Mara Guil señala su foto en la orla de su promoción en el instituto Huelin. Salvador Salas

Mara Guil: «Lo pasé mal rodando el bofetón a Bardem»

La actriz malagueña, miembro del reparto de 'El buen patrón', vive su momento: «Nunca me ha sentado tan bien cumplir años como estos 40»

Lunes, 1 de noviembre 2021, 00:40

Mara Guil llega acelerada a la cita. «Me faltan horas», se excusa. Pero se relaja en cuanto atraviesa el portón con el letrero IES Huelin. ... Está en casa. Hacía años que no volvía al instituto de su adolescencia y, mientras recorre los pasillos, le vienen a la mente las amistades de entonces, las notas que se pasaban en clase desde las últimas filas, las primeras caladas a un cigarrillo... Hasta que se reconoce a sí misma en una de las muchas orlas que cuelgan de la pared. «¡Aquí estoy! Qué ilusión», dice mientras prepara el móvil para hacerle una foto a su 'yo' del año 2000. Entonces era María Jesús Rodríguez Guil y ya sabía que el mundo artístico le tiraba. Poco después de aquel retrato en blanco y negro, era alumna de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga mientras bailaba flamenco y danza del vientre por los hoteles de la Costa del Sol.

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Lo suyo ha sido una carrera de «pico y pala». Mara Guil (Málaga, 1981) ha trabajado para varias compañías de teatro a la vez, ha montado su propia productora, ha participado en series de televisión y ha puesto copas cuando ha hecho falta. Pero ahora le ha llegado su momento. La actriz malagueña está en la gran pantalla con un papel corto pero relevante en 'El buen patrón', la candidata española a los Oscar de Hollywood dirigida por Fernando León de Aranoa y protagonizada por Javier Bardem. Volverá a los cines el 10 de diciembre con 'Alegría', la prometedora ópera prima de Violeta Salama. Tiene tres cintas en posproducción (entre ellas, la malagueña 'Isósceles'), sigue girando con obras de teatro y prepara un proyecto para televisión que aún no puede desvelar. De todo eso y más habla sentada en un pupitre de su antiguo instituto.

–Del IES Huelin a Hollywood.

–(Risas) Espero ir a Hollywood de 'motu proprio' y porque me encanta viajar. Con seguir trabajando al nivel de ahora me conformo, soy muy feliz.

–¿Cómo recibió la elección de la película como representante española a los Oscar?

–Fue un subidón muy fuerte, la película es una maravilla. Fernando se lo merece. Tiene una crítica social muy potente desde una comedia muy limpia, hilando muy fino y con mucha elegancia.

«Muchísimas veces pensé en tirar la toalla, pero nada me apasionaba más»

–La escena del bofetón a Bardem, ¿es de las cosas más difíciles que ha hecho?

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–Pues sí. Estoy en contra de la violencia de todo tipo y lo pasé bastante mal. Pero fue una experiencia. Javier se portó de una forma increíble conmigo, nos entendimos a la perfección. Solo puedo hablar delicias: es educadísimo, cariñoso, buen compañero...

–¿Cuántas veces tuvo que repetir la escena?

–Muchas (risas). Fernando repite mucho, se aprovecha de nosotros todo lo que puede, y hace bien. Y tuvimos que repetirla muchísimas veces y en todas a tope. A mí se me saltaban las lágrimas, lo pasé mal porque estaba ejerciendo violencia sobre una persona. Además Javi me decía: «¡Dame!». Y Fernando: «¡Dale!» (risas).

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Salvador salas

–Ha hecho carrera en la interpretación, pero el baile fue primero.

–Sí, estuve diez años en el Ballet Embrujo bailando por todos los hoteles de la Costa del Sol mientras me costeaba la carrera de Arte Dramático. Y me he inflado de hacer animaciones por toda Málaga y parte de Andalucía.

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–¿Nunca ha sido camarera? Dicen que es la profesión en la que hay más actores.

–Sí y no se me caen los anillos. Ahora afortunadamente tengo bastante volumen de trabajo en teatro y tengo rodajes, pero si tuviera que volver a hacerlo no me importaría. Es un trabajo muy digno.

«Estoy aprendiendo a confiar en mí y a creerme lo que me dicen. Me he machacado mucho»

–'El buen patrón' le llegó tras hacer una prueba. ¿Sueña con el momento en el que no tenga que hacer 'castings'?

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–Sí, me encantaría. Entiendo que son necesarios, porque evidentemente tienen que probarte, pero a veces dices 'ojalá me llamaran sin pasar por esto, de verdad que lo voy a hacer bien' (risas). No deja de ser una presión y un tener que estar demostrando siempre.

–Además, hay 'síes', pero también hay que saber gestionar los 'noes'.

–Con el tiempo, aprendes a gestionar esos 'castings' para que tu vida no dependa de ellos ni de la opinión de una persona. Tienes que asumir que lo más normal es que te digan que no. Pero eso lo aprendes cuando ya han pasado quince años de carrera.

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–¿Nunca ha tenido la tentación de tirar la toalla?

–Sí, muchísimas veces. Pero cada vez que me lo planteaba, pensaba qué otra cosa podría hacer. Y llegaba a la conclusión de que no sabía hacer otra cosa y que no había otra cosa que me apasionara más.

«Por primera vez estoy trabajando mucho y viviendo de lo que me gusta. Es el mayor triunfo»

–¿Siente que es su momento?

–Mis amigos y mi familia me dicen que ahora estoy en la cresta de la ola. Sí, es un momento muy dulce y muy bonito que estoy disfrutando. Y te reconozco que también estoy abrumada con todas las muestras de cariño, sobrepasada.

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–Además, le llega cuando ya es una mujer con las ideas claras. No va a perder la cabeza por esto...

–Te aseguro que no. Nunca hubiera perdido la cabeza, pero es verdad que esto me pilla con 40 años recién cumplidos. Nunca me ha sentado tan bien cumplir años como este. Sé de dónde vengo, sé hacia dónde voy y sé que esto que me está pasando, que es tan bonito, mañana puede cambiar y puedo estar trabajando en un bar.

–Siempre se habla de la crueldad del cine con las mujeres al cumplir años.

–A mí al revés, soy la excepción que confirma la regla. Es muy importante porque por primera vez en mucho tiempo estoy trabajando mucho y viviendo de lo que me gusta. Es el mayor triunfo.

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–El 10 de diciembre estrena 'Alegría', donde tiene un papel importante. Pero, ¿podría vivir siendo siempre secundaria?

–Sí. Yo tengo un problema conmigo misma: me cuesta confiar en mí y este año estoy aprendiendo a hacerlo y a creerme lo que me dicen. Me he machacado mucho, tenía mucha inseguridad y, cuando ahora me están ofreciendo cosas más grandes, me crea una presión importante. Sobre todo por responsabilidad, soy muy 'apretá'. Y me encantan los secundarios, sería muy feliz siendo una eterna secundaria. Me encanta cualquier papel si es interesante y está lleno de colores. Y cuanto más lejos esté de mí, mejor.

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