
En su casa es una buena anfitriona y le gusta agasajar. Es su refugio, en Málaga y en Madrid, el lugar donde recuerda quién es ... y de dónde viene. Y todo eso está en 'Casa mía', un disco –el noveno ya de su trayectoria– en el que vuelve a sus orígenes para avanzar. Por eso hay una sevillana ('Casa mía') que hace gala de sus raíces andaluzas al lado de una bachata ('Objetos perdidos') fruto de sus muchos viajes a Latinoamérica. Y por eso se atreve con el autotune ('60s') sin dejar de ser la Vanesa de siempre, la cantautora de letras profundas, casi poéticas, que emocionan ('Tenemos universo de sobra'). Todo en un momento de cambio, con una discográfica (Universal) y un equipo renovados que le han hecho recuperar la ilusión. 'Casa mía', en la calle desde el viernes, se escuchará por primera vez en directo el 31 de mayo en el Fulanita Fest de Marenostrum Fuengirola.
Publicidad
–¿Dónde está tu casa, Vanesa?
–Mi casa está donde yo estoy. Mi casa es cuerpo, alma y tiempo. O sea, mi casa soy yo misma.
–La canción 'Casa Mía' es una declaración de intenciones, es una sevillana. Que se note que eres del sur.
–Cien por cien. Este disco es una reconexión con mi raíz, con mi identidad. Mi casa es un refugio sonoro y un refugio emocional. Y esa raíz a la que le canto, no solo de mi Andalucía, sino de otros países por donde he viajado, he dejado que sea permeable y que la música que escucho hoy día se mezcle con la que vengo haciendo siempre.
–¿Te imaginas 'Casa Mía' sonando en la Feria de Málaga?
–Me encantaría, la verdad. Porque además es una sevillana que define muy bien lo que soy, de dónde vengo y lo que son para mí los pilares: mi familia, la música, el amor por la vida y huir de las etiquetas.
Publicidad
–Este disco ha sido tu refugio en un tiempo de cambio. ¿Qué pasó para querer mover tus cimientos?, ¿por qué sentías que estabas perdiendo la ilusión?
–Yo sentía que mis metas eran solo mías y que mi capacidad de regeneración y de ser camaleónica eran solo mías. Necesité moverme, cambiar y volver a reunir a un equipo para el que la meta fuera común. Y sobre todo, necesitaba yo sentirme viva y fuerte, sentirme en este florecer en el que me siento ahora. Estoy serena, estoy ilusionada, estoy con muchas ganas de arrancar la gira y que salga el disco. Es un disco en el que hay mucha vanguardia, porque me he atrevido y me he salido de mi zona de confort. Hay mucha fusión, pero también hay más raíz que en ninguno. No me estoy dejando llevar por el algoritmo, me estoy dejando llevar por la música pura y dura.
–Sabrás que hay gente a la que les ha extrañado esos atrevimientos, como el autotune de '60s'.
–Sí, pero es que si no te atreves, es un aburrimiento. Y yo me aburro con facilidad. Si yo en un concierto nunca canto la misma canción igual, ¡imagínate si tengo que quedarme en la zona de confort! Me ahogo, me asfixio.
Publicidad
–Y, además, eres una persona, no un ser inerte e inmóvil. También evolucionas.
–Algo que me define es que soy muy curiosa, o sea, me gusta probar cosas nuevas.
–Para hacerlo, ¿has tenido que romper con tus propias barreras, con ese miedo al qué dirán?
–Cien por cien. Acepto las críticas constructivas, y no le puedo gustar a todo el mundo, yo no soy una croqueta. Pero lo que no acepto es que me digan lo que tengo que hacer porque ellos mismos tengan miedo. Cuando tienes miedo a la libertad de los demás, es porque tienes miedo de ti mismo.
Publicidad
–No obstante, cuando escuchas el disco entero, te das cuenta de que la Vanesa de siempre también está ahí.
–La gente que de verdad me conoce y me ha seguido desde el principio me reconoce muchísimo más. ¿Te acuerdas de 'Agua'? Es un 4.0 de 'Agua'. En ese disco ya tenía ritmos diferentes, porque yo vengo de ahí. A mí me gusta mucho escuchar música diferente y mezclarla. Y de forma inconsciente, termina saliendo. Yo no tenía ni idea de que en 'Objetos perdidos' había hecho una bachata. Fue el productor el que me dijo que el ritmo que estaba haciendo con la guitarra era muy bachatero.
–Es curioso porque también Pablo Alborán está en ese momento de experimentar.
-Mira, Pablo y yo quedamos para cenar para ponernos los discos respectivos de cada uno. Vivimos muy cerca el uno del otro. Y empezamos una canción tú, una canción yo, una canción tú, una canción yo. Y los dos nos dábamos cuenta de que estábamos en ese momento de cambio, de salirnos de la membrana y nos echábamos las manos a la cabeza diciendo 'guau, ¿qué va a pensar la gente?'. Pero a la vez estábamos excitados, contentos y felices porque era lo que queríamos hacer. Imagínate que Serrat hubiera hecho 'Mediterráneo' muchas veces. Ese hombre tenía que hacer otras cosas también .
Publicidad
–Tengo la sensación de que tu casa es la casa de muchos, que eres muy de acoger y de recibir.
–Yo soy muy anfitriona, la gente que viene a mi casa lo sabe, y me encanta agasajar, que la gente esté cómoda. El mejor piropo que me pueden hacer cuando vienen a mi casa es 'tía, qué buena energía, no me quiero ir'. Bueno ya, pero te vas a tener que ir (risas). Yo quiero que este disco sea refugio para la gente porque la música sana, no solo acompaña, y cuando escuchas ciertas canciones te atreves a tomar decisiones. Este es un disco que te pone feliz. En los conciertos, por ejemplo pretendo averiguar qué es la casa de cada uno, cuál es tu fuerza, qué es aquello que recuerdas y que no olvidarás nunca. No podemos perder la memoria, yo quiero hacer memoria con este disco.
–Y no olvidarte de dónde vienes.
Noticia Patrocinada
–Exacto. Puedes fusionarte con lo nuevo que aprendas, que descubras, pero sin dejar de ser tú en ningún momento.
–En realidad, lo que a ti te ancla a tierra y te ha hecho no perder la cabeza ha sido esa conexión con tu núcleo, con tu gente, con tu casa.
–Mi sur, mi Málaga. Y ahora cuando veo que Málaga está en boca de todos como la ciudad puntera que es, me encanta. Pero para mí Málaga no es una moda, para mí Málaga es lo que me define, es donde yo me he criado, como yo respiro, mi carácter, mi mar. Para mí Málaga es donde quiero volver siempre.
Publicidad
–Quizás se ha puesto demasiado de moda ya…
–Ya, eso también lo estoy defendiendo. A nivel urbanístico la gente de Málaga lo está teniendo cada vez más difícil para comprarse una casa. Esto tendría que regularse.
–Hay que buscar un equilibrio entre el turista y el malagueño.
–Es una palabra que me ha acompañado durante todo el proceso de grabación: equilibrio, armonía y sorpresa.
–¿Te has sorprendido a ti misma?
Publicidad
–A mí misma, te lo prometo. Cuando llegué a Universal, después de estar toda mi vida en Warner, Jesús López, el presidente de Latinoamérica y de España, me dijo 'siéntete libre para hacer todo lo que te salga, quiero tu raíz, quiero tu identidad, quiero tu esencia, lo que menos te esperes que nos va a gustar, dánoslo, quiero que no pienses y que te limites a sentir'. Y eso es una libertad y un gustazo. Me sorprendí a mí misma haciendo cosas que no solía hacer, la verdad.
–Pero esa libertad, ¿no la has sentido antes?
–Sí, pero lo que hablábamos del algoritmo. A lo mejor estaba más condicionada… como si tienes que pasar por debajo de un puente. Me negué a pasar por debajo del puente y me cambié.
Publicidad
–En la entrevista que concediste a la revista 'Elle' decías: «Bajé los límites creyéndolo necesario para introducirme mejor en el mundo, en esta profesión». ¿A qué límites te refieres?
–Bueno, yo quería acceder a ese algoritmo pero luego te das cuenta de que tu casa eres tú, que la gente no está solo en el algoritmo, que hay mucha más gente por ahí respirando emociones, pasión, sentimientos primarios, música con letras, con fundamento y que cuenten historias. El algoritmo es una moda que cambiará, y yo no quiero pertenecer a una moda. Si yo me hubiera dejado llevar por algunos caminos muy sutiles a los que la industria me llevaba en los últimos años, no estaría aquí hoy en día hablando contigo y con nueve discos. A mí me ha salvado tener personalidad y enraizarme aún más a lo que soy. Porque hay gente que lo hace fenomenal atendiendo al algoritmo, pero es que yo soy otra cosa. Y yo no puedo faltarme el respeto a mí misma, ni dejar de ser honesta.
–¿Tienes también la sensación de que te abriste demasiado en lo personal?
–Yo soy una tía muy franca, muy honesta y muy natural con todo en mi vida. Pero sí es cierto que cuando empiezas a hablar de tu vida, por darle la naturalidad con la que yo vivo, las preguntas van más direccionadas a eso. Como no me considero ni mejor ni peor, simplemente una persona normal y corriente que vive, que sueña, que tiene rupturas y que se enamora, pues me limito a hacer canciones y a hablar de mi música.
–Debes de ser una buena amiga para desahogarse, porque tienes un manual en todo tipo de amores.
–Observo mucho y depuro. A lo mejor tú me cuentas algo y te saco hasta lo que no me has contado. Y sí, es bastante recurrente eso de 'necesito hablar contigo, necesito una visión'. No estoy todo el rato cuidando, pero sí rescato.
–Has cumplido sueños que ni entraban en tus planes, como esa canción con Joaquín Sabina.
–Es un regalo que me ha hecho él y la vida que jamás lo hubiera soñado ni por asomo. Yo de pequeña escuchaba a Sabina en casa de mis padres, cuando yo tenía 7, 8, 9 años, y que yo a día de hoy tenga una canción con él... ¡Y que seamos tan amigos! Desde hace muchos años nos consideramos familia. Yo hice más videollamadas en pandemia con Sabina que con muchos de mis amigos.
Publicidad
–Y pese a esas canciones tan desgarradoras que escribes, eres una disfrutona.
–Además en este disco le canto al amor desde una postura mucho más serena y luminosa. En 'Objetos perdidos' me despido desde la gratitud. Y hay otras canciones súper divertidas, que no son nada desgarradoras. Con sentido del humor, se llega más lejos.
–Con la edad se ve la vida de otra forma.
–Es que yo siempre he sido así, aun cuando tenía 25. Y las mujeres estamos tan estigmatizadas con el tema de la edad, que yo huyo completamente de eso. Yo soy atemporal.
–Pero hay cosas que se ganan con la edad. Se tiene más claro lo que se quiere y lo que no.
–En algunas cosas sí, en otras sigo dudando. Y espero seguir dudando siempre, porque en la duda está la evolución y el no relajarte. Pero sí, me afectan mucho menos las críticas destructivas. Con algunas te prometo que me río y digo 'aquí ha tenido ángel la persona'. Si supieran el trabajo que hay detrás, todo lo que conlleva sacar un disco, la gira, la industria, estar rodeada de personas todo el día... que de repente venga alguien a decirme 'entonces, ¿qué vas a decir ahora?, ¿qué te sientes vacía? Pues piensa en la pobreza'. No banalicemos ni seamos demagógicos.
–Abres la gira en Málaga, en el Fulanita Fest de Marenostrum Fuengirola el 31 de mayo.
–Tenía muchas ganas de arrancar algún año en Málaga. Va a ser una gira muy especial, muy bonita y muy poderosa. Lo que hemos preparado para el directo tiene mucha exigencia vocal y también mucha fuerza.
Publicidad
–Sorprende ver un cartel protagonizado por mujeres. Qué pena que no sea más habitual.
–Pues sí, en eso estamos, esto tendría que suceder muchas más veces. Y mira, el festival está abarrotado. Quiero decir, que cuando te venden algunos promotores que las chicas vendemos menos, eso es mentira. Lo que pasa es que tenemos que tener ventanas donde expresarnos, donde mostrar nuestro arte, lo que hacemos, y que no siempre accedan los mismos. Yo me considero una privilegiada, ojo, pero es que hay muchas niñas jóvenes que lo están haciendo increíble y que no tienen posibilidad.
–Yo creo que hoy es más difícil que nunca.
–Hoy día es más fácil llegar a través de las redes sociales, pero también es más efímero. Porque hoy estás viendo una serie en Netflix y estás comprando en Amazon y hablando con tu madre al mismo tiempo. Estamos haciendo 400 cosas a la vez, entonces no hay memoria.
–¿Cuántos de los que hay hoy, perdurarán en el tiempo? ¿A ti te preocupa eso?
–Yo más que pensar en el futuro, pienso en el hoy, en hacerlo bien, ser honesta conmigo misma, mejorar y tener la capacidad de autocrítica que tengo.
–La vida te ha tratado bien, pero eso hay que trabajárselo también.
–Me lo he trabajado un montón. Le debo todo a la gente que me sigue y a lo que me enseñaron mis padres, a esa capacidad de de trabajo, de constancia y de esfuerzo. Si quieres algo, lúchalo con las herramientas más sanas que tengas, pero créetelo cien por cien. Esa educación que me han dado mis padres me ha salvado de muchos momentos de frustración.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.