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Regina Sotorrío
Martes, 20 de enero 2015, 01:33
El Barrio ya está aquí. Como canta en una canción, «se acabó este descansito, ahora toca caminito de guitarras y sombreros». José Luis Figuereo pone fin a tres años alejado de los escenarios con 'Hijo del Levante', un disco que ha vuelto a convocar a su fiel legión de barrieros. Las entradas para su concierto del próximo sábado en el Martín Carpena se agotaron hace semanas. Responde a esta entrevista por correo electrónico, los preparativos del arranque de la gira -el viernes en Madrid- le tenían ocupado... y preocupado. Porque no lo oculta: tiene «muchos miedos». Pero ya no vale mirar atrás, El Barrio ha sacado del armario las camisas negras, los pendientes y los vaqueros para estar de nuevo «dando guerra».
-Había ganas de que volviera: no quedan entradas en Málaga. ¿Temió en algún momento que el público no le esperara?
-Cuando voy a sacar un nuevo disco y a comenzar una nueva gira, siempre existe esa incertidumbre y ese temor de cómo va a reaccionar el público, si van a seguir ahí a tu lado. Por suerte he podido comprobar que siguen y me siento afortunado.
-¿Parar se convirtió en una necesidad? ¿Qué le llevó a tomar la decisión?
-Necesitaba descansar para oxigenar y refrescar mi música. Nunca antes en casi 20 años había parado mas de siete u ocho meses y necesitaba tiempo para darle una vuelta a mis canciones, ir un paso más arriba. Ahora he conseguido escribir sobre temas diferentes a los de antes.
-¿Qué se ha permitido en este tiempo fuera de los escenarios que antes no podía?
-Me he dedicado sobre todo a componer y a estar con mi familia. No he hecho nada extraordinario, soy una persona muy sencilla y de costumbres muy normales. Eso sí, paseos por la playa y mucha reflexión.
-'Hijo del Levante', ¿son de nuevo canciones hechas en horas de insomnio?
-La verdad es que últimamente he estado durmiendo a pierna suelta. Bueno, siempre que me dejaba mi hija pequeña (risas). En esta ocasión he utilizado unos horarios más normales para componer.
-Sabiendo lo crítico que es con usted mismo, ¿ha sido duro el proceso de superar al disco anterior?
-Siempre es duro ese proceso, intentar contar cosas distintas. Superar lo anterior es a veces angustioso. Creo que en este caso lo he conseguido y he tocado temas sociales como el Alzheimer, el maltrato a la mujer y también temas personales como la ilusión de una niña cuando recibe un regalo de Reyes. Ha sido duro pero estoy satisfecho.
Optimismo
-Prefiere lanzar un canto a la esperanza ('Cántame amor') que hacer una canción protesta ante la situación que vivimos. ¿Por qué?
-Al final se trata de que hay que mirar 'pa'lante' con optimismo, que es la única forma de poder vivir feliz y no hundirnos pensando en lo mal que está todo, lamentándonos no adelantamos nada. ¡Alegría a los corazones!
-¿La identificación del público con usted y con sus letras es una de las claves de su éxito?
-Sí, siempre lo he dicho, la clave del éxito de El Barrio es que la gente se identifica con una forma de pensar, de vivir, de cantar. Son gente respetuosa y agradecida cuando te esfuerzas cantando. Yo soy el estandarte, pero ellos son el batallón.
-La legión de barrieros es inmensa, pero no es un artista mediático, con constante presencia en televisiones y radios. ¿Cómo se explica eso?
-Pues es un poco difícil de explicar, pero el caso es que en los principios el fenómeno de El Barrio se ha ido fraguando por el boca a boca, cuando no sonábamos en casi ninguna radio ni salíamos en la tele. Ahora la verdad es que la cosa ha cambiado y ya son muchos los medios que se acercan a mí, pero la realidad es que sigo sin ser un artista mediático y mi público no necesita verme en según qué medios para saber de mí.
-En los últimos meses se ha hablado mucho de 'miedo escénico'. ¿El artista convive siempre con él?
-En mi caso la verdad es que yo tengo muchos miedos, y más ahora que llevo tres años sin pisar un escenario. Siento ese miedo porque he perdido la costumbre, la seguridad en mí mismo. La verdad es que estoy un poco 'cagao', aunque es un orgullo poder estar de nuevo dando guerra.
-Y después de este descanso, ¿está preparado para la vuelta a la locura de hoteles, carreteras y escenarios?
-Ya me he mentalizado y durante este año 2015 tenemos por delante un montón de conciertos que nos llevarán a las ciudades más importantes de España.
-¿Hasta qué punto le afectan los comentarios de la gente? En su canción 'He vuelto' canta: «Hay gilipollas que creen que me estoy muriendo».
-No me suelen afectar demasiado los comentarios, pero hubo un episodio muy desagradable en mi carrera y fue cuando alguien se inventó que tenía cáncer de garganta. Yo creo que no se puede jugar con una enfermedad como esa, llegaron a asustar a mis padres, que se creyeron que no les decía nada para no preocuparles. Por eso en la canción quise dejar las cosas claras y decir lo que pensaba de ellos.
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