda y la canción es muy empática, habla de un sentir común de las dolencias. El grito más importante de la canción es el 'no pienso rendirme', porque simboliza que lo has reconocido y que estás en ello para solucionarlo.

–¿Cómo será el show del sábado?

–En formato acústico y con una firma, para tener ese acercamiento al público tan fiel en el que se ha sustentado mi carrera y se sigue sustentando. Quiero retomar esa cercanía y reencontrarme con ellos tras cuatro años. Presentaremos temas de 'Mirlo Blanco' desprovistos de todo, como salieron, desnudos, que es algo menos común de ver porque siempre suelo ir con mi banda.