Marcos Castilla, el talento malagueño de 18 años que sigue viendo el piano como un «juguete»
El músico deslumbra con su virtuosismo en una edición especial de Suena SUR en la que interpreta piezas de Rachmaninov, Chopin, Debussy y Lecuona
El Suena SUR de este lunes fue especial. Y por un doble motivo. El protagonista tenía solo 18 años –el más joven en protagonizar este ... formato– y, esta vez, no sonó ni rock ni pop ni flamenco, sino música clásica. La que salió de los dedos de Marcos Castilla (Málaga, 2006) cuando se sentó al piano de cola que presidía ayer el escenario de la Sala Fundación Unicaja María Cristina para tocar por Rachmaninov, Chopin, Debussy y Lecuona. Le acompañó en el encuentro con el numeroso público la periodista de SUR Regina Sotorrío, que acertó hace un año al bautizar a este talento como el 'Lamine Yamal' de las teclas. No estaba mal tirado. Al chaval del Barça se le ve divertirse con un balón entre los pies como al chaval de la música se le ve disfrutar con una partitura entre las manos. «El piano lo sigo viendo como un juguete», reconoció ayer con una amplia sonrisa y como validando su apodo.
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El recital de ayer no es el primero con público para un intérprete que ya ha tocado ante 10.000 personas. Pero estaba en casa y eso le imponía incluso más . «Estoy más nervioso aquí, con mi familia y amigos», reconocía Marcos Castilla, que añadía que su «punto fuerte no es hablar» en el acto organizado por Fundación Unicaja y SUR. No obstante, los nervios y la timidez se fueron transformando en complicidad durante su charla con Sotorrío, a la que le contó que la música entró en su vida muy pronto. «Los Reyes me regalaron un xilófono cuando tenía 1 o 2 años y yo lo veía como un juguete», contó el músico, que sigue con ese mismo espíritu juguetón que hace que tocar parezca hasta fácil y que lo ha llevado este año a Nueva York, donde ha estudiado en el Bard Conservatory gracias al apoyo de la Fundación Málaga, Fundación Latin Grammy y la Fundación de Antonio Banderas. Amén del de sus propios padres.
Todavía le esperan otros cuatro cursos más en Estados Unidos, pero a la vuelta del primero confiesa que ya han cambiado algunas cosas. Como ese preludio de Rachmaninov –uno de los autores más exigentes para cualquier pianista– que tocó en el acto de ayer o el contagio de música de jazz y de improvisación que también trae entre los dedos mezclados con la clásica. Llegó a tierras americanas con «miedo», confesó, pero se ha adaptado «rápido» y además ha encontrado a otros como él. «He conocido a mucha gente que vive por y para la música, se levantan con su guitarra o violín que parece que es parte de ellos», aseguró Castilla, que los entiende bien: «También estoy todo el día pensando en la música».
«La música clásica es tan bella que mucha gente no la entiende, pero sí la siente», aseguró el pianista Marcos Castilla
Ya puestos a hablar de lo que siente, asegura que no puede evitar emocionarse cuando toca –dio una buena clase práctica de esto último para finalizar la entrevista-recital– e incluso «llorar». Por eso niega que la clásica sea una música para 'mayores' o para melómanos. «La música se puede sentir y la clásica es tan bella que mucha gente no la entiende, pero sí la siente», defendió con una reveladora sencillez el mismo que hacía un rato había dicho que lo suyo no era hablar.
Gracias a un amigo
Con esa visión no es extraño que este joven no vea como un sacrificio todas esas horas que sus amigos se tiraban jugando a la 'play', mientras él practicaba. De hecho este verano no va a estar inactivo y se vuelve a EE UU para un curso con su maestro Terrence Wilson, formado en la Juilliard School y nominado a los Grammy. «La música es un estilo de vida, es una especie de terapia y a mí me ha ayudado mentalmente en muchas situaciones», reconocía el malagueño, que también confesó que esta etapa internacional comenzó tras pasar por el 'talent show' de Canal Sur 'Tierra de talento' que supuso «un antes y un después» en su trayectoria. Y como tantos aciertos en la vida, llegó por casualidad.
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«Fue gracias a un amigo, el violinista Miguel García, al que acompañé al programa para que se presentase y allí me dijeron: 'Vente tú a la próxima edición'», recordó Marcos Castilla que, efectivamente, se vino. Y no solo eso: llegó, vio y venció. «Todavía me reconocen de esa etapa y ahora cuando venía de Nueva York alguien me identificó en el avión», cuenta con sorpresa el músico que, tras el programa de televisión, tocó con Arturo Díez Boscovich y la Sinfónica Pop del Soho y se apuntó a otro concurso, 'El piano' (La Sexta), que también acabó ganando.
Y todo ello sin dejar de tocar todos los días ni perder de vista su formación. Aunque de talento va sobrado Marcos Castilla, que ayer confesó que también compone, canta y escribe. «Mi fuerte es el piano, pero sí, también me atrevo a componer y hacer letras», afirmó este 'chico orquesta' al que le fascinan las bandas sonoras de John Williams y que incluso fantasea con la partitura que le pondría a algunas películas que ve. Y es que todo parece fácil en las manos de Marcos, aunque como reveló, el mérito no es del todo suyo: «Es que al piano todo suena bien». Ypara demostrarlo se despidió con todo un recital. Tocando no solo con los dedos, sino con todo el cuerpo. De pronto, había desaparecido la timidez para dejar paso a la pasión de un maestro.
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