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Nathy Peluso sube la temperatura en Starlite
Saltó al escenario de la misma manera en la que lo hacen las grandes estrellas de pop del universo: Tres ventiladores apuntaban hacia su persona y el pelo la convertía en gobernadora
El auditorio de la cantera de Nagüeles, en Marbella, se llenó de faldas cortas, tops, tirantes y camisas de colores para recibir a Nathy Peluso ... con el mismo calor que ella impone. Starlite estaba anoche lleno de gente joven y dispuesta a casi todo lo que se pusiera por delante, una actitud de comérselo todo en los albores de la pandemia que nos impedía ponernos de pie o bajarnos la mascarilla, pero que en ningún momento impidió el goce, la calentura o esta modalidad de baile sentado y de la que ya hemos aprendido tantos pasos. Nathy, sin embargo, aguantó la pelusa y no paró ni un momento de bailar para nuestro deleite.
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El concierto empezó con diez minutos de retraso y una introducción de tambores y bajos que daba empaque a la aparición. Nathy Peluso, latina aunque afincada en España desde que era una niña, saltó al escenario de la misma manera en la que lo hacen las grandes estrellas de pop del universo. Marea de móviles en el aire. Tres ventiladores apuntaban hacia su persona y el pelo la convertía en gobernadora. Había gritos por todas partes. El público era fan de verdad, no lectoras de solapa, y se sabían todas las canciones. Estados etílicos maravillosos. Ella llevaba unas impresionantes mallas de colores flúor como si fueran las placas tectónicas de La Tierra o el mapa de la misma ola de calor que tenía su epicentro en sus nalgas: «Este culo natural, non plastic». No tardé en enterarme de que ese vestido está diseñado por Sergio Castaño, de Syndical Chamber, y justo es reconocerlo porque el modelito es total, como pueden apreciar en la foto.
Cae la noche y sobresale la actitud zumba. Son las 22 horas y ya se ha cumplido la promesa de la música y el buen sabor. «Espero que gocen con nosotros», apunta la Peluso y nosotros disparamos, claro que sí. Empieza con 'Celebré', igual que su segundo disco, una maravilla llamada 'Calambre', donde Nathy se ha puesto en la casilla de salida de las herederas más rebeldes de Celia Cruz, Gloria Estefan o la mismísima Grace Jones. 'Sana Sana', ese temazo, llega en segundo término para que todo el mundo sepa que esto no es una broma. 'Buenos Aires' fue debidamente coreada. Nathy vuelve a arrancarse: «Yo tenía un novio, y ese novio tenía un amigo que… bueno, mejor yo les canto…», nos dice, con ese acento que no se sabe bien de dónde viene. Ha cogido una rosa, ha jugado un rato con ella y ahora todos los que estamos aquí pensamos que Nathy Peluso es la persona que mejor besa del mundo. Luego hace con la flor otros menesteres que seguro que hace bien, porque todo lo que toca la Peluso se convierte en algo importante, sobre todo cuando es de noche, y con estrellas. «¿Les gusta la salsa? Porque aquí se vino a gozar. Ahora sí se armó la Sandunga». De su boca y de su cuerpo sale a veces puro veneno, el título de otra canción que demuestra una ausencia total de prejuicios y este fin de los complejos, esta amplitud de miras que abraza con gusto ritmos más allá de lo que se entiende como urbano: salsa, azúcar, también jazz, guateque, en definitiva. Natalia Peluso, nacida en Luján, provincia de Buenos Aires, un 12 de enero de 1995, también puede ponerse americana. 'Hot Butter', 'Nasty Girl', rapera en chándal que brilla como la que más. Y el pelo sigue en el aire.
Regreso con fuerza
Está muy bien que los artistas desaparezcan un ratito del escenario, como hacen los cantautores rockeros y las grandes divas del pop. La gente se abalanzó en vítores cuando apareció de nuevo con toda la fuerza que tiene esta mujer para presentar a la banda al completo, incluida «la magnífica trompeta». Esta noche no hay nada que pueda hacer ella que no resulte sexy o electrizante. Recital poético y erótico para introducir 'Sandunguera', que «cuando canta, el alma se envenena». Carne asada por San Lorenzo y una estrella que es gloria en esta cita en Starlite que pedía todavía más calor. Hay una lección de perreo y un bis que incluye 'Business Woman'. El público sigue sabiéndoselas todas y celebrando sus gestos con gritos de la Super Bowl. «Quiero que os abracéis a ustedes mismas y que agradezcamos esta noche tan mágica de música con gente maravillosa, con todo mi corazón». Con un ojo de cada color y unas piernas que llegan hasta el suelo, la Peluso acabó así, agarrada a sí misma y estremecida, como nosotros, por la temperatura que desprende su poderío.
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