Corrupto y abusador: el cómic carga las tintas contra Alfons Quintá

De azote del pujolismo a protegido del que fuera su enemigo, el personaje llegó a director todopoderoso de la polémica cadena autonómica TV3 y, en su declive, acabó escribiendo una página de la España negra al asesinar a su mujer antes de suicidarse. Una figura controvertida llena de aristas que atrapó al ilustrador malagueño, que se puso en contacto con la editorial, mandó unos primeros bocetos y pasó a formar parte de esta historia. Un relato que también ahora se va a convertir en serie de televisión.

«Me sonaba el personaje por su violento final, pero cuando conocí de cerca al personaje me encontré con un absoluto maestro del chantaje, del acoso y la manipulación», cuenta García, que ya tiene experiencia en llevar relatos a la novela gráfica, ya que también ha firmado las versiones de 'Soldados de Salamina', de Javier Cercas, o el ensayo 'La Guerra Civil española', de Paul Preston. Para esta ocasión, el historietista malagueño ha tenido además el apoyo estrecho del autor Jordi Amat, que le facilitó toda la documentación a su alcance para recrear el estilo, el ambiente y la atmósfera de la época. A lo que el dibujante añadió también su propia mirada.

«Desde la editorial me pidieron que fuera una historia en clave de serie negra y 'thriller político', pero la obsesión de Quintá por el poder, el sexo y la comida también tienen una vertiente cómica que he potenciado dándole un aire humorístico a los episodios en los que se porta como un auténtico Torrente», asegura José Pablo García, que añade el título del volumen proviene de su primer delito. Alfons era, efectivamente, el hijo del chófer y secretario del escritor y periodista Josep Pla, al que chantajeó con delatarlo al régimen de Franco si no le pagaba los estudios.

A partir de ahí, la biografía del protagonista está plagada de excesos, abusos y contradicciones, como sus inicios como enemigo del nacionalismo y de Pujol a través de las páginas de 'El País', para después pasar a dirigir TV3 y reconvertirse en el mayor defensor del político catalán cuando el fraude del caso Banca Catalana, y viajar de nuevo a la crítica cuando el entonces president de la Generalitat lo despide. No obstante, la jugada maestra fue del líder de Convergencia Democrática de Cataluña porque el colmillo de Alfons Quintá ya estaba desactivado y debilitado.

La novela gráfica y la historia del periodista son en realidad un retrato de cerca del pujolismo y de su poder. «Para mí, uno de los momentos más fascinantes del cómic es cómo se perpetró la manifestación a favor de Jordi Pujol en la que Quintá fue precisamente el organizador y su gran defensor», recuerda José Pablo García, que considera al president la «figura más poderosa de la España reciente, porque ningún otro político ha tenido un apoyo democrático de tal magnitud y, además, el resto de partidos y el gobierno español le bailaban el agua». Toda una memoria que vuelve a estar de actualidad con el reciente ingreso del político catalán en un hospital por un ictus.

Para recrear la época, el dibujante malagueño, abonado al cine español de la plataforma Flixolé, se repasó el cine de la Transición para recrear el ambiente de la época. «El despacho de Quintá se parece mucho al del detective Areta (Alfredo Landa) en 'El crack'», revela con una mueca socarrona el autor que, por indicación de la editorial, utilizó el bitono rojo y negro muy habitual en las publicaciones décadas atrás y que le parece muy acertado.

«Esas tintas son muy apropiadas porque muestran la turbiedad, manipulación y calidad moral del personaje», considera García que recuerda que Alfons Quintá abusó de su poder tanto a nivel laboral con sus empleados como en lo sexual con muchas de sus compañeras o subordinadas.

El también autor del cómic 'Joselito', que hablará del proceso de adaptación de las novelas al mundo gráfico en un taller en La Térmica el próximo 26 de octubre, explica que, durante la creación de este título, el autor de la novela, Jordi Amat, tuvo acceso a nuevos documentos que se los cedió para incorporarlos a los dibujos, pese a que no formaban parte de la obra original. «Jordi ha sido muy generoso y, por ejemplo, sobre el episodio del despido de Quintá de TV3, aparecieron cartas con detalles que se relatan en el cómic y no en la novela», cuenta el ilustrador y dibujante, que avanza que esta historia sórdida, obsesiva y violenta tendrá ahora su adaptación a una serie de televisión.

«Ya tienen los guiones y me han dicho que les ha venido muy bien el cómic como punto de partida para las imágenes», asegura José Pablo García, que no oculta que será una historia potente. Porque aunque el personaje principal es real, su vida parece de ficción.