'Madama Butterfly' llega al Cervantes tras sortear dos temporales y la ruptura con el Coro de Ópera de Málaga

Vigar insistió en que la medida responde al deseo de buscar «la excelencia» en todos los procesos que integran la temporada lírica. «El posicionamiento del teatro y la exigencia de nuestro público lo hacían necesario», apuntó. Un cambio de criterio -cabe recordar que para esta temporada se había anunciado y publicado la participación del Coro de Ópera de Málaga- que desvinculó de la multa impuesta por Trabajo a la Orquesta Filarmónica de Málaga por irregularidades en la contratación unas semanas antes. «No sé las circunstancias de la OFM», dijo. Tampoco tiene que ver, añadió, con la inspección laboral que tuvo el propio Cervantes en la última producción de ópera y cuya denuncia achacó a la «frustración de algún integrante del coro anterior». «La profesionalización del coro ya se había empezado a hablar muchos meses antes», señaló Vigar.

De momento, el Cervantes descarta crear una agrupación profesional propia de coralistas, como sí hizo el Maestranza de Sevilla, y opta por la fórmula de sacar a licitación los títulos. Los dos próximos de esta temporada lírica saldrán a concurso en breve, adelantó. Sobre lo que sucederá en el siguiente curso, no hay respuesta.

Negó que esto suponga una pérdida de identidad en la producción musical del Cervantes y avanzó que en las contrataciones se establecerá unos «números mínimos de miembros de Málaga y su ámbito de influencia», lo que dará «oportunidades» a las nuevas voces líricas formadas en el conservatorio malagueño. Para este primer coro Málaga-Intermezzo, de entrada, «más de un 90 por ciento de los miembros son locales», apuntó el director malagueño Santiago Otero, que en esta ocasión estará al frente de los coralistas. Vigar se refirió a este asunto preguntado por la prensa tras una presentación en la que no se hizo ni una sola mención al Coro de Ópera de Málaga con el que el teatro ha estado trabajando durante cuatro décadas y por el que han pasado cientos de voces.

El Coro Málaga-Intermezzo debutará en el segundo montaje del ciclo lírico que patrocina Fundación Unicaja y en el que colaboran Fundación Sando e Idealista. Se trata de una 'Madama Butterfly' ambientada en el Japón de la bomba atómica, con escenografía del Palau de les Arts de Valencia y dirección escénica del valenciano Emilio López. López llega de la «zona cero» del temporal que inundó Valencia, «y me he traído una parte de la Dana a Málaga», lamentó. Por eso agradeció el «esfuerzo» de todo el equipo para recuperar las 48 horas de trabajo suspendidas la semana pasada por las fuertes lluvias. Un tiempo clave en propuestas como esta con muy poco margen de maniobra en las agendas. También para el director musical Giuseppe Finzi fue «difícil perder dos días de ensayo» con la Orquesta Filarmónica de Málaga, «pero en la dificultad se encuentra el amor que la gente pone en la ópera». Finzi alabó la música de Puccini, que supo captar «el espíritu japonés» sin haber pisado nunca Japón.

Esta 'Madama Butterfly' es «fiel al libreto» de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, explicó López, pero con una nota discordante que se descubre a partir del segundo acto: la acción se adelanta en el tiempo hasta la Segunda Guerra Mundial, a la devastación provocada por la caída de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. Ese escenario de absoluta desolación coincide con la «destrucción interna» que vive Cio-Cio-San (Claudia Pavone) cuando Pinkerton (Antonio Gandía) la deja, una dura realidad que al principio todos ven menos ella. López establece aquí también un paralelismo entre Pinkerton y el aviador que lanzó la bomba atómica, que se creyó un héroe hasta que fue consciente del daño causado.

La soprano italiana Claudia Pavone habló «emocionada» de su papel como la famosa geisha, «la heroína más desgarradora de Puccini». Un rol que «necesita mucha madurez vocal» y un equilibrio emocional «para no acabar llorando cuando cantas». Un elenco muy internacional con Željko Lucic en el papel de Sharpless y Nozomi Kato convertida en Suzuki donde el acento local lo vuelve a poner el tenor Luis Pacetti (como Goro), un clásico de la temporada lírica malagueña. «Espero que la gente se deje llevar por la estética y por la maravilla de la música», deseó López para concluir.