El baile ha ocupado todos los territorios y la escena de la música electrónica ha experimentado un auge que va camino de la consolidación, especialmente ... en los últimos años en la Costa. Desde los eventos habituales como Métrica y locales como Studio Club hasta las incorporaciones festivaleras como Brunch in the Park o Sophie, pasando por la programación de propuestas más generalistas como Cala Mijas, de la que nada se sabe, o Starlite; incluso chiringuitos y clubes de Torremolinos o Marbella, para los que se quieran aventurar, la música electrónica está presente todo el año. La oferta musical en los últimos años ha transformado el antiguo lamento de vivir en una capital de provincias frente a una escena más diversa para cubrir la demanda de un público maduro y exigente que busca experiencias de baile más enriquecedoras: criaturas huyendo del abominable factor poligonero de la música de baile.
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Uno de los eventos más destacados dentro de esta cultura de club es el Sun&Snow Weekend, un festival que se celebra en Sierra Nevada y que el pasado fin de semana celebró su quinto aniversario, atrayendo a unos 6.000 asistentes durante tres días, muchos de ellos provenientes de Andalucía y con una vibrante presencia malagueña. A diferencia de años anteriores, el cartel de esta edición se alejó de grandes nombres y optó por una selección que buscaba sorpresas y descubrimientos, con espacio para los clásicos y el corazón partido entre Berlín y Detroit. Destacaron actuaciones como el set conjunto de Jimi Jules y Trikk el viernes, seguido de un cierre emocionante con Krystal Klear, disfrutable a pesar de las condiciones climáticas extremas que obligaron a adelantar el horario de cierre ante las posibilidades reales de salir volando del recinto, con vientos de 120 kilómetros por hora, según las estimaciones más optimistas.
La vuelta a casa es la gran asignatura pendiente en cualquier festival. Suma la nieve, el viento y a otro tipo de inclemencias que provocaron que el sábado, el día grande, no pudieran abrir dos escenarios planeados en distintos emplazamientos. A pesar de los contratiempos, el recinto principal aglutinó la programación y ofreció una experiencia de calidad, con un sonido y luces que mejoran cada año. La segunda noche, introducida por el malagueño Carlo, quedó marcada por la actuación del productor barcelonés John Talabot, que demostró su conocido talento para crear un ambiente envolvente y emocionante. El domingo, un after crisálido mantuvo viva la energía de los más indomables y de aquellos que no estaban listos para una despedida, con actuaciones destacadas de artistas como Paquita Gordon, Paramidia, Courtesy o The Element.
Son precisamente los desafíos de celebrar un festival en la nieve y a tres mil metros de altitud lo que convierten esta experiencia en única. La combinación de la adversidad del clima con la belleza natural del entorno, el hedonismo del ritmo y la conexión con la montaña. Sun&Snow ya está vendiendo entradas para su sexta edición, una experiencia que vaticino mejorada y con la promesa de otra oportunidad para disfrutar del baile y la música electrónica en medio de los picos nevados y el frío, ahí, en todo lo alto.
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