Biznaga, el grito punk de una generación: «No podemos rendirnos al desencanto»
La banda, con la mitad de sus músicos malagueños, vuelve al Canela Party tras poner un pie en el mundo 'mainstream' con el premio a mejor álbum de rock de la Academia de la Música
Es difícil «mantener el ánimo intacto», reconocen. Alquileres de minipisos que se llevan la mitad del sueldo, trabajos precarios para la juventud mejor preparada de ... la historia, dosis de benzodiazepinas para camuflar los problemas de salud mental y una ley del esfuerzo y la productividad mal entendida. La banda Biznaga, mitad malagueña –el nombre les delata– y mitad madrileña, vuelve a canalizar el cabreo y la rabia de una generación a golpe de batería, guitarras eléctricas y frases que caen como trallazos para retratar a una sociedad herida. Pero algo ha cambiado en ellos desde sus inicios hace ya más de una década. Hoy no son unos músicos en la resistencia: se han pasado a la defensa. «El desencanto es natural, pero no podemos rendirnos a él», asegura Jorge Navarro, letrista y bajo, la cuota malagueña del grupo junto a Álvaro García, a la voz y la guitarra. Completan el cuarteto Jorge 'Milky' Ballarín a la batería y Álvaro Casado 'Torete' también a la guitarra. Juntos volverán el jueves 21 de agosto al Canela Party de Torremolinos, el festival con más personalidad de la Costa del Sol.
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Siempre en la escena alternativa y en los márgenes del circuito, Biznaga ha puesto un pie en el mundo 'mainstream' con el premio de la Academia de la Música de España a Mejor Álbum de Rock por '¡Ahora!'. Competían al mismo nivel que nombres como Rozalén, Amaia, Dani Fernández, Leiva… «Te pone en el mapa en un entorno al que no estamos acostumbrados y eso puede abrir el campo a otra gente que quizá no nos conocía», señala Álvaro. «Es una liga diferente, desconocida para nosotros. Un escaparate para decir 'hola, estamos aquí'», añade Jorge. Y no ha sido el único reconocimiento del año. En los MIN, de la música independiente, se alzaron nada menos que con el título de Mejor Artista.
Los efectos se ven en las salas. Biznaga está entrando en espacios antes impensables para ellos y, tras agotar con nueve meses de antelación su concierto en la Riviera de Madrid, harán allí una segunda fecha para su fin de gira en marzo de 2026. «Es otro escalafón en una trayectoria que está siendo ascendente. Con 'Bremen no existe' dimos el salto más grande y con '¡Ahora!' hemos dado otro más», analiza Álvaro. Para Jorge este es el disco de la «consolidación», el de la confirmación de una nueva situación y de otra manera de hacer las canciones. «Consolidarlo es tan importante como que ocurra. Ser consecuente y seguir ahí al pie del cañón a veces es más complicado», advierte el músico.
Por el camino, desde 'Centro dramático nacional' (2014) hasta '¡Ahora!' (2024), se han hecho más pop en lo musical y su discurso es más claro. «Porque queremos que nuestro mensaje cale cada vez en un mayor número de personas, pero sin dejar de ser nosotros mismos, sin ceder ningún tipo de parcela artística, estética o ideológica», explican. Un equilibrio difícil que en '¡Ahora!' resuelven con una descarga de decibelios bien medida y con letras potentes que conectan al momento con el malestar de una generación que, como ellos, rondan los 40 (año arriba, año abajo).
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«La banda siempre ha sido una vía de escape a la frustración», aseguran
Y el drama de la vivienda es un asunto nuclear. «Pensamos que por tener un título, por tener una cultura o por tener acceso a plataformas, pertenecemos a una clase, pero no. Ahora va a ser diferenciador el hecho de quien pueda acceder a una vivienda, ya sea por herencia, porque se la dejan sus padres o porque tienen un dinero ahorrado», cuenta Jorge. Tener un trabajo ya no es el problema, porque ni siquiera una nómina normal puede soportar un alquiler.
«La banda siempre ha sido una vía de escape a esa frustración», dice Álvaro. Para el público y para ellos mismos. «El inicio fue una canalización de esa rabia de estar en trabajos precarios, de no tener un duro y querer quedar con tus colegas en el ensayo para hacer canciones y gritarlas», recuerda.
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Evolución
Hoy han dejado ya esos trabajos de «pura supervivencia» con los que compaginaban las giras y los ensayos, y se dedican de lleno a la música. Una evolución que se refleja en su actitud. «En los discos antiguos, cuando estás tan jodido y tan tocado, no tienes tiempo ni de resistencia ni de nada, solo hay una ira que se acaba convirtiendo en nada, porque se aplaca con mucho alcohol, muchas fiestas y muchas resacas», admite Álvaro.
En '¡Ahora!' no niegan los golpes ni se rebelan contra ellos, pero saben de qué manera encajarlos. «La defensa es más positiva y tiene que ver con la ilusión y el estado de ánimo para aguantar. Seguimos conservando cosas y esas cosas no nos las pueden quitar», añade Jorge.
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«Queremos que nuestro mensaje cale, pero sin ceder ningún tipo de parcela artística o ideológica»
Más allá de la escena musical, para ellos el punk es una «energía disruptiva o crítica» con el contexto que les rodea. «Eso es una llama que se lleva dentro y que se puede expresar a través de cualquier estilo», asegura Álvaro. Y hoy escasea en parte de la juventud. Les preocupa ver a chavales reivindicando a Franco con discursos «rancios antes vinculados a señores cerca de la tercera edad». «En realidad, no es más que una pataleta asusta viejas», confía Jorge. «Pura provocación cogida a través de tres titulares. Quieren soltar la perla y que la gente se lleve las manos a la cabeza», mantiene Álvaro.
Ellos plantarán cara a esa vuelta atrás desde el escenario. Biznaga regresa por cuarta vez al Canela Party, el festival más bizarro del panorama musical nacional, que repite en el recinto ferial de Torremolinos del 20 al 23 de agosto. «Ellos representan una identidad malagueña moderna, arraigada en la ciudad pero que apunta hacia el futuro», le aplaude Jorge, frente a otros modelos de ciudad «pasados por la centrifugadora del consumo más agresivo». «¿Qué otro festival hay donde te encuentres dos escenarios con nombres de 'Fistro' y 'Jarl'?», añade entre risas Álvaro. Actuarán en la jornada del jueves como avanzadilla de un cartel con más de 30 bandas que prometen un año más –y ya van 17– montar el 'gran pitote'.
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