Lola Alcántara revela que su padre figuró en una lista para ser fusilado el 23F
La pedagoga y profesora de la UMA participa en el Congreso de Periodismo que este año se dedica al fallecido poeta y autor de 'Manera de silencio'
Manuel Alcántara dedicó su vida a la escritura. Y su poesía y sus columnas dejaron huella. Tanto como que su propia vida y obra también ... fueran argumento de estudio y crónicas. En la mayor parte de ellas se reconocía el autor, aunque no siempre acertaban. Como su presunta vinculación con la dictadura a veces apuntada, que fue rechazada ayer por la pedagoga, profesora de la UMA e hija del escritor, Lola Alcántara, en la segunda jornada del VII Congreso Internacional de Periodismo que este año se dedica a la memoria del autor de 'Manera de silencio' recientemente fallecido. Una defensa que además vino acompañada de una revelación: la inclusión de Alcántara en una lista negra para ser fusilado en el 23 F.
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En una conversación con el presidente del consejo de administración de RTVA, Rafael Porras, Lola Alcántara dejó claro que su padre «no estuvo jamás en nada de Falange y nunca quiso escribir la palabra Franco en sus artículos». Así, destacó el «escepticismo» político de su padre y sus reparos a votar al llegar la democracia. «La primera vez que pudo hacerlo lo hizo por Tierno Galván (PSOE) y después no volvió a votar nunca», desveló la profesora de la Universidad de Málaga, que añadió que «si mi padre no hubiera escrito en un periódico franquista, nunca hubiera escrito, pero jamás fue un facha».
Lo de Alcántara fue una libertad de pensamiento prácticamente y, sin ser nunca un represaliado, su lejanía a la dictadura la ilustró Lola Alcántara al revelar que su nombre fue incluido en una nómina de personas que había que fusilar en el estadio Santiago Bernabéu durante el 23F. Según explicó la hija del escritor, aquella «encerrona» tuvo autor, el director del diario ultraderechista 'El Alcázar', pero cuando Alcántara –declarado aficionado del Real Madrid– supo de esta lista negra, hizo gala de su acreditada ironía y soltó: «Menos mal que han elegido bien el estadio».
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Este desconocido episodio fue uno de los más llamativos de la amena, detallada y reveladora intervención de Lola Alcántara, que aprovechó para puntualizar algunos perfiles que se repiten de su padre y que no eran del todo ciertos. Como las que dibujaban al escritor desde las grandes convicciones. «Pero más que la posesión de la verdad, a mi padre le gustaba el usufructo de la duda», aclaró la hija del autor de 'Este verano en Málaga', tomándole prestada esa visión de su progenitor a Juan Manuel de Prada.
Lola Alcántara confesó que «no entendía» la afición de su padre por el dry martini y, pese a su fama de religioso, lo que se subrayó tras su muerte el pasado abril, «nunca fue creyente». También matizó su imagen de desordenado. «Nunca fue bohemio, porque siempre fue puntual y llevaba las camisas planchadas», afirmó su hija que, eso sí, reconoció el gusto de su padre por los horarios extraños: «Él decía que le costaba por igual acostarse y levantarse».
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La profesora también recordó su infancia en Madrid, cuando acompañaba a su padre a los combates en el Campo del Gas o recibía en casa a escritores famosos que para ella eran como de la familia. Así habló del «tito Luis Rosales»; de Ignacio Aldecoa, que fue «como un padre» o de Camilo José Cela, «que siempre me cayó fatal». En el dibujo del Manolo más personal e íntimo, Lola Alcántara rescató también sus vivencias con su padre de puertas adentro. Como su debilidad por «arrinconarse», que es como definía su apego a pasar los veranos en Rincón de la Victoria y la elección de este pueblo para vivir las últimas décadas de su vida.
La capacidad de Alcántara para ver venir los golpes protagonizó el segundo encuentro del congreso organizado por la Fundación del escritor. Más que una mesa redonda fue un cuadrilátero en el que las esquinas la ocuparon los periodistas Alfredo Relaño, Silvia Cruz y Agustín Rivera, mientras Domi del Postigo hizo de árbitro. Aunque, todo sea dicho, hubo poca pelea, sino más bien consenso al asegurar que la época dorada del boxeo en España en los 70 tuvo en el malagueño al periodista con el mejor gancho para contarlo. «Su presencia dignificó el periodismo deportivo», aseguró tajante Relaño.
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Ya por la tarde, llegó el turno del Alcántara más (re)conocido y popular: el columnista. Ese que, antes de llegar las 5, se levantaba de la mesa, decía eso de que «no estoy escrito» y se marchaba a cumplir con su compromiso diario con el artículo en la contraportada de SUR. La disciplina del malagueño fue una de las capacidades destacadas por el periodista de 'ABC' Ignacio Camacho, que confesó que lo quiso «imitar, pero me rendí y acabé pidiendo vacaciones». Amigo y compañero de la columna, Camacho participó en un coloquio junto al jefe de Opinión de 'El Mundo', Jorge Bustos, y la columnista de Vocento, Rosa Belmonte, moderados por el profesor de la UMA Teodoro León Gross.
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