Un malagueño en la corte del rey Warhol
El Museo Picasso abrirá el jueves una exposición sobre el padre del arte pop que rescata su retrato de Miguel Ortiz Berrocal
Unas líneas en su agenda correspondientes al año 1981: «Visité durante este viaje en New York, The Factory: cobijo y estudio de Andy Warhol, ... que aprovechó de tenerme allí para hacer mi retrato. Estaba bastante impresionado, por lo mucho que él pensaba que yo era famoso y bien vestido [...] Hizo nueve originales con colores distintos, a mí me dio dos que reservo, naturalmente, para mis hijos». Y ahí está Miguel Ortiz Berrocal hecho un pincel. Traje oscuro de tres piezas, pero bien fijado, puro en mano y mirada puesta en el objetivo que sostiene el padre del arte pop.
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La exposición que el Museo Picasso Málaga (MPM) abrirá al público el próximo jueves después de pasar por Barcelona y Madrid brindará la posibilidad de asomarse al retrato que Warhol realizó al escultor malagueño cuando ambos estaban en la cima de su popularidad. Pero, ¿cómo llegaron a conocerse Warhol y Berrocal? Responde la viuda del escultor malagueño, Cristina de Braganza, que compartió aquella experiencia con el artista nacido en Villanueva de Algaidas.
«Fue a través de Gaetana Enders, esposa de Thomas Enders, embajador de Estados Unidos en España por aquellos años. Éramos amigos desde hacía mucho tiempo y a través de ella supimos que Warhol quería conocer a Miguel, porque le interesaba su arte multiplicado. En las inauguraciones de exposiciones en Nueva York y en varios encuentros de artistas se habían visto de manera fugaz y entonces decidieron reunirse para realizar ese retrato».
«En esa época –sigue Cristina de Braganza–, entre 1975 y 1985, íbamos dos o tres veces al año a Nueva York. En esas fechas Miguel preparaba una exposición en una galería de la calle 57. Concertaron una cita y al final fueron tres sesiones de fotos para el retrato que Warhol quería hacer. El primer día acordaron cómo iba a ser la pose. Miguel era un dandi andaluz, cuando salía del taller vestía bien y Warhol lo quiso retratar así», anota la viuda del artista y presidenta de la Fundación Escultor Berrocal.
«Se hicieron varios retratos. Uno lo tenía Gaetana Enders, dos los intercambió Miguel con Warhol por obra suya para dejar esos cuadros a nuestros dos hijos y los demás los adquirió un marchante. Ahora dos de estos cuadros están en el Museo Warhol de Pittsburgh», añade Cristina de Braganza.
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«En la sala donde están las 'Celebrities' de Warhol están desde Armani o el Sha de Persia hasta Berrocal y esa presencia de Berrocal donde para mí cobra más sentido es aquí, en Málaga», sostiene el director artístico del MPM y comisario de la exposición sobre Warhol, José Lebrero.
'Warhol. El arte mecánico'
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Lugar Museo Picasso Málaga
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Fechas Desde el 31 de mayo hasta el 16 de septiembre
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Horario El museo abre todos los días. En mayo, junio y septiembre, de 10.00 a 19.00 horas; julio y agosto, de 10.00 a 20.00
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Colabora Obra Social 'la Caixa'.
Entra así el escultor malagueño en la selecta nómina de retratados por Warhol, de Marilyn Monroe a Elizabeth Taylor, de Elvis Presley a Liza Minelli. Pero con sus propias particularidades. «Los clásicos cuadros de las 'celebrities' tienen un tipo de colorido específico que no tiene el de Berrocal, aventura Lebrero antes de anunciar que el escultor malagueño compartirá pared en la exposición antológica sobre Warhol con John Richardson, biógrafo de Picasso, y Man Ray.
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Pero más allá del encuentro entre Picasso y Berrocal en las paredes del MPM, el hijo del escultor, Beltrán Berrocal, esboza: «Algo interesante que compartimos con la gente que nos visita en el Estudio-Taller Berrocal en Villanueva de Algaidas es el paralelismo entre 'pop art' y el pop de Berrocal, dos formas distintas de acercarse al debate de la democratización del arte: por un lado Warhol dice que lo 'popular' es digno de estar en un museo; mientras Berrocal a través de la multiplicación de sus obras hace económicamente y cuantitativamente asequible esa tradición cultural».
«Se puede decir que el afán de Berrocal es de compartir, hacer 'popular' las cimas mas altas de la cultura, de la tradición y de las artes que han ido perdiendo poco a poco el interés, sobre todo en una sociedad como la de los años 60 que buscaba la revolución y la ruptura con el pasado», afirma.
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Cuando la mayor 'celebrity' del arte no vendía un cuadro
Cuenta el portal especializado ArtFacts.net algo compartido en el sector desde hace años: el artista moderno y contemporáneo más cotizado del mundo es Andy Warhol. Pero eso no ha sido siempre así. Se trata de un fenómeno reciente, como relata José Lebrero, director artístico del Museo Picasso Málaga y comisario de la exposición 'Warhol. El arte mecánico' que la pinacoteca abrirá al público el próximo jueves.
«Estos precios astronómicos que podemos ver hoy en las galerías y en las subastas son relativamente nuevos. La obra de Warhol no era tan cara de adquirir como lo ha sido en los últimos diez años. Eso tiene más que ver con la ley del mercado que con las características de la propia obra. Tiene que ver con que hay poca obra de la 'cara', de pinturas, en el mercado. Es una cuestión de oferta y demanda», argumenta Lebrero.
Es más, cuando Warhol quiso dar el salto a la élite artística desde su trabajo como ilustrador de la industria editorial se topó con una realidad muy cruda. Sigue Lebrero: «Cuando hace su primera exposición tiene una mentalidad estratégica, porque decide hacerla no en Nueva York sino en Los Ángeles, en una galería de obra experimental y no vende ninguna obra. Su inicio en el mundo comercial del arte de élite, no del arte comercial donde ganaba dinero y era muy conocido, fue muy malo».
«Sin embargo, a los tres años ya se había convertido en un artista de culto –prosigue Lebrero–, porque hace una exposición en la Universidad de Filadelfia y el día de la inauguración va tanta gente que tienen que retirar los cuadros por miedo a que se deterioren. Es decir, de un modo muy, muy rápido, Warhol se convierte en un artista muy interesante para el mundo artístico más progresista que busca la novedad y tiene interés en una nueva manera de hacer que luego se llamará el pop».
Lebrero pone el acento en esa mentalidad comercial que Warhol aplicó en su carrera artística para explicar la extraordinaria onda expansiva que ha tenido su trabajo: «Nace en Pittsburgh en 1928, es el tercer hijo de un matrimonio procedente de Eslovaquia, emigrante en una de las capitales del acero. Estudia Diseño en Pittsburgh y empieza a hacer ilustraciones para revistas. En el 49 se traslada a Nueva York como un joven que quiere ser un artista comercial. No quiere ser Picasso, no quiere se Rembrandt o Manet en el sentido de entrar en los grandes museos».
«Él llega como hijo de emigrantes procedente de una de las capitales industriales del país y está muy separado de la burguesía ilustrada neoyorquina. Desde el principio está acostumbrado a trabajar con equipos de las Redacciones. La curiosidad es que siendo un artista comercial, entra en el mundo del arte ilustrado del museo y de las galerías y compaginará esas tareas toda su vida», aporta el director artístico del MPM.
Porque para Warhol la fama y el dinero no eran ningún tabú, al fin y al cabo, llegó a trabajar sobre su propio papel moneda, como abrocha Lebrero: «Si querías hacerte un retrato de Warhol tenías que pagar 25.000 dólares. Era un retratista de encargo, como habían sido desde Rembrandt a Rubens o el mismo Velázquez. Esa vertiente comercial en su trabajo y en su mentalidad siempre está presente».
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