Pepe de Lucía: «Tengo la obligación de volver al escenario por Paco, por los Lucía»

–A sus 75 años inaugura 'Un nuevo universo'. ¿Cómo es eso?

–Yo no me considero con 75 años. Los tengo, pero tengo vitalidad, energía y positividad. Me he criado cuidándome toda la vida muchísimo, porque el instrumento que me da de comer me lo exige. Anoche me tomé una grappa y me sentí en una nube, porque no estoy acostumbrado a esas cosas.

–No es la imagen que se tiene del flamenco. Siempre se asocia a la fiesta, a trasnochar...

–Bueno, la noche también la he vivido. No tiene nada que ver. Lo que pasa es que tengo una genética muy fuerte de mi madre. Me considero longevo y creo que voy a durar, por lo menos, por lo menos, una semana más.

–En este disco está muy presente el recuerdo de los que ya no están. Canta «Viviré entre dos aguas, mi Camarón y mi hermano porque los tengo en el alma».

–Yo vivo con Paco dentro de mí porque ha sido el mejor profesor de la vida que he tenido.

–¿Se ha sentido eclipsado por la fama de dos gigantes como Paco de Lucía y Camarón?

–¿Tú te crees que yo me puedo sentir eclipsado por mi hermano y por una persona que he sacado yo, mi padre y mi hermano? Jamás. Forman parte de mi vida.

–Pero es verdad que esos nombres lo copan todo.

–Cuando hay un eclipse de Luna, si aparece Frank Sinatra no lo quita. Hay cosas que son sobrenaturales. Paco es un genio en lo suyo.

–¿Nunca le ha importado ser el gran desconocido de la familia?

–A mí la gente me conoce por donde voy, pero sí, soy el gran desconocido de la familia. Obviamente, cuando resurge mi niña... pues fíjate. Llenar tres veces el Palacio de Deportes en un año. Que yo no tengo por qué hacerle propaganda a mi hija, porque lo tengo totalmente prohibido.

–¿Por usted o por ella?

–Por respeto, nada más. Y porque llevamos una dinámica en la familia en la que ninguno tenemos que hablar del otro. Cada uno llevamos nuestro propio camino.

–De hecho, Malú nunca se ha aprovechado del nombre de su tío.

–Lo tenemos como disciplina, no utilizarnos.

–Es una norma no escrita.

–Sí, pero Paco sí tiene que estar, porque con Paco empecé. A Paco me lo llevé a América, Paco me llevó de gira por todo el mundo, con Paco he vivido y he sufrido de pequeño cuando nos fuimos con mi padre en los trenes de carbón a la aventura. Hasta que entre penurias y alegrías llegamos al concurso de Jerez. Yo fui premio nacional y a él le tuvieron que hacer un áccesit para contentar al jurado porque dijeron que aquel niño era una revolución.

–Dijo en una ocasión: «He vivido tres vidas: De niño, de joven y de adulto».

–A veces lo analizo y creo que han sido más.

–Y ahora empieza otra nueva.

–Ahora empieza otra nueva con la edad que tengo. ¡No tenías que haber dicho mi edad!

–¡Pero si es para estar orgulloso!

–Estoy de broma. Lo que me gusta es reírme. Es la mejor herencia que me dejó mi madre, la sonrisa.

–¿Y ha sido feliz en sus distintas vidas?

–Yo preguntaría si hay mucha gente feliz total. La felicidad existe pero fluctúa como la bolsa. Por ejemplo, yo nunca había vivido una tragedia como la que todavía estamos padeciendo, una guerra fría entre China y el mundo.

–¿Ha pasado miedo?

–Me fui a vivir al campo y allí llevo desde diciembre. Me vacunaron y ya puedo moverme con más respeto hacia los demás, que es lo que deberíamos tener y no tenemos.

–También canta: «A fuerza de tanto hablar, las verdades son mentira y las mentiras son verdad». ¿Se lo aplicaría a los políticos o a la prensa del corazón?

–Yo tengo muchísimo respeto a la política. ¿Es complicado llevar una casa? Pues imagina si es complicado llevar España. La política es para los políticos.

–La Bienal de Málaga le dedica unas jornadas de cuatro días. ¿Está preparado para toda esa agenda?

–No he hecho otra cosa durante muchos años, desde los ocho. Había una artista a la que yo adoro y adoraré de por vida, Lola Flores, que me dijo una cosa muy bonita, que no había escuchado un tema más bonito que 'Al alba'. Era adorable, sencilla, súper romántica.

–Habla de ella como de un amor platónico.

–No, lo tengo por Rocío Jurado. La amo. Yo tengo dos hermanas. Una se llama María, que en paz descanse. Y otra se llama Rocío, que en paz descanse. Yo por Rocío y su genética mato.

–¿Cuánto tiempo hace que no se sube a un escenario?

–Cuando mi hermano Paco murió dejé de trabajar. Se me rompieron los esquemas de mi vida, me aburguesé demasiado, me dediqué a componer y escribir y dejé el directo. Me bloqueó. Y todavía estoy bloqueado con la muerte de mi hermano, pero ahora tengo la oportunidad y voy a salir a romper la plaza de toros. Con él se fueron muchas cosas mías. Un amigo, un consejero, un director artístico, mi alma, mi inspiración...

–¿Y tiene ganas de volver al escenario?

–Más que ganas, tengo la obligación de volver por él, por los Lucía.

–¿Le pone nervioso?

–No, lo siguiente. Lo único que no quiero es que me salga un gallo. Pero yo siempre he vivido por y para el flamenco.