La cantante fotografiada en Nueva York.

Madonna: la construcción de un icono

La Térmica acoge una exposición inédita en España con fotografías del mito de la música pop

Antonio Javier López

Miércoles, 20 de enero 2016, 00:31

«La gente pensaba que un día se despertaría y yo ya no estaría allí, pero se equivocaban... nunca me iré». Y a estas alturas ... ya puede concluirse que Madonna tenía razón cuando soltó aquella frase, porque su obra y, sobre todo, el personaje que ella misma se ha labrado, quedarán para la historia de la cultura popular contemporánea. Esa ardua construcción de la posteridad surge como el asunto central de Madonna: el nacimiento de un mito, la exposición que inaugurará pasado mañana la nueva temporada de La Térmica.

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El montaje, inédito en España, reúne medio centenar de instantáneas realizadas por Deborah Feingold, George DuBose y Peter Cunningham. Y de la mano de este último llega uno de los alicientes de la exhibición. «En esta exposición están presentes las imágenes de Peter Cunningham que formaban parte de un carrete que el fotógrafo creía perdido y que ahora se muestran por vez primera en España y por segunda vez a nivel mundial», adelantan desde Contemporánea, la empresa de gestión cultural que firma el nuevo proyecto que verá la luz a partir del viernes en el centro de la Diputación Provincial.

La transformación de la joven Louise Veronica Ciccone hasta convertirse en Madonna compone el hilo conductor del montaje, basado en una selección de instantáneas realizadas en los primeros compases de la década de los años 80 del pasado siglo.

«Es, precisamente, en 1982 cuando Cunningham, fotógrafo canadiense con estudio en Nueva York, recibe la llamada de su amiga Liz Rosenberg, publicista de la discográfica Warner, para organizar rápidamente un reportaje con una de sus nuevas clientas de la cual era particularmente entusiasta: una tal Madonna», recuerdan desde Contemporánea.

Los promotores de la exposición argumentan que, por aquel entonces, a Cunningham «el nombre (de Madonna) no le dice nada», lo que no impidió a Rosenberg espetarle que su nueva protegida se convertiría con el tiempo en «la nueva Marilyn Monroe». Aquel look le valió a Madonna el sobrenombre de La ambición rubia, si bien para eso todavía faltaban algunos años.

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La exposición de La Térmica se centra en los primeros años 80, cuando Madonna era la vocalista de The Breakfast Club, la banda que solía tocar en el Uncle Sams Blues de Long Island. Hasta allí se desplazó otro de los fotógrafos representados en la exposición que pasado mañana se inaugura: George DuBose. Corría el otoño de 1981 y DuBose recibía el encargo de fotografiar al grupo... aunque centrándose en la cantante. Esas instantáneas también forman parte de la propuesta de La Térmica, que toma el pulso al fulgurante ascenso de la cantante.

«Su carrera nace en pocos meses y esta exposición de La Térmica quiere recorrer de nuevo esos primerísimos días a través de las imágenes que documentan dicho período y los cambios de estilo de este icono cultural, quizás, el más longevo de la música pop», avanzan desde Contemporánea.

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Además, desde la empresa que firma Madonna: el nacimiento de un mito adelantan algunas novedades que acompañarán al medio centenar de fotografías expuestas en La Térmica: «Junto a estas 50 instantáneas se muestran dos videocreaciones realizadas en exclusiva para esta exposición de los artistas Chema Alonso y Carlos T. Mori; una nueva pieza de Silvia Prada, artista cuya estética está muy ligada a la iconografía de los 80 y el fenómeno fan; y, finalmente, una instalación donde el público podrá meterse en la piel de la diva del pop interactuando con su música». Quizá de ahí nazca otra estrella.

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