Miguel, en el centro, rodeado por Alfonso, Sixto, Juande y Alejandro. Javier rosa

Ballena: el supergrupo indie de Málaga que se quiere fuerte

La banda se afianza en la escena con su tercer disco, 'Fuerteamor', poesía cotidiana con un sonido pop de guitarras y golpes de percusión

Viernes, 29 de julio 2022, 00:07

Lo que empezó como una broma se convirtió en un código habitual entre ellos: siempre que se despiden por whatsapp se envían un 'os quiero ... mucho', 'os amo muy fuerte'. «Es importante normalizar los sentimientos. No somos tíos duros. Yo lloro más que mi mujer», reconoce Miguel Rueda. Se lo decían mientras daban forma a un nuevo trabajo, el tercero, el que consolida el sonido de este supergrupo del indie malagueño y su poesía de lo cotidiano. Y como les suele pasar, el título del álbum les salió de forma natural, casi espontánea: 'Fuerteamor'. Ballena da un nuevo coletazo a la escena musical con once golpes de pop que le reafirman como una de las bandas más compactas y completas del panorama local.

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'Fuerteamor' sale al mercado con el aval de Subterfuge, la discográfica independiente más potente del país que les acompaña desde el principio, y con un diseño que firma otra vez el humorista y dibujante Joaquín Reyes, su fan declarado. Una «obra de arte maravillosa» que cierra el círculo con la imagen de un tipo rodeado de un aura roja –el de las personas apasionadas– y con un corazón inmenso en el centro.

De una u otra forma, todas las pistas que contiene hacen referencia al amor, a los distintos amores y formas de querer. Un sonido muy orgánico, sin apenas teclados y con mucha guitarra y percusión, envuelve a unas letras que muestran un salto en la madurez del conjunto. En lo que cuentan y en cómo lo cuentan, queda claro que aquí no hay veinteañeros sino de padres de familia y adultos con mucho camino ya recorrido en la vida y en los escenarios. «Pasada la frontera de los cuarenta no vamos a hacer canciones del instituto. Tienen que hablar de lo que vivimos», explica Miguel, letrista y vocalista, arropado por sus compañeros en compenetrados coros.

Salen a relucir temas como la entrega materna ('Caminito'), las relaciones tóxicas ('La Gracia Clásica'), la amistad ('MAhH'), la reconciliación ('Sassenach'), los hijos ('Máquina del Tiempo') y, por supuesto, el propio sentimiento de grupo ('Juntos'). Lo explica a la perfección su admirado Joaquín Reyes: «Brilla una poesía de lo doméstico que no recurre a la épica, que no necesita de metáforas (vacías) y que esquiva (¡Aleluya!) los lugares comunes (no es poco para los tiempos que corren). El día a día de una familia numerosa, el desgaste de la rutina, los apuros económicos, la pasión por la música… esos son los temas que trascienden a verdaderas joyas pop». Porque, en contra de lo que pueda parecer, en 'Semana Ballena' no cantan a la fiesta del sábado noche sino a las mañanas con niños pidiendo juego desde bien temprano.

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La banda cuenta de nuevo con el aval de Subterfuge y el diseño gráfico del dibujante y humorista Joaquín Reyes

Todas las letras llevan la firma de Miguel Rueda (padre de cuatro), salvo una: 'Juntos'. Sixto Jiménez se estrena como compositor de Ballena con este canto al quererse fuerte como banda, con frases como «la proximidad por encima de ser más». Forma parte de la filosofía de esta apuesta. Funcionan como cooperativa: pierdan o ganen, lo hacen todos. Miguel lleva las letras al local de ensayo para ponerlas en común y afinarlas, y la música se compone en grupo. Es un proceso más lento, más tedioso... «Es agotador, pero tenemos la sensación de que las canciones son de todos», señala Juande Jiménez, batería. Es la mejor forma de combatir los egos que a tantas bandas se ha llevado por delante. «Es como una especie de relación sentimental, pero si entre dos ya es difícil aquí somos cinco. Intentamos que no pasen, pero a veces hay tensiones y hay que hacer una cura de humildad y bajarnos los humos entre todos», reconoce.

Tienen un punto a su favor: no 'comen' de la banda. «Y casi que mejor. Vivir de la música es muy sacrificado, muy duro. Vivir bien de esto es muy complicado», admite Miguel Rueda, de lunes a viernes (salvo la escapada semanal al local de ensayo) administrador en una empresa de limpieza. Juande Jiménez, por su parte, es controlador aéreo. «Y ya te digo que es más complicado gestionar una pelea de 'ballenas' que una secuencia de aproximación de Málaga», bromea.

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Javier Rosa

No depender del mercado les da «libertad creativa» para hacer y deshacer a su antojo, a sus ritmos. «Cuando empieza a entrar dinero, vienen los problemas. Ya hace que no sea tan divertido, que se convierta en un oficio. Esas cosas nos la saltamos. Ballena es todo satisfacción: como estamos en cero todo lo que venga, suma», señala el vocalista.

El sistema les funciona. Este disco es el tercero en cinco años, desde 2017, cuando Ballena nació como superbanda que aglutinaba a músicos de conocidos grupos de la escena local (Fila India, Modo Bélica, Negroazulado, Notes to Myself). Al trío inicial formado por Miguel Rueda (guitarra y voz), Juande Jiménez (batería) y Alejandro Hidalgo (guitarra) se sumaron después Sixto Jiménez (guitarra, teclados y voz) y Alfonso López (bajo). 'Odisea Ballena' fue su anterior trabajo, un título lanzado semanas antes de la pandemia que parecía predecir el caos que vendría después. Sus vidas siguen siendo una locura, unos malabares constantes para organizar familia-trabajo-música, pero todo es más fácil queriéndose fuerte.

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