Jóvenes se divierten en la primera jornada del Puro Latino Fest de Torremolinos. SUR

El reguetón se viste a la moda en Torremolinos

Baño de realidad en el Puro Latino, donde la identidad se impone al estilismo con casi 50.000 mil personas reivindicando el 'perreo' como estilo de vida

Sábado, 16 de julio 2022, 16:26

Cuerpos en movimiento con vertiginoso contoneo de cadera, sensualidad a flor de piel, posturas que distan de la mínima compostura, con rodillas flexionadas y tobillos ... que parecen confeccionados de gomaespuma, lujuria dibujada en rostros de pasión inusitada, letras que traslucen sexualidad transversal, ritmos que provocan sonrisas hasta la hilaridad, miradas que aparcan el recato y estribillos gastados hasta la saciedad vociferados en la oscuridad templada del estío malagueño a la espera de que se abra la madrugada y la imaginación prenda la llama del arrebato. Veinte años de 'perreo' y una noche para el delirio para miles de aficionados que han aguardado impacientes la cita durante dos largos años. Dos décadas de justificación por una música incomprendida pero que enciende el alma y ese instante en el que el corazón recobra su primigenio sentido, proporcionar vida. Pura vida. Como el Puro Latino Fest de Torremolinos que se estrenó de forma memorable radiografiando la sociedad que nos rodea, la juventud que nos asalta y la diversión que nos espera.

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Sobrevivir, vivir, cantar, sentir, perrear hasta que el cuerpo aguante. De eso se trata

Las estremecedoras imágenes del fuego que asola la sierra malagueña no apagaron ni un ápice los ánimos de distracción que se anhela con avaricia. El recinto ferial de la ciudad que vive con orgullo su razón de ser ofrecía una estampa diferente a otros festivales cuyo único nexo de unión es la música. Torremolinos tornó por momentos en una feria de muestras en la que exponer todo tipo de productos, artículos y géneros arraigados en la sociedad aunque no se quiera ver. Un baño de realidad. Cuestión de identidad y de reivindicar el 'perreo' como estilo de vida. Gafas de sol en la nebulosidad de la medianoche; trenzas de colores que quieren representar algo, una bandera, una moda, un no sé qué; transparencias que quitan el hipo; tez morena de raíz y de playa; gorras que miran para todos los lados, para adelante, para atrás, para un lado y para el otro, como los movimientos convulsivos de sus cuerpos; 'brilli brilli' en ellas, ellos y 'elles'; fijador, 'fijata' se decía, estilo ochentero tupé incluido y patillas desaparecidas; tatuajes de formas y tonalidades para todos los gustos y en trozos de piel inimaginables; escotes sin fin en prendas minúsculas cuyo precio en el mercado no debe abarcar todos los bolsillos; pechos henchidos de músculo y de silicona bajo camisetas de baloncesto o blusas que blanden misteriosas armas adornadas con cadenas de todos los metales preciosos posibles que brillan potentes como un haz de luz en el desierto; bandoleras de marca y de mercadillo y, sobre todo y ante todo, acento salsero. Puro latino para escuchar reguetón, trap y música de sus orígenes gracias a Lennis Rodríguez, Lérica, Omar Montes, Sech, Lunay, Trueno, Ñengo Flow y José de las Heras. Se trata de sentir, de perrear, de conjugar, -un verbo irregular en esta frase- el estilismo con la moda, de enseñorear la personalidad y de izar la bandera de lo latino al mástil de la reivindicación para confrontar el castellano con el inglés y lograr que triunfe lo español en ese coto estadounidense que domina el mundo. El reguetón es, más que música, un sentimiento de pertenencia que se incrustó en las discotecas con frases cortas y lapidarias procedente de la calle en la cual acecha constantemente la muerte. Sobrevivir, vivir, cantar, sentir, perrear hasta que el cuerpo aguante. De eso se trata. «No importa la' banderas. Se forma y sal pa fuera. Aquí cabe to el que quiera. No lo pare ahora», canta Daddy Yankee, la estrella que encumbra a Torremolinos para la historia al convertirse en su último concierto en España. Se esperan 50.000 personas para reverenciar al rey del reguetón. Larga vida a lo latino, al puro latino.

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