Miguel Ángel Oeste se sacude los rencores de la infancia en el Aula de SUR

Ese niño que no es querido por sus padres es la clave de 'Vengo de ese miedo', que Miguel Ángel Oeste comenzó a escribir con distancia hace década y media. Lo hizo en tercera persona, pero cuando llevaba ya 60 o 70 páginas se dio cuenta que aquel relato no funcionaba. «No me creía al personaje, así que empecé de nuevo», explicó el escritor, crítico de cine y miembro del comité de selección del Festival de Málaga Cine en Español, que desde la primera frase de su nueva narración desvelaba el impactante trasfondo de la novela que se convierte en una búsqueda interior: «Quiero matar a mi padre».

Precisamente, uno de los hallazgos de la novela es su exposición descarnada y, a la vez honesta, de una realidad que en la década de los 70 y 80 se silenciaba. «En esa época la violencia familiar de padres y familiares se quedaba en los límites de la vivienda», señaló Miguel Ángel Oeste que añadió que en la actualidad el contexto social ha cambiado completamente en nuestro país con respecto a los menores, por lo que entiende que «el lector pueda sentirse incómodo en ciertos pasajes, aunque en todo momento he evitado el sensacionalismo». De hecho, 'Vengo de ese miedo' no es solo un libro sobre la memoria de un niño maltratado, sino también sobre el presente de ese personaje convertido en padre y que duda de su capacidad para querer por el legado genético que arrastra.

«Cuando soy padre hago otra lectura del libro y adopto otro punto de vista, aunque también lo endurezco y lo desnudo todavía más para que sea más tosco», señaló el autor que combina esa mirada profunda y dura a su pasado con la esperanza que supone la entrada de las hijas en el relato. «El narrador necesita despojarse de todo para volver a nacer, para intentar que esa herencia atávica quede encerrada dentro de unos márgenes y empezar un camino nuevo, aunque eso es solo posible dentro de la ficción», aseguró Oeste, que marcó distancias entre el relato y la realidad, el personaje y el autor. «La literatura no alivia ni cura ni te convierte en escritor», sentenció.

La presencia del cómic en la novela y de un personaje en particular, Daredevil, que también arrastraba problemas con su padre, ocupó parte de la charla en la que el autor descubrió que el color rojo en la portada de su último libro es precisamente un guiño al superhéroe. Un gesto que también quiso tener con Pablo Aranda, su amigo, escritor y anterior director del Aula de Cultura de SUR hasta su fallecimiento en 2020. «Me hubiera gustado que Pablo estuviera hoy aquí, porque además fue el primero que me habló de Rodrigo Blanco Calderón», recordó Oeste.

En el acto organizado por el Aula de SUR, con la colaboración de Cerveza Victoria, el escritor y crítico reconoció la importancia del escenario de Pedregalejo en sus novelas. «Me sale de forma inconsciente; he intentado hacer cosas fuera de ese ámbito, pero no lo he conseguido», afirmó él narrador, que añadió que muchos de los escenarios en los que se ambientan sus libros, como la playa de la Arena Blanca, el bar La Chancla o el Ancla, ya no se conservan como él los retrata en sus páginas, desde 'Bobby Logan' a 'Vengo de ese miedo'.

Un territorio que probablemente seguirán poblando y condicionando sus historias, aunque Miguel Ángel Oeste admitió que, por lo que cuenta y cómo lo cuenta, su última novela no es una más, sino un relato que marca un antes y un después en su trayectoria. «Cierro un ciclo», abrochó antes de concluir. Aunque no fue lo último que hizo ya que al autor le quedaba una larga cola de lectores que quisieron llevarse su firma. Y su historia.