Málaga a trazos: Un oasis en la Victoria

Hubo un tiempo en que los jardines se plantaban.Lugares creados para el deleite de los sentidos, en ellos se recreaba la idea de un ... paraíso perdido en el que cultivar la ensoñación. Hoy, el verbo citado antes nos resulta anticuado: los jardines de hoy no se plantan, se construyen. Nos hemos distanciado tanto de la naturaleza que en ellos pretendía evocarse que ha de llegar un soplo de terralflamígero para que busquemos la protección de una umbrosa arboleda antigua; en el caso de los victorianos, es el delicioso vergel que prospera junto al santuario de la patrona –los Jardines de Alfonso XII–el refugio ideal en estos casos. Bajo las frondosas copas nunca falta allí algún lector ensimismado. También hay un juego de niños que quizá no sea el más llamativo de la ciudad, pero ofrece una ventaja imbatible: está a la sombra.