La historia de Vetusta Morla en Málaga: de dormir en el polígono a ser cabeza de cartel en Andalucía Big Festival

«Los polígonos los tenemos bastante trabajados en Málaga», bromea Guille Galván en una conversación previa al concierto. Tras aquel estreno en La Vivero vendría el Auditorio Municipal en mayo de 2011 con unas 2.700 personas gritando aquello de «Maldita dulzura la tuya». Le siguió la Sala París 15 en mayo de 2014 con 3.000 almas desgañitándose con 'Cuarteles de invierno'. Próxima parada: el Palacio de Deportes Martín Carpena en septiembre de 2015 con hasta 6.000 individuos botando al mismo tiempo al ritmo de 'Golpe Maestro'. Desde entonces, los de Tres Cantos solo han reducido aforo (pandemia aparte) para volver a un polígono malagueño a ofrecer un acústico íntimo: fue en la Fábrica de Cervezas Victoria en julio de 2018. Al día siguiente, llevaron a la locura a 8.000 fans en uno de los conciertos más recordados de Marenostrum Fuengirola.

El paso de Vetusta Morla por la provincia sirve para construir el relato de la historia de la banda. «En 2009 el foco mediático sobre nosotros iba creciendo semana a semana, de un lunes para otro. Empezamos con salas de 300 y a los tres meses ya estábamos contratando salas de 800, de mil… La sensación siempre era que nos quedábamos cortos porque la cosa había crecido más de lo que pensábamos», admite Galván. Pero cada vez que vuelven a Málaga, alguien les dice: «Yo estuve en La Vivero». «Y esa es la gente que más orgullosa está del crecimiento de la banda. Esos recuerdos son muy especiales», apunta Galván.

Lo llamativo de todo esto es que ese constante aumento de éxito, fama y seguidores no ha hecho mella en el vínculo entre Pucho, David 'el Indio', Julio Benítez, Jorge González, Guille Galván y Juanma Latorre. «Como hemos pasado por todos los escalones posibles de este mundillo, ese ascenso en popularidad lo hemos vivido con cierta naturalidad. Es algo a lo que te vas acostumbrando», explica. Además, admite que fuera del escenario pueden permitirse una vida relativamente normal y anónima.  «Lo famoso son nuestras canciones más que nuestras caras».

Tras el concierto de resaca de pandemia que ofrecieron el año pasado en el Auditorio, con el público sentado (casi siempre) y con ciertas distancias, Vetusta Morla reaparece en Málaga a lo grande en el escenario de Andalucía Big Festival justo después de Jamiroquai. «Y es un honor compartir cartel con un artista al que hemos visto muchas veces y que forma parte de nuestra colección de discos noventera de cuando íbamos al instituto. Es un día de esos especiales en los que puedes decir que has tocado en el mismo sitio que un grande».

La de Málaga es una de las pocas citas de este verano para la banda madrileña. En contra de lo que marca la industria, Vetusta Morla tomó la decisión de parar durante la temporada alta. Tras la presentación de 'Cable a Tierra', su último trabajo, en el Wanda Metropolitano de Madrid el pasado junio, el grupo optó por «desaparecer durante los meses más intenso». «Hay una sobreoferta muy grande y el bolsillo es limitado. No puedes exigir que la gente esté comprando entradas todo el rato porque no hay dinero para tanto concierto», analiza. El objetivo: «Que nos cojan con ganas». Y en Málaga, «donde siempre pasan cosas», el público va sobrado de eso.