El Mirador del Carmen en Estepona amplía la Málaga de los museos hacia la Costa del Sol
Lorena Codes y José Luis García asumen la dirección de una sala que combinará el arte con propuestas didácticas y multidisciplinares: «Tiene todos los mimbres para dejar huella»
Pasea por las salas atenta a cualquier detalle. Se fija en el perfil del público que entra, en la obra que llama la atención del ... niño, en el cuadro que más le interesa a la señora… Y si tiene ocasión, entabla una conversación con ellos. Hay algo de deformación profesional en eso, es periodista y no puede evitar analizarlo todo, pero también es el reflejo de lo mucho que le apasiona el proyecto. «Esto es un caramelo», confiesa rodeada de obras de Sorolla, Romero de Torres, Fortuny, Tàpies, Saura y Menchu Gal, entre otros. Lorena Codes asume la dirección artística del centro expositivo del Mirador del Carmen, un lienzo en blanco para hacer cultura y crear nuevos públicos que acaba de inaugurar el Ayuntamiento de Estepona. «Están todos los mimbres para que de aquí salga algo que realmente deje huella», asegura la gestora malagueña.
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El Mirador del Carmen amplía la Málaga de los museos más allá de la capital y hacia la Costa del Sol. Porque ese concepto «tiene que abrirse también a la provincia», defiende Codes. 'Vivir en la pintura', un recorrido por el arte español con fondos de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, estrena el espacio artístico de la primera planta con casi medio centenar de piezas. Y aún huele a nuevo en la sala, a recién pintado. Nada menos que 5.000 personas visitaron la exposición en su primera semana, casi la mitad de Estepona y hasta un 30 por ciento del extranjero. «Salen asombrados y agradecidos. Están emocionados de que esto esté aquí. Para el residente, especialmente, es un gustazo no tener que desplazarse lejos para poder ver arte», apunta Codes, acompañada de José Luis García Gómez, encargado de la dirección técnica del centro.
Sobre todo, arte de este nivel. Les da la bienvenida una obra de un alto valor simbólico: 'Playa de Estepona con la vista del Peñón de Gibraltar', de Fritz Bamberger (1855). Probablemente, el pintor alemán capturó ese paisaje desde un lugar muy próximo a este Mirador del Carmen, pero un siglo y medio después el litoral resulta irreconocible. Más adelante, el visitante se encuentra con el 'Rompeolas de San Sebastián' de Sorolla, con la 'Feria de Córdoba' de Julio Romero de Torres, con el 'Paisaje norteafricano' de Mariano Fortuny y con 'El baño (Sevilla)' de Francisco Iturrino, una obra de gran formato que alcanza los dos metros de altura. Paisajes y escenas costumbristas que evolucionan hacia el arte abstracto de Saura y el pop de Antonio de Felipe, dos de los artistas que, según ha detectado Codes, más gustan a los pequeños.
La exposición ha sido comisariada por Lourdes Moreno, directora artística del Carmen Thyssen Málaga. «Y la colaboración de su equipo ha sido fundamental. Han hecho que este sea una aterrizaje fácil», agradece Codes, que trabajó mano a mano con los conservadores de la pinacoteca en el montaje de la muestra. Es más, el Thyssen asesoró en el acondicionamiento de la sala (focos, climatización...), lo que se traduce en los más altos estándares de calidad en el terreno expositivo.
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Y esto, avisa Codes, es solo el principio. Las obras de la baronesa estarán en Estepona hasta el 25 de septiembre. En octubre se espera la llegada de los fondos de una importante fundación española, que se anunciará en breve. Pero el proyecto va mucho más allá de la exhibición. El diseño del centro expositivo con 380 metros repartidos en tres espacios permite múltiples posibilidades. Al atravesar el hall, se accede a la parte superior de una sala de doble altura. Desde esa especie de pasillo abierto se divisa toda la planta baja. Ahora luce de un blanco impoluto y está completamente libre, pero la previsión es que pronto se llene de contenido y, sobre todo, de actividad: desde talleres para niños hasta un concierto o una performance teatral. Es un espacio con entrada directa desde la calle que se presta a ser 'ocupado' de diferentes formas, incluso con una intervención artística.
Programa didáctico
Su cabeza es ahora mismo un hervidero de proyectos. Con las visitas guiadas ya en marcha, Codes y García Gómez trabajan en el programa didáctico, una de sus prioridades. «Es lo que más me apetece, porque la experiencia del arte con los niños es increíble. Esto tiene sentido porque es para ellos, porque genera el público del futuro y porque es transformador, no es solo un edificio bonito para hacerse 'selfies'», reflexiona la directora artística.
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Es un paso natural para ella, la forma de unir sus dos profesiones. La periodista, con años de experiencia en el sector y colaboradora habitual de SUR, es también profesora de Literatura desde 2018, un trabajo que ha compaginado con la gestión cultural como comisaria de exposiciones en la Alianza Francesa, el MUPAM, el Rectorado de la UMA y la Salas Mingorance. Y las dos facetas, asegura, se complementan: «Trabajar en el aula es muy enriquecedor, me retroalimenta mucho».
No hay que olvidar, además, que el Mirador del Carmen es un equipamiento que pronto se «llenará de vida y gente joven», apunta García Gómez, también periodista y con años de oficio en la comunicación cultural. Varias plantas de la torre diseñada por Salvador Moreno Peralta se dedicarán a una biblioteca digital. Y justo en la puerta de enfrente se ubica el conservatorio de música que empezará a funcionar tras el verano. Una escuela dotada con un auditorio totalmente equipado con 148 butacas mirando al mar. Las sinergias entre el arte, la música y la reflexión resultan inevitables. «Es un proyecto ilusionante», concluye Lorena Codes.
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