Javier Naval

José Sacristán: «Llevo casi 70 años en esto, si yo me quejara sería un cabrón»

El intérprete homenajea a su amigo Fernán-Gómez en 'El hijo de la cómica', el relato de su desconocida infancia y juventud. Este sábado y domingo estará en el Cervantes

Sábado, 6 de diciembre 2025, 00:20

Se llevaban 16 años de diferencia, una generación de por medio. Uno era adolescente durante la guerra civil, el otro apenas un bebé. Pero les ... unían sus orígenes humildes y, sobre todo, una conciencia de clase que nunca olvidaron. De esa amistad nace 'El hijo de la cómica', el homenaje de José Sacristán a su amigo Fernando Fernán-Gómez. El actor de Chinchón mezcla sus recuerdos con las memorias que dejó escritas Fernán-Gómez ('El tiempo amarillo. 1921-1943') para componer el relato de la infancia y juventud del actor, dramaturgo y director, su etapa más desconocida. Sacristán adapta, dirige y representa la obra, que se instalará este sábado 6 y domingo 7 de diciembre en el Teatro Cervantes (19.00 horas, entre 11 y 30 euros).

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–En 'El hijo de la cómica' hace un ejercicio de memoria, de recordar las conversaciones con su amigo. Una obra así debe remover por dentro.

–Sí, sin duda ninguna. Es un trabajo que afecta no solamente a lo profesional, sino a lo personal. Esto parte del cariño, el respeto y la admiración que yo sigo sintiendo por Fernando. Me parecía que debía rendirle este homenaje.

–Lleva todo el peso de la obra, desde la dirección y adaptación a la interpretación.

–El material es tan cojonudo que no me importa. No supone el menor esfuerzo. Es mi oficio.

–¿Qué le enseñó esa amistad?

–Entre otras cosas, al margen de su sabiduría y su buena manera de entender la relación con los demás, me enseño cómo ejercer una profesión como esta en un país como este.

–Con paciencia, mano izquierda...

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–Unas cuantas cosas, sí. Pero con todo, las dificultades, al menos en mi caso, son perfectamente llevables. Uno sabe que esto es difícil, pero las compensaciones son mucho mayores. Yo estoy muy contento de que llevo casi 70 años en esto y mi trabajo y mi vida van de la mano. Si yo me quejara, sería un cabrón.

88 años

«Como siempre no estoy, pero como decía Fernando Fernán-Gómez, vamos durando»

–Es una barbaridad esa cifra.

–Así es, una barbaridad.

–Y no se cansa.

–No, afortunadamente puedo elegir lo que quiero hacer y cuento con la fidelidad de la gente que va a verme. Mientras esto dure, ahí seguiremos.

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–Y cuenta con lo fundamental que es la salud. Son ya 88 años y se le ve como siempre.

–Como siempre no, pero como decía Fernán-Gómez, vamos durando.

–¿Qué le gustaría que la gente conociera de Fernán-Gómez con esta obra?

–Lo que va a conocer la gente de Fernán-Gómez no lo sabe nadie. Solo los que hayan leído el libro y los que han estado cerca de él. El conocer su infancia, su adolescencia y los primeros años de juventud. Y lo que era la España en la que él creció e hizo sus primeros trabajos. Eso es lo que la gente va a conocer.

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–Todo el mundo tiene una imagen de él en su cabeza. Pero en esta obra se verá otro Fernando.

–No es el Fernán-Gómez que la gente conoce. El niño que fue no lo conoce nadie. Y ese es el que yo cuento.

–Además, con el título que le da a la obra pone el énfasis en el valor de los orígenes. Nunca hay que olvidar de dónde viene uno.

–Para Fernando era fundamental. Sobre todo, hay dos figuras esenciales en su infancia que fueron su madre y su abuela.

–Creció en un matriarcado.

–Sí, porque su padre nunca le reconoció.

Juan Carlos I

«En un momento determinado confié en la acción de este hombre, pero se ha ido todo a la mierda»

–Fernán-Gómez y usted compartían orígenes humildes. Eso marca de por vida.

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–Sin duda ninguna. Él conoció la guerra y la posguerra. Yo nací un poco después, pero sí, efectivamente. Mi extracto familiar es todavía más humilde que el de Fernando. Pero no vamos a ponernos ahora a llorar por pobre, no jodamos. Partimos de unos orígenes muy parecidos y sobre todo pensábamos de una manera muy parecida a la hora de cómo entender la sociedad en la que vivimos, lo que es lo justo, quiénes son los hijos de puta y quiénes son los chorizos y los necios. En todo eso coincidíamos bastante.

–Porque el éxito y el triunfo no borran la conciencia de clase.

–No, no, porque además esto también lo aprendí de Fernando. El éxito y el triunfo en este país dan para lo que dan. Y no me quejo en absoluto, sería un cabrón si me quejara, pero no te engañes, esto da lo que da y está muy bien. Y ya está.

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–¿Sueña con que algún día hagan la obra 'El hijo de Venancio' (el nombre de su padre)?

–No, no, no tengo particular interés.

–Sus memorias están todavía por contar. Hay un libro de una larga entrevista a usted, pero aún calla muchas cosas.

–Bueno, no callo, hablo y digo lo que creo que debo decir. Me han propuesto escribir, pero no tengo tiempo. Escribo despacio. Igual algún día me animo, no lo sé.

–Porque su vida tiene que dar para unas buenas memorias.

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–Sí, posiblemente.

–Fernán-Gómez vivió de pleno la guerra y la posguerra. Hace unos días fue el 50 aniversario de la muerte de Franco y las heridas siguen abiertas.

–Lamento que se vuelvan a oír voces que yo creí que nunca se iban a oír y lamento que haya una deriva hacia esta extrema derecha siniestra que está apareciendo. Intenta blanquear todo lo siniestro del franquismo. Por resumirlo de alguna manera, porque si no, podríamos tirarnos aquí hablando demasiado tiempo.

–Hablando de memorias. Justo esta semana se han publicado en España las del Rey Emérito. 'Reconciliación' se titula el libro.

–No tengo opinión sobre el particular porque no lo he leído. Pero lamento el engaño y el fraude estrepitoso. Yo pensé en un momento determinado que confiaba en la figura y en la acción de este hombre. Pero se ha ido todo a la mierda. Lo ha llenado todo de mierda.

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